El
cerebro sigue siendo uno de los
órganos que suscita más interrogantes entre los neurólogos debido a su elevada complejidad. Ahora, una reciente investigación afirma que
la amabilidad no solamente afecta directamente a los sentimientos de quien la recibe, sino que también puede repercutir en la salud cerebral de toda la familia.
La pandemia originada por el coronavirus ha llegado a provocar un
cambio radical en la vida de muchas familias, generado entre padres e hijos situaciones de aislamiento, desconexión y cambios sin precedentes en la
forma en que se involucran y socializan. La investigación, publicada en la revista
'Frontiers in Psychology', explica factores como por ejemplo participar en
actos de bondad, desarrollar relaciones de confianza y responder compasivamente a los sentimientos de los demás pueden ayudar a establecer nuevas vías neuronales y mejorar la calidad de vida.
Los participantes del estudio realizado por un
equipo multidisciplinar de investigadores y médicos del Centro de Salud Cerebral de la Universidad de Texas fueron reclutados a través de redes profesionales y publicaciones en las redes sociales, principalmente en grupos en línea para padres. Treinta y ocho madres con hijos entre las edades de 3 años, 0 meses, y 5 años, 11 meses participaron en el
estudio para analizar los efectos de la amabilidad y se les entregó un programa de formación 'on line' sobre la bondad que consta de cinco módulos breves. Una vaca digital, Moozie, describe ejercicios creativos que los padres pueden hacer con sus hijos para enseñarles a ser amables. Para determinar cómo influye la amabilidad en la salud del cerebro, los investigadores pidieron a los padres que
encuestaran su propia resiliencia e informaran sobre la empatía de sus hijos antes y después del programa de formación.
Los resultados mostraron un aumento de todo el grupo en los niveles de resiliencia de las madres y los comportamientos prosociales empáticos informados por la madre en sus hijos. Así pues, el estudio apoya la idea de que
practicar la amabilidad puede ser una herramienta útil para ayudar a las madres a ser más resistentes a la hora de superar las dificultades y hacer frente al estrés,
especialmente durante una pandemia mundial.
Las restricciones ante el coronavirus reducieron el aprendizaje social
De forma inesperada, los investigadores descubrieron que los niveles de empatía de los niños se mantenían por debajo de la media, pese a la mejora lograda tras el entrenamiento. Esto podría deberse a que las
medidas de seguridad para frenar el coronavirus limitaron significativamente el aprendizaje social y emocional normal de los niños participantes.
Tras estos resultados, los investigadores apuestan por
iniciar métodos y protocolos específicos que utilizan actividades de construcción de amabilidad y resiliencia para, de esta manera, promover la interacción entre padres e hijos y el desarrollo relacional como base para crear familias más felices y sanas para el cerebro.
La investigación, eficaz para abordar factores estresantes
El programa
Kind Minds con Moozie resultó en una herramienta valiosa para proporcionar apoyo estructurado e instrucción didáctica para ayudar a los padres a apoyar y
promover el comportamiento prosocial empático del niño y demostró ser útil en intervenciones de apoyo para familias expuestas a eventos adversos, así como a crisis de salud pública.
Finalmente, los investigadores consideran que este programa podría usarse a la hora de planificar intervenciones para cuidadores destinadas a mejorar los recursos para hacer frente a los factores estresantes de la vida. Por lo tanto, los presentes resultados resaltan la importancia de
diseñar herramientas terapéuticas digitales y capacitación en amabilidad diseñadas para mejorar el bienestar de los padres y los niños.
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