Un equipo de científicos estadounidenses ha puesto en marcha una
investigación para evaluar si
reducir drásticamente las calorías dos veces a la semana puede
cambiar el entorno inmune del cuerpo y el
microbioma intestinal y, así, potencialmente cambiar el curso de la
esclerosis múltiple (EM)
aliviando sus síntomas.
"Las personas con esclerosis múltiple pueden encontrar una gran cantidad de
consejos contradictorios que sugieren que distintos tipos de
dietas especiales, que recomiendan
evitar los alimentos procesados o
bajar el consumo de carbohidratos, aliviarán sus síntomas. Pero la evidencia de que los cambios en la dieta pueden mejorar la fatiga u otros síntomas de la EM es escasa. Todo lo que tenemos ahora son anécdotas. El hecho es que la dieta puede ayudar con los síntomas de la EM, pero los estudios no se han realizado", explica
Laura Piccio, principal impulsora del estudio y profesora asociada de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos).
Piccio y su equipo están reclutando pacientes con EM remitente-recurrente para un
estudio de 12 semanas. La mitad mantendrá su dieta habitual de
estilo occidental los
siete días de la semana, mientras que la otra mitad mantendrá esa dieta
cinco días a la semana, pero se
limitará a 500 calorías de vegetales los dos días restantes.
Basado en un estudio que ya mostró su éxito en ratones
El ensayo se basa en los hallazgos de un estudio con ratones de la propia Piccio y
Yanjiao Zhou, profesora asistente en la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) que mostró que el
ayuno intermitente reduce los síntomas similares a la EM. A los
ratones se les permitió
comer libremente durante cuatro semanas antes de recibir una inmunización para desencadenar
síntomas parecidos a los de la EM. Ambos grupos de ratones continuaron con sus
mismas dietas durante otras siete semanas.
Los ratones que ayunaron cada dos días presentaron
menos probabilidades de desarrollar signos de daño neurológico, como dificultad para caminar, debilidad en las extremidades y parálisis. Algunos de los ratones en ayunas desarrollaron síntomas similares a la EM, pero aparecieron
más tarde y fueron
menos graves que en los ratones que se comieron todos los días.
Los niveles de la corticosterona eran casi dos veces más altos en ratones en ayunas
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Además, el sistema inmunológico de los ratones en ayunas pareció controlarse. En comparación con los ratones que tomaron comidas diarias, los que ayunaron tenían
menos células inmunes proinflamatorias y
más de un tipo de célula inmunitaria que mantiene la
respuesta inmune bajo control.
"Hay varias formas posibles en que el ayuno puede afectar la inflamación y la respuesta inmune. Uno es
cambiando los niveles de hormonas. Encontramos que los niveles de la
hormona antiinflamatoria corticosterona eran casi dos veces más altos en los ratones en ayunas, pero también podían actuar a través del
microbioma intestinal", ha remarcado Piccio.
Después de cuatro semanas, los ratones que ayunaron tenían un
ecosistema más diverso en sus entrañas que los ratones que comían todos los días. En particular, los ratones en ayunas tenían
más bacterias probióticas Lactobacillus, mientras que los ratones en otros estudios fueron relacionados con síntomas más leves similares a la EM.
Además, la transferencia de bacterias intestinales de ratones en ayunas a ratones que no estaban en ayunas hizo que los receptores fueran menos susceptibles a desarrollar síntomas similares a la EM, lo que sugiere que algo en la
comunidad microbiana estaba
protegiendo a los ratones.
Ahora en decenas de humanos
Estos resultados fueron lo suficientemente alentadores para Piccio y sus colegas para lanzar un
estudio humano en 40 a 60 personas. Cada participante se someterá a una
evaluación neurológica y proporcionará
muestras de sangre y heces al inicio, a la mitad y al final del estudio. Los participantes que ya tomen medicamentos inyectables para la EM continuarán sus regímenes de medicamentos recetados, y cualquier persona que recaiga durante el estudio recibirá el tratamiento adecuado.
"
No estamos buscando beneficios clínicos, aunque ciertamente esperamos ver una
mejoría. Debido a que la esclerosis múltiple es tan variable y las personas con EM remitente-recidivante pueden estar estables y casi sin síntomas durante largos períodos, sería necesario un gran estudio para comprobar
cualquier beneficio. Lo que queremos saber es si las personas con ayunos sufren cambios en su metabolismo, respuesta inmune y microbioma similar a lo que hemos visto en los ratones", ha remarcado Piccio.
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