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España replantea criterios para monitorizar el daño cerebral tras un ictus

Investigadores del CSIC desarrollan un nuevo estudio ligado a las distintas capas neuronales

Los accidentes cerebrovasculares representan la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos a nivel mundial.

27 dic 2023. 16.40H
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La capacidad de monitorizar con precisión la evolución del daño cerebral en accidentes cerebrovasculares ya es una realidad gracias a una investigación internacional en la que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El procedimiento, testada en animales y en pacientes, muestra cómo el tejido cerebral es capaz de presentar actividad en un encefalograma debido a los impulsos eléctricos de las capas más profundas y, aun así, estar sufriendo un daño irreparable en las más superficiales. Los resultados han sido publicados en la revista Nature Communications, y los autores abogan replantear los criterios en el seguimiento y tratamiento de los accidentes cerebrovasculares (ACV).

Este tipo de emergencia médica llega a representar la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos a nivel internacional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al año, 15 millones de personas sufren un ACV, de las cuales cinco millones fallecen y un 30 por ciento padece una discapacidad permanente.

Cuando una persona llega a sufrir un accidente cerebrovascular, se generan ondas electroquímicas que recorren el tejido de forma lenta desde la zona dañada, matando a las neuronas que estén a su paso. En pocas horas, estas ondas son capaces de generar lesiones irreversibles en la corteza cerebral, por lo que este periodo de tiempo es clave para disminuir las secuelas neurológicas.

Óscar Herreras, investigador del Instituto Cajal del CSIC, quien ha participado en el estudio, ha descubierto en el estudio que el tejido cortical que aún muestra actividad EEG (encefalografía cerebral) es capaz de estar sufriendo ya la muerte irreversible de las capas neuronales que se encuentran más cerca de la superficie.

Replanteamiento de criterios en accidentes cerebrovasculares


Este hallazgo ha sido posible gracias al uso de una completa técnica biomatemática de análisis de los potenciales eléctricos cerebrales, que es capaz de separar y ver la actividad de distintas capas neuronales. Este descubrimiento llega a cuestionar el concepto de extensión de la depresión del EEG como un indicador ligado al tejido que ha muerto, debido a que las capas superficiales pueden haber fallecido y aún presentar EEG que llega desde capas más profundas.

Los autores de la investigación estiman que este descubrimiento abre la puerta a replantear los criterios e incluso la praxis en el seguimiento y tratamiento de los accidentes cerebrovasculares. La principal tesis defendida por los expertos es que la cantidad de tejido que se toma como criterio para evaluar la situación presenta retrasos en varias horas, por lo que se debería buscar otra referencia o alguna manera de actuar antes o más rápido”.

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