La
prevalencia e
incidencia de la enfermedad de
Parkinson se han incrementado en España en las últimas décadas debido al aumento de la
esperanza de vida, los
avances diagnósticos y terapéuticos y a una mayor sensibilización. Según estimaciones de la
Sociedad Española de Neurología (
SEN), el número de afectados se duplicará en 20 años y se triplicará en 2050.
El párkinson es, tras el
alzhéimer, el segundo
diagnóstico neurológico más frecuente entre los mayores de 65 años: el 2 por ciento lo padece, y el 4 por ciento de los mayores de 85. El 70 por ciento de las personas diagnosticadas de párkinson en nuestro país tiene más de 65 años, y cada año se diagnostican 10.000 nuevos casos. Los pacientes tardan una media de entre 1 y 3 años en obtener un diagnóstico, y se cree que hasta un 25 por ciento de los pacientes diagnosticados tiene en realidad otra
enfermedad.
La SEN ha ofrecido estos datos con motivo de la celebración, este miércoles 11 de abril, del
Día Mundial del Párkinson. Javier Pagonabarraga, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, explica que “un paciente con párkinson puede desarrollar, entre cinco y diez años antes del comienzo de los síntomas motores, muchos
trastornos relacionados con la motricidad, como son la
pérdida de olfato, el trastorno de conducta del sueño REM y la depresión. Conocerlos e identificarlos puede ser clave para poder mejorar los tiempos de diagnóstico de esta enfermedad”.
La depresión o el estreñimiento son síntomas más frecuentes en mujeres que en hombres
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El estreñimiento puede aparecer a lo largo de la evolución de la enfermedad hasta en un el 80 por ciento de los pacientes; la pérdida involuntaria de saliva, hasta en el 75 por ciento; y los trastornos del sueño lo hacen hasta en el 90 por ciento, especialmente en las fases avanzadas.
Síntomas como la ansiedad, depresión o estreñimiento
son más frecuentes en las mujeres que en los hombres, mientras que la somnolencia diurna, la producción excesiva de saliva y la disfunción sexual son más prevalentes en los hombres. Además, entre el 30 y el 40 por ciento de los casos de párkinson no presentan temblor.
Mayor frecuencia de ingreso
Pagonabarraga señala que “la levodopa continúa siendo una opción terapéutica fundamental en la enfermedad, y la gran mayoría de los pacientes tratados responden muy satisfactoriamente”. No obstante, “el tratamiento de la enfermedad de Parkinson se basa en
combinar la levodopa con los otros fármacos que potencian la funcionalidad de los sistemas cerebrales dopaminérgicos. Cuando el tratamiento con diferentes fármacos dopaminérgicos se complica con fluctuaciones motoras y discinesas, los pacientes también pueden disponer de otras terapias más invasivas, como la bomba de apomorfina, la infusión intraduodenal de levodopa o la
estimulación cerebral profunda”.
Los pacientes con enfermedad de Párkinson ingresan en el hospital con mayor frecuencia y el tiempo de hospitalización suele ser más prolongado. Entre el 20 y el 25 por ciento de los pacientes afectados por la patología requieren un ingreso hospitalario anual y
el motivo del ingreso es a menudo diferente de su enfermedad, por lo que no son atendidos en los Servicios de Neurología. Esto hace que las complicaciones durante su estancia en el hospital sean frecuentes: el 21 por ciento de los pacientes experimentaron empeoramiento de los síntomas motores durante el ingreso, el 33 por ciento sufrió una o más complicaciones y el 26 por ciento no recibió correctamente el tratamiento para su enfermedad.
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