“Estamos trabajando para unir los vínculos rotos entre el cerebro y el cuerpo”. Con esta afirmación, Elon Musk ha anunciado que el
chip cerebral creado por su empresa Neuralink podría ayudar a tratar la
obesidad mórbida. La idea, que aún está en desarrollo, no ha comenzado todavía los ensayos en humanos. Pero, ¿podría ser posible? Álvaro Sánchez, coordinador del Comité de Nuevas Tecnologías de la
Sociedad Española de Neurología (SEN) afirma a
Redacción Médica que "tecnológicamente hablando es viable".
"Existen muchos estudios sobre la estimulación cerebral para la obesidad, es decir,
en cuanto a tecnológico y neruocientífico no es algo novedoso lo que plantea el chip cerebral de Neurolink, lo singular de ellos es hacerlo para el consumidor general", explica Sánchez. De hecho, matiza que "para la obesidad ya ha habido tratamientos similares con estimulación cerebral profunda" y que la "mayoría de ellos eran experimentos llevados a cabo por otras razones", pero que "al realizar errores en las colocaciones se encontraron efectos inesperados en el apetito".
Además, afirma que "lo planteado por Neurolink es factible si testean la colocación de electrodos profundos en el cerebro, concretamente en
el hipotálamo", ya que hasta ahora la empresa de Musk tan solo había realizado ensayos para otras enfermedades en la parte
superficial del cerebro". Aunque Sánchez admite que hasta la fecha no hay datos concluyentes sobre esta cuestión. ¿La razón? "Es una
técnica muy invasiva y existen otras como los balones gástricos que pueden serlo menos". "Si se aplica la técnica a una persona con una infección cerebral, pueden existir problemas mayores", asegura el neurólogo, señalando que no está claro
"el balance beneficio/riesgo" y que esa cuestión es vital para continuar.
Chip cerebral para tratar otras enfermedades neurológicas
No es la primera vez que Elon Musk afirma que el chip cerebral creado por Neuralink podría tratar en el futuro enfermedades neurológicas como el
párkinson o el alzhéimer. Una idea que
desde la SEN ya calificaron como "factible desde un punto técnico y científico", explicando que el proceso consiste en "ajustar el sistema para que sea capaz de captar esa actividad y, en base a unos patrones que atrape, producir una respuesta”.
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