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El aislamiento social está detrás del aumento del número de ictus

La soledad se ha relacionado con un 43 por ciento más de riesgo de sufrir un ataque cardíaco por primera vez

Los resultados están basados en un estudio de 480.000 personas.

27 mar 2018. 14.20H
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POR REDACCIÓN
Un nuevo estudio ha resaltado que los factores de riesgo convencionales explican en gran medida los vínculos observados entre la soledad y el aislamiento social con el riesgo de accidente cerebrovascular. Asimismo, los investigadores han concluido que tener pocos contactos sociales continúa siendo un factor de riesgo independiente para la muerte entre las personas con enfermedad cardiovascular preexistente.

Los resultados están basados en casi 480.000 personas de entre 40 y 69 años, que formaron parte del Biobanco de Reino Unido entre 2007 y 2010. Los participantes proporcionaron información detallada sobre su origen étnico, logros educativos, ingresos del hogar, estilo de vida (fumar, beber, hacer ejercicio) y síntomas depresivos.

También se les hizo una serie de preguntas para medir sus niveles de aislamiento social y soledad y durante siete años tuvieron un seguimiento de su salud. El estudio concluyó que casi uno de cada diez (9 por ciento) de los encuestados se consideró socialmente aislado, el 6 por ciento solitario y el 1 por ciento ambos. El primer grupo tenían más posibilidades de paceder otras afecciones subyacentes a largo plazo y ser fumadores, mientras que los que se encontraban solos reportaron síntomas depresivos.

Durante el periodo de monitorización de 7 años, 12.478 personas murieron y 5.731 personas tuvieron un ataque cardíaco por primera vez mientras que 3.471 sufrieron un ataque cerebral por primera vez. En este sentido, el aislamiento social se asoció con un 43 por ciento más de riesgo de ataque cardiaco por primera vez, cuando se tuvieron en cuenta la edad, el sexo y la etnia. Sin embargo, cuando se agregaron factores conductuales, psicológicos, de salud y socioeconómicos a la combinación, estos factores explicaron la mayoría (84 por ciento) del aumento del riesgo.

En el caso de aquellos con enfermedades cardiovasculares preexistentes, el aislamiento social se asoció inicialmente con un 50 por ciento más de riesgo de muerte.  Del mismo modo, el aislamiento social se relacionó con un 32 por ciento más de riesgo de muerte, incluso después de que todos los otros factores convencionales se hayan tenido en cuenta.

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