El 18 de marzo se conmemora el
Día Europeo de la Narcolepsia, una
enfermedad neurológica catalogada dentro de los
trastornos del sueño y cuyos principales síntomas son
excesiva somnolencia diurna,
cataplejía,
parálisis del sueño,
alucinaciones hipnagógicas y/o
disrupción del sueño nocturno. La Sociedad Española de Neurología (
SEN) estima que actualmente están diagnosticados unos
25.000 casos de
narcolepsia en España, aunque solo se trataría de entre un 20 y un 40 por ciento de los casos totales, ya que más del
60 por ciento de pacientes con narcolepsia españoles están
aún sin diagnosticar.
No solo es una enfermedad que está
infradiagnosticada, sobre todo en casos
leves, en formas que no presentan los síntomas característicos (solo un 10-15 por ciento de pacientes sí los presentan todos) o cuando está
asociada a otros
trastornos del sueño más evidentes (hasta un 60 por ciento de los pacientes con narcolepsia tiene asociado un segundo trastorno del sueño), sino que además el
retraso en el diagnóstico de la narcolepsia puede llegar a los
10 años, a pesar de que puede ser una enfermedad
muy invalidante en pacientes no tratados.
“La narcolepsia es una
enfermedad crónica que se desarrolla paulatinamente. Esta situación, junto con el retraso que se suele producir en el diagnóstico, hace que la gran mayoría de los pacientes sean adultos cuando reciben el diagnóstico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un 40-50 por ciento de casos, los
primeros síntomas de la enfermedad ocurren en la
adolescencia y generalmente la
excesiva somnolencia diurna suele ser el primer síntoma en aparecer”, señala el
Carles Gaig, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN.
Se han mejorado sustancialmente los tiempos de diagnóstico
“En todo caso, en los últimos años, se ha conseguido
mejorar sustancialmente los
tiempos de diagnóstico, principalmente gracias a que se ha descubierto que la
causa de esta enfermedad es la
pérdida de las neuronas hipotalámicas que sintetizan
hipocretina, aunque la razón de esta pérdida de neuronas sea aún desconocida”, añade.
Aunque todavía
no se ha encontrado la fórmula para
administrar hipocretina a los pacientes y aunque sea una enfermedad en la que se dedican
pocos recursos para encontrar
nuevos fármacos, actualmente existen
tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que permiten que los pacientes experimenten una
mejoría importante, principalmente para dos de sus principales síntomas y tal vez los más discapacitantes: la
cataplejía, caracterizada por episodios de pérdida de tono muscular principalmente desencadenados al experimentar emociones, y la
somnolencia excesiva diurna.
Aunque en la SEN señalan que también hay que tener en cuenta que el
50 por ciento de los pacientes con narcolepsia tienen
dificultad para dormir bien por la noche; el 20 por ciento sufre de
pesadillas, parálisis y alucinaciones; el 80 por ciento presenta
conductas automáticas o sonambulismo; y un 20 por ciento padece
trastornos alimentarios, con tendencia a la obesidad.
“Conseguir
identificar los casos de narcolepsia que aún están
sin diagnosticar,
potenciando el conocimiento de esta enfermedad tanto en la sociedad en general, como entre la comunidad científica, es primordial para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Ya que esta enfermedad
no controlada, conlleva en la infancia problemas de rendimiento escolar, así como en la atención, en la memoria, en el lenguaje… Algo que también se ve en personas adultas plasmado en menor rendimiento, lapsos de memoria, disminución de los tiempos de reacción, etc. Además de que estos pacientes tienen mayor riesgo de presentar
problemas psiquiátricos, principalmente ansiedad y depresión”, comenta Carles Gaig.
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