El 11 de abril se conmemora el
Día Mundial de la enfermedad de Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en España.
La Sociedad Española de Neurología (
SEN) estima que actualmente en España existen, al menos, unas
150.000 personas afectadas, una cifra que se triplicará dentro de 30 años por el aumento de la esperanza de vida y por los
avances diagnósticos y terapéuticos que ha experimentado esta enfermedad.
Lo padecen alrededor de un dos por ciento de los mayores de 65 años y un cuatro por ciento en los mayores de 85 en España. Sin embargo, no es exclusiva de personas mayores: se han dado casos en los que el
inicio se produce en la
infancia o en la adolescencia y aproximadamente un 15 por ciento de los casos actualmente diagnosticados en España corresponden a personas menores de 50 años.
Sin embargo, aún existen
muchos casos sin diagnosticar. Actualmente, los pacientes con párkinson tardan una media de entre uno y tres años en obtener un diagnóstico correcto. Por lo que la SEN estima que más del 50 por ciento de los nuevos casos que se producen cada año – alrededor de unos
10.000 nuevos casos- están actualmente sin diagnosticar.
"La neurodegeneración que provoca conlleva una disminución de los niveles de dopamina"
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“Uno de los principales factores que
dificulta su diagnóstico correcto es que se tiende a asociar esta enfermedad con el
temblor u otro tipo de síntomas motores como
rigidez o
trastornos de la marcha y del
equilibrio.
Si bien los problemas motores son los síntomas más característicos de esta enfermedad, estos no siempre se manifiestan en todos los pacientes y no necesariamente son los primeros en aparecer cuando comienza a debutar la enfermedad”, señala
Pablo Mir Rivera, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.
Aproximadamente un 30-40 por ciento de los pacientes con párkinson
no presentan temblor. Por el contrario, en un 40 por ciento de los casos, la primera manifestación de la enfermedad es la
depresión, aunque la enfermedad también puede manifestarse en
trastornos cognitivos, gastrointestinales,
autonómicos,
sensitivos o del
sueño.
“La enfermedad de Parkinson es una
enfermedad neurodegenerativa, crónica y progresiva. La neurodegeneración que provoca conlleva una
disminución de los niveles de
dopamina, con la consiguiente aparición de los clásicos síntomas motores.
Sin embargo, en muchas ocasiones, la neurodegeneración comienza antes de que se manifiesten tales síntomas, por lo que el conocimiento y la identificación de las manifestaciones no motoras de la enfermedad es básico para mejorar los tiempos de diagnóstico”, comenta Pablo Mir.
Se han descrito más de 20 mutaciones genéticas asociadas al párkinson
Aunque aún no están claros todos los factores que influyen a la hora de desarrollar la enfermedad, se han descrito más de
20 mutaciones genéticas asociadas que podrían explicar cerca del 30 por ciento de las formas familiares de la enfermedad (sobre todo aquellos casos de inicio temprano) y el 3-5 por ciento de las formas esporádicas. Además también se han identificado otros factores de riesgo como la edad, el sexo o la exposición a ciertos factores externos, como ciertos tóxicos o haber padecido traumatismos craneoencefálicos.
"En etapas tempranas de la enfermedad, contamos con tratamientos de gran utilidad tanto para los síntomas motores como para los no motores"
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La enfermedad de párkinson afecta y progresa en cada individuo de manera diferente. Pero mientras que la
discapacidad motora y las
complicaciones motoras son los factores que tienen mayor impacto en los costes directos de la enfermedad, son los síntomas no motores (depresión, demencia, psicosis, entre otros) la principal causa de morbilidad e institucionalización en los pacientes con Parkinson en España.
El
gasto anual de un paciente con párkinson alcanza, de media, los
17.000 euros. Además, los costes económicos van en aumento a medida que la enfermedad progresa.
“El párkinson es una enfermedad que
deteriora gravemente el estado de salud, la
autonomía y la
calidad de vida del paciente. Pero, sobre todo en etapas tempranas de la enfermedad, contamos con tratamientos de gran utilidad tanto para los síntomas motores como los no motores que pueden ayudar a mejorar el pronóstico”, destaca Pablo Mir.
"En todo caso, el tratamiento de una persona que padece Parkinson debe ser multidisciplinar. Se tienen que combinar medidas farmacológicas y terapias complementarias, y deberá ser lo más individualizado posible, adecuándolo continuamente a las características específicas de la persona, principalmente la edad y el grado de discapacidad según la evolución de la patología", concluye.
Consejos para pacientes con párkinson ante el Covid-19
E
l Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN ha emitido los siguientes consejos para los pacientes con Parkinson ante la propagación de la infección por Covid-19:
•
No hay evidencia de un mayor riesgo de sufrir la infección por el Covid-19 en pacientes con enfermedad de párkinson. Tampoco hay datos de que la enfermedad en sí suponga un peor pronóstico en caso de sufrir la infección.
•
Tampoco hay evidencia de que los tratamientos utilizados para la enfermedad de Parkinson produzcan un incremento del riesgo de desarrollar la infección. Por lo que no se aconseja el abandono de estos tratamientos.
• Tanto el paciente como el cuidador deben
respetar y cumplir las normativas y recomendaciones trasmitidas por el Ministerio de Sanidad y por las Autoridades: lavado y desinfección de manos de forma frecuente; limpieza del entorno y de los objetos, evitar el contacto con enfermos de Covid-19 y no tocarse ojos, nariz ni boca con las manos sin lavar.
• Con respecto a la asistencia a consultas de Neurología o citas programadas, se recomienda
ponerse en contacto con el centro para preguntar al respecto. Se aconseja a las personas mayores o de riesgo evitar las mismas a no ser que sea estrictamente necesario.
• En el domicilio es recomendable
continuar con rutinas o actividades que se estuvieran realizando y, en la medida de lo posible, no abandonar los ejercicios y terapias complementarias que se estuvieran llevando a cabo.
• Disponer en el domicilio siempre una
nota con la información sobre el tratamiento así como la tarjeta sanitaria.
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