Los pacientes con
esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pueden llegar a perder todas las
vías de comunicación basadas en el
músculo a medida que avanza la
degeneración de la
neurona motora. Con el paso del tiempo, podría llegar a quedarse sin
ningún medio de comunicación. Ahora, un estudio dirigido por un equipo de investigadores del
Centro Wyss de Bioingeniería y
Neuroingeniería, en colaboración con la
Universidad de Tübingen en Alemania, ha implantado dos
matrices de microelectrodos 64 en la corteza motora suplementaria y primaria de un paciente en un estado completamente bloqueado con ELA.
Tras un largo tiempo de experimentación, los investigadores han demostrado que un paciente paralizado, de acuerdo con los
criterios fisiológicos y
clínicos actualmente disponibles en el estado completamente encerrado (CLIS), podría llegar a seleccionar de forma voluntaria
letras para formar palabras y frases para expresar sus
deseos y
experiencias utilizando un sistema de neurofeedback auditivo basado neuralmente independiente de su visión.
Un día después de la implantación, se iniciaron los intentos de establecer
comunicación. Se le pidió al paciente que usara su
estrategia de comunicación previamente efectiva empleando movimientos oculares para responder a preguntas con respuestas conocidas de "sí" y "no", lo que no resultó en una señal neuronal clasificable, sin diferencia en la tasa de pico y la actividad de múltiples unidades (MUA).
La instrucción del paciente, paso a paso
El estudio afirma que los movimientos pasivos de los
dedos derechos, el
pulgar y la
muñeca del paciente evocaron modulaciones consistentes de la
velocidad de disparo neuronal en varios electrodos en ambas matrices. Pese a ello, cuando se decidió instruir al paciente para que intentara o imaginara movimientos de manos, lengua o pies, no se detectó respuestas consistentes.
Cada día de sesión se iniciaba un
registro de referencia de 10 minutos, donde se instruyó al paciente a descansar. Durante este período de tiempo, el experimentador realizaba un programa de software para determinar la velocidad de disparo de diferentes canales individuales y seleccionar sus parámetros para el primer bloque de sesión de neurofeedback.
El próximo paso: Extender el estudio a otras personas con ELA
“Este estudio responde a una pregunta formulada hace tiempo sobre si las personas con
síndrome de enclaustramiento completo, que han perdido todo el control muscular voluntario, incluido el movimiento de los ojos o la boca, también pierden la capacidad de su cerebro para generar comandos para la comunicación”, afirma Jonas Zimmermann, neurocientífico en el Centro Wyss en Ginebra.
Los investigadores han afirmado que "hasta donde sabemos, el nuestro es el primer estudio en lograr la comunicación de alguien que no tiene movimiento voluntario remanente y, por lo tanto, para quien la interfaz es ahora el único medio de comunicación”.
Así pues, el estudio ha demostrado que un paciente sin
ningún medio estable y confiable de control del movimiento ocular o una ruta de comunicación identificable, con el uso de una estrategia de neurofeedback para modular las tasas de disparo de las neuronas, permite expresar sus deseos y experiencias. A partir de aquí los investigadores quieren ir
un paso más allá, por lo que extenderán este estudio a
otras personas con ELA avanzada para abordar los problemas encontrados de manera sistemática.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.