La semana pasada,
Exuperio Díez Tejedor asumía su nuevo cargo de presidente de la
Sociedad Española de Neurología (SEN). A pesar de ser un médico e investigador consagrado, el jefe de Neurología de
La Paz y catedrático por la
Universidad Autónoma de Madrid afronta este reto con las energías de un recién llegado. Su conocimiento en profundidad de la realidad de la especialidad en España le hace abordar tanto su problemática actual como las rémoras que viene arrastrando desde tiempo atrás, quizá de ellas la principal sea el
déficit en investigación de nuestro país.
¿Cuáles van a ser sus prioridades al frente de la SEN?
"Necesitamos un mejor reparto de neurólogos entre las comunidades autónomas".
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Lo primero es mantener su rumbo. Es una sociedad que se ha modernizado mucho, tiene una serie de valores incorporados y no renunciamos a ellos pero sí hay que estar más cerca de los socios.
La burocratización se ha percibido como un distanciamiento por parte de ellos.
También darle más visibilidad a la SEN en la sociedad, no solo hacia la Administración, que ya la tiene. A veces los pacientes están confusos. Mi experiencia en la práctica es que los pacientes no saben si la Neurología es Psiquiatría. Quizá ha faltado un poco más de proyección. Ahora viene más demanda de la Neurología que de la Psiquiatría porque la gente de hoy prefiere que le vea un neurólogo a un psiquiatra porque
no es una especialidad estigmatizada, la Psiquiatría lamentablemente sí, aunque luego ellos están preparados para ver la mayor parte de los problemas que conllevan las enfermedades neurológicas, problemas de ansiedad, etc.
Además, tenemos que mejorar nuestro sistema de financiación, porque
somos una sociedad muy generosa: los socios pagan cuotas muy pequeñas, el congreso es gratuito para ellos. Si fuera posible, obtener más financiación también de entidades públicas, y para eso pues está la Fundación del Cerebro, pero para ello tenemos que mejorar la visibilidad.
"Los hospitales parece que son cardiocéntricos"
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Teniendo en cuenta la alta incidencia de las demencias, ictus, etc. en la sociedad española, ¿hay suficientes neurólogos en el Sistema Nacional de Salud?
Empieza a haber suficientes, y fíjese que la prevalencia en esas enfermedades es comparable o superior a las que hay en Cardiología. Sin embargo, los hospitales parece que son cardiocéntricos, como si la única enfermedad fuera del corazón. Si yo le preguntase ahora
cuántas unidades de cuidados coronarios hay en Madrid, nadie lo sabría, y en España menos [de tantas que hay]. Si pregunto cuántas unidades de ictus hay no solo le pueden decir las de Madrid sino las de toda España: si todavía se están contando es que hay pocas.
En los últimos años se ha conseguido mejorar mucho y el número de neurólogos global se acercaría a las cifras que recomiendan los organismos internacionales, de unos 5 neurólogos por cada 100.000 habitantes, pero el reparto no es uniforme. Madrid es la que tiene más neurólogos, por lo menos registrados en la Sociedad Española de Neurología, y después Cataluña y Valencia; aquí puede ser que estamos por encima de esa cifra, pero en otros sitios como Andalucía y Extremadura, están en 3 con algo. Necesitamos un reparto.
En estos aspectos asumimos nuestra parte de culpa pero también ha habido una negligencia por parte de la Administración al no ver los problemas de este tipo, quizá porque los más prevalentes ocurren en personas mayores, que ya no están en edad productiva. Quizá eso ha hecho que al infarto de miocardio, que ocurre en edades más jóvenes, le hayamos prestado mucha atención y al cerebral menos porque ya ocurre por suerte más hacia el final de la vida.
El nuevo presidente de la SEN, en un momento de la entrevista.
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El otro factor es nuestro porque
hemos dicho hasta hace nada que eran enfermedades que no podían mejorarse, un grave error. Hemos insistido mucho en las enfermedades degenerativas como si lo neurológico fuera lo degenerativo. Pero existen igual en otros campos, la artrosis es una enfermedad degenerativa. Y yo nunca he oído a los dermatólogos decir "va, esto como no tiene solución..." Que no tenga curación no quiere decir que no tenga tratamientos y solución.
Ahí tenemos que seguir trabajando y esforzándonos, es decir, que lo que no podemos curar lo podemos mejorar. Pero
el resto de enfermedades sí las curamos. Curamos el infarto cerebral como se cura el de miocardio, curamos las enfermedades infecciosas como se curan las enfermedades infecciosas especiales: las inflamatorias, las autoinmunes, las tratamos y las reconducimos como la esclerosis múltiple. Y eso no lo hemos transmitido bien, tenemos que ser más claros en ese mensaje, y luego tenemos un potencial de investigación muy importante, estamos ocupando puestos relevantes en el ránking internacional y tanto en ensayos clínicos como en investigación más básica hay un potencial que con las generaciones nuevas va a crecer. Yo soy optimista y esa modernización es la que creo que necesita en los próximos años esta sociedad.
El neurólogo está acostumbrado a trabajar con diferentes especialistas pero ¿se le prepara al neurólogo para este trabajo multidisciplinar, para liberar los tipos multidisciplinares, ahora que parece que está algo tan de moda?
Hay dos aspectos en que se está insistiendo mucho en la formación. Uno es el trabajo en equipo, hemos hablado ya del ictus y es una asistencia multidisciplinar, liderada por Neurología sí, pero participan Enfermería, rehabilitadores, neurocirujanos. En la esclerosis múltiple tenemos Rehabilitación, neumólogos, etc. O sea, la transversalización y lo multidisciplinar eso es fundamental; si no, no se puede trabajar, pero en Neurología y en ninguna otra especialidad.
Lo mismo cuando hablamos de la investigación traslacional, que es otro concepto que va calando en los neurólogos, sobre todo los más jóvenes.
"No podemos perder ningún año de especialidad"
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La Neurología lleva mucho tiempo evolucionando y ya no es meramente descriptiva, ya es capaz de hacer una Medicina preventiva, de actuar con un gran impacto sobre los cuidados sanitarios de la población. Es una especialidad complicada, difícil, porque la anatomía del tubo digestivo no es muy complicada, o incluso la del corazón, pero la del sistema nervioso es muy difícil, y si a eso le añadimos el conocimiento de la parte molecular y la parte genética, etc. pues se hace más compleja. Por eso es más necesario un reconocimiento y estamos insistiendo en que no podemos perder ningún año de especialidad. En este momento, con cuatro años estamos muy justos, si aplican la troncalidad y nos retienen dos años de formación específica no llegamos, necesitamos cinco años. Ya hacía tiempo que veníamos pidiendo cinco años de formación para el especialista de Neurología, con más motivos si se establece una troncalidad que casi los dos primeros años se van a dedicar a la formación médica general.
Ahora se están renovando las diferentes especialidades, se están mandando ya los programas con la nueva especialidad.
Sí, la Comisión Nacional también está trabajando en este sentido, tenemos representantes allí y nuestra postura es la de ir a un quinto año o quedarnos sin troncalidad:
que nos dejen con cuatro años pero sin troncalidad porque no podemos renunciar... Es que además perderíamos la homologación con el resto de la Unión Europea, si hay menos de tres años de formación específica como neurólogo, no sería reconocida en otros países de la Unión Europea ya que las directivas comunitarias exigen al menos tres años de formación neurológica.
Díez Tejedor asume el cargo de presidente por dos años.
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Pasando al terreno personal, ¿cómo va a gestionar su tiempo ahora que tiene una responsabilidad más?
Fue uno de los primeros temas que me planteé cuando presenté esta candidatura. También
me reclamaban en la dirección del Departamento de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid y tuve que tomar una decisión, efectivamente no me daba tiempo para todo. Renuncié a la dirección del Departamento de Medicina, me parecía que aquí podía ser más útil. Pero no pienso dejar las actividades que tenía, tanto en la clínica como la docencia o investigación, que son fundamentales y es de lo que se nutre el conocimiento y el Servicio de Neurología, y la Universidad, eso no lo podía reducir pero podía quitar del tiempo de casa-ocio o delegar algunas funciones.
El 2018 cumple 14 años al frente del Servicio de Neurología de la Paz. ¿Cómo ha evolucionado en este tiempo el tratamiento de enfermedades como el ictus o la esclerosis múltiple, que a principios de este siglo parecían tener una visión un poco más pesimista y ahora los avances han sido muy significativos?
Cuando yo asumí la dirección del Servicio ya había habido un cambio importante, el tratamiento del ictus lo empezamos a mediados de los 90.
En el año 95 montamos la Unidad de Ictus de La Paz, que fue pionera en España. En ese año se demuestra el efecto terapéutico de la trombolisis intravenosa y a partir de ahí se van implantando estas medidas, se generan más unidades, más especializaciones de campo, etc.
En esclerosis múltiple desde finales de los 90 se habían empezado los tratamientos moduladores. Yo organicé la Unidad de Ictus, fuimos preparándonos para las intervenciones con trombectomía que se ha ido ya demostrando su eficacia, establecí y organicé un hospital de día para pacientes con esclerosis múltiple, algo que se ha ido extendiendo, es muy importante para que a un paciente se le pudiera hacer una atención continua sin necesidad de ingresar. Eso mejoró mucho en la relación de los pacientes. Montamos una Unidad especial de Esclerosis Lateral Amiotrófica, otros pacientes que requieren muchos cuidados, hicimos una red con cinco centros y al unirnos al Carlos III fusionamos las dos. Desarrollamos más el sistema de investigación traslacional. Tenemos un laboratorio de investigación básica donde se hacen modelos con animales y fuimos avanzando ahí en el conocimiento de la circulación cerebral, del efecto de la trombolisis, de cómo se puede proteger el cerebro en caso de un infarto o cómo se puede reparar después de una lesión.
"Madrid debe de ser la única comunidad que no tiene una agencia de investigación"
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Cuando me hice cargo del Servicio había 10 u 11 miembros en la plantilla y en este momento creo que facultativos debemos ser ya unos como 34. También es verdad que se nos unió el Carlos III y agrupamos a Neurofisiología Clínica, y se fue generando un área de Neurociencia ya muy amplia con sus biólogos en el laboratorio, etc. que hace que sea un departamento grande. El número de facultativos es grande y añadimos ahí los médicos residentes, que tenemos 16 de Neurología y 4 de Neurofisiología Clínica, hay un número muy importante y eso hace que las sesiones sean muy dinámicas y muy enriquecedoras.
Ha mencionado la investigación traslacional, ¿sigue siendo la cuenta pendiente de la investigación en España?
Sigue siéndolo pero cada vez hay más centros que se ocupan de ello. Yo estuve durante una serie de años coordinando un Comité de Investigación Traslacional dentro de la Sociedad Española de Neurología. Aquí
seguimos teniendo el problema de la investigación que Cajal ya denunciaba y no acabamos de superarlo. Cajal se quejaba de lo mal tratada que estaba la investigación en España, cómo se olvidaba a los investigadores, cómo los científicos interesaban poco, bueno, hace ya más de un siglo que recibió el Premio Nobel y esto ha cambiado poco, seguimos teniendo el presupuesto para investigación médica yo creo que más bajo de la Unión Europea. Es totalmente demoledor. Y con una Ley de la Ciencia totalmente absurda, desquiciada, que no contempla que los investigadores tengan que ir haciendo su carrera en la investigación y consolidándose y te obliga a que cuando llevan tres años no te permiten hacer un nuevo contrato porque no puedes concatenar más de tres años.
Este es un tema que las sociedades científicas sólo podemos denunciar y quejarnos. No es propio de un país moderno que destine tan poco dinero a la investigación. La investigación en Estados Unidos, en Reino Unido y en la Unión Europea, se considera una fuente de retorno, es una inversión y aquí
nuestros gobernantes lo siguen viendo como un gasto y para ser más todavía sangrante, en la Comunidad de Madrid ni siquiera tiene una agencia para investigación en Medicina, ni siquiera, debe de ser la única comunidad autónoma que no tiene agencia de investigación y no convoca ayudas de investigación médica. Vive de la fantasía, lo digo porque Carlos III no es de Madrid, es de toda España y sin embargo nosotros no tenemos una agencia en Madrid que nos ayude, la tiene Galicia, la tiene Cataluña, la tiene Valencia, la tiene Andalucía, Castilla-La Mancha...
Díez Tejedor estuvo en el estudio de Sanitaria 2000.
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¿Y ha llegado esto a hablarlo con la comunidad?
Por supuesto, directamente, con los consejeros que han pasado y dicen que sí, que es verdad, que hay una dirección de investigación pero no sé a qué lo dedica porque no tiene contenido, no hay una agencia de investigación. Y ha pasado un año y otro año y nunca lo incluyen en los presupuestos.
Como última pregunta, ¿cuáles son los retos actuales de la Neurología?
En España, conseguir los cinco años de la especialidad. Tenemos que conseguir mejorar la ratio en las comunidades autónomas donde hay menos neurólogos de los que son recomendables. Tenemos que conseguir que los hospitales, que ya cada vez están más extendidos, tengan áreas de especialización dentro de la Neurología, y esto se va consiguiendo pero falta completar esta cartera de servicios. Tenemos que hacer que sea más visible para la sociedad, que la sociedad piense que además de un corazón tenemos un cerebro y que
en esta jerarquía de órganos el cerebro incluso es más importante que el corazón porque hasta para que se mueva el corazón hace falta que el cerebro esté bien.
Necesitamos tener mayor proyección internacional, darle más visibilidad a nuestros neurólogos y a nuestros investigadores fuera, superando los complejos históricos, lo que hace falta es darles ayudas, no hay que permitir que se marchen fuera, esto es un grave error.
Y a nivel mundial, bueno, tenemos los retos de las enfermedades degenerativas, básicamente. Nos queda que podamos, en algunas enfermedades degenerativas como la enfermedad del Alzhéimer o las demencias en general, poder parar la enfermedad, retenerla si no somos capaces de curarla. En ataxias, el propio párkinson, si pudiéramos revertir ese daño que se está produciendo o al menos detenerlo para que ya el tratamiento sintomático del paciente continuara pero que la enfermedad no progresara… Ahí existe un gran reto de investigación, creo que en esa línea vamos a mejorar en la próxima década.
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