Un estudio publicado en el Journal of American Medical Association ha encontrado lesiones en 110 de 111 cerebros donados por exjugadores de la NFL, la liga profesional norteamericana. "Me sorprenden las cifras tan altas de afectación, pero desde hace un tiempo se conocía que tenía mucha incidencia, a pesar de que desde la Federación se había intentado negar y esconder", asegura a Redacción Médica el vocal de la Sociedad Española de Neurología, José Manuel Moltó. "Creo que es el deporte más violento en cuanto a golpes en la cabeza, junto con el boxeo. En este caso, este tipo de lesiones cerebrales lleva por nombre la demencia pugilística. Aunque hasta ahora no se había estudiado en profundidad, ya teníamos claro que había que proteger la cabeza. De hecho, se puso en marcha un Decálogo de prevención".
El nuevo trabajo ha sido realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y el hospital de veteranos de Boston. Se trata de la mayor investigación en este campo hasta la fecha. Los cerebros estudiados están depositados en un banco especializado, gestionado por estas dos entidades.
Según el especialista, "estamos acostumbrados a aceptar que en los deportes haya golpes en la cabeza, que habitualmente son leves y sin consecuencias directas graves. El problema son las continuas repeticiones de golpes. En el fútbol, por ejemplo, los centrales dan unos 10 cabezazos a lo largo de un partido".
Uno de los deportes más practicados en España con los que se le ha comparado al fútbol americano no es el balompié, sino el rugby: "Realmente, es bastante menos violento a nivel de golpes. No soy un gran seguidor del fútbol americano, pero siempre les veo con la cabeza por delante. Por más que lleven casco, me da la impresión que los golpes siguen siendo fortísimos. En el rugby interviene más el pecho y los hombros. De hecho, en el fútbol americano se puede comprobar que tienen que ir más protegidos".
"No es una alma, pero sí debe concienciar"
Para José Manuel Moltó, con los resultados de esta investigación "no hay que lanzar una alarma excesiva, de hecho animo a que se siga practicando deporte, pero sí hay que concienciar a la gente de que no hay que darse golpes así como así. Por precaución, porque no hay evidencias, creo que hay que tender a que los cerebros en formación (la gente más joven) no deben golpear objetos especialmente contundentes, en la medida de lo posible".
¿Es posible crear un casco perfecto para combatir estos choques? "El casco lo llevamos desde que nacemos, ya que el cráneo es nuestro casco natural. El problema es que el cerebro no está sujeto dentro de la cabeza, es un órgano con cierta movilidad y blando. Con lo cual, cualquier golpe, aunque no sea muy intenso, produce un choque en la cabeza. Por lo tanto, parece difícil que cualquier casco exterior pueda ser capaz de proteger a un nivel óptimo".
De hecho, recuerda que "el deporte americano maneja cantidades de dinero enormes y, ni con esas, han conseguido desarrollar un casco que les proteja del todo. No hablamos de evitar fracturas craneales, si no de esos bamboleos continuos, que son pequeños, ya que la mayoría de los deportistas no han tenido una pérdida de conciencia en su carrera. Sin embargo, sí que se ve a la larga que hay alteraciones en el tejido cerebral".
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