Investigadores de la New Mexico Highlands University (NMHU), en Las Vegas, Estados Unidos, descubren los beneficios que tiene
andar o caminar para la
mente.
Según el estudio, presentado la reunión anual de la
Sociedad Fitopatológica Americana en Biología Experimental 2017, el impacto del pie en el caminar envía ondas de presión a través de las
arterias que modifican significativamente y pueden aumentar el
suministro de sangre al cerebro. "Los efectos dinámicos de caminar, correr y montar en bicicleta en el flujo sanguíneo del cerebro humano eran simplemente desconocidos", ha explicado el autor principal
Dick Green.
Hasta hace poco se pensaba que
el suministro de sangre al cerebro (flujo sanguíneo cerebral o CBF, por sus siglas en inglés) era regulado por el cuerpo de manera involuntaria y resultaba relativamente poco afectado por los cambios en la
presión sanguínea causados por el ejercicio o el esfuerzo.
El equipo de investigación de NMHU, junto a otros investigadores de Colorado y Copenhague, encontraron previamente que el impacto del pie cuando se corre causaba impactos significativos relacionados con el
retroceso (flujo hacia atrás) de las ondas a través de las arterias que se sincronizan con la
frecuencia cardiaca y velocidad para regular dinámicamente la
circulación de la sangre al cerebro.
"Hay un ritmo optimizado entre el flujo sanguíneo del cerebro y andar. Las
tasas de los pasos y sus impactos del pie están dentro del rango de nuestras
frecuencias cardiacas normales (alrededor de 120/minuto) cuando estamos avanzando con rapidez", ha añadido el investigador. "Estos nuevos datos sugieren que el flujo sanguíneo del cerebro es muy dinámico y depende directamente de las
presiones aórticas cíclicas que interactúan con los pulsos de presión que surgen de los impactos en el pie", escribieron los investigadores.
El equipo utilizó
ultrasonido para medir las ondas de velocidad de la sangre de la arteria carótida interna y los diámetros arteriales para calcular el flujo sanguíneo a ambos lados del cerebro de 12 adultos jóvenes sanos durante el reposo, de pie y caminando.
Es más beneficioso para el cerebro que el ciclismo
Los investigadores descubrieron que, aunque hay un impacto más ligero en el pie al caminar que al correr, caminar produce ondas de presión más grandes en el cuerpo que aumentan significativamente el flujo sanguíneo al cerebro. Mientras que los efectos de caminar sobre el flujo de sangre al cerebro fueron menos dramáticos que los causados por el correr, sí que fueron mayores que los efectos obtenidos durante el
ciclismo, que no implica ningún impacto del pie.
"Hay
efectos hemodinámicos continuos en el flujo sanguíneo del cerebro humano por pedalear, caminar y correr. Estas actividades pueden optimizar la perfusión cerebral, la función y el sentido general de bienestar durante el ejercicio", ha culminado Green.
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