Científicos suizos e italianos han demostrado una
correlación entre la microbiota intestinal y la aparición de placas amiloides en el cerebro, típica de la enfermedad de Alzheimer, que es la causa más común de demencia.
Todavía incurable, esta patología afecta directamente a casi un millón de personas en Europa, e indirectamente a millones de miembros de la familia, así como a la sociedad en su conjunto. En los últimos años, la comunidad científica ha sospechado que la
microbiota intestinal desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad.
Según este nuevo trabajo, publicado en la revista
Journal of Alzheimer's Disease, las proteínas producidas por ciertas bacterias intestinales, identificadas en la sangre de los pacientes, podrían, en efecto, modificar la interacción entre los sistemas inmunológico y nervioso y desencadenar la enfermedad. Estos resultados permiten prever nuevas estrategias de prevención basadas en la
modulación de la microbiota de las personas en situación de riesgo.
"Medimos la deposición amiloide y luego cuantificamos la presencia en su sangre"
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"Ya hemos demostrado que la composición de la microbiota intestinal en los pacientes con la enfermedad de Alzheimer estaba alterada, en comparación con las personas que no padecen tales trastornos. Su microbiota tiene, en efecto, una
diversidad microbiana reducida, con una
sobrerrepresentación de ciertas bacterias y una fuerte disminución de otros microbios. Además, también hemos descubierto una asociación entre un fenómeno inflamatorio detectado en la sangre, ciertas bacterias intestinales y la
enfermedad de Alzheimer; de ahí la hipótesis que queríamos probar aquí: ¿podría la
inflamación en la sangre ser un mediador entre la microbiota y el cerebro?", explica uno de los autores, Giovanni Frisoni.
Las bacterias intestinales pueden influir en el funcionamiento del cerebro y promover la neurodegeneración a través de varias vías: en efecto, pueden influir en la regulación del sistema inmunológico y, en consecuencia, pueden
modificar la interacción entre el sistema inmunológico y el sistema nervioso.
Se han encontrado lipopolisacáridos, una proteína localizada en la membrana de las bacterias con propiedades proinflamatorias, en las placas amiloides y alrededor de los vasos del cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer. Además,
la microbiota intestinal produce metabolitos -en particular algunos ácidos grasos de cadena corta- que, al tener propiedades neuroprotectoras y antiinflamatorias, afectan directa o indirectamente a la función cerebral.
"Para determinar si los mediadores de la inflamación y los metabolitos bacterianos constituyen un vínculo entre la microbiota intestinal y la patología amiloide en la enfermedad de Alzheimer, estudiamos una cohorte de 89 personas de entre 65 y 85 años de edad. Algunos sufrían la enfermedad de Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas que causaban problemas de memoria similares, mientras que otros no tenían ningún problema de memoria.
Usando imágenes PET, medimos su deposición amiloide y luego cuantificamos la presencia en su sangre de varios marcadores de inflamación y proteínas producidas por bacterias intestinales, como lipopolisacáridos y ácidos grasos de cadena corta", resalta otro de los autores, Moira Marizzoni.
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