Tras descubrir en un estudio la relación entre la
edad biológica y el
envejecimiento cerebral, el
Hospital del Mar busca trasladar estos resultados a la práctica clínica. Así pues, el próximo paso de una investigación realizada por el
Servicio de Neurología es medir el envejecimiento cerebral con un
análisis de sangre y
resonancia magnética para ratificar el envejecimiento de los tejidos, aplicar distintas
intervenciones y conocer mejores
pronósticos de los pacientes a través de la
medicina personalizada.
Joan Jiménez, neurólogo y uno de los autores del estudio, publicado en la revista
Biology, explica en
Redacción Médica que el envejecimiento real del tejido del cuerpo depende de la persona y de sus hábitos: “En el estudio se ha correlacionado la
edad biológica global de nuestro organismo con una serie de lesiones del cerebro a través de las
hiperintensidades de sustancia blanca, un indicador del envejecimiento del cerebro. Esta sustancia sería como las autopistas del cerebro, y cuando sufren lesiones se rompe la comunicación y la sangre llega con más dificultad”.
Los investigadores han trabajado con datos de
247 pacientes que habían sufrido un
ictus y a los cuales se realizó una
resonancia magnética que permitió
establecer el volumen de hiperintensidades de la sustancia blanca en sus cerebros. “Será muy interesante en futuros estudios utilizar las nuevas aproximaciones informáticas que nos permiten
clasificar las hiperintensidades de la sustancia blanca en función de aspectos como su localización y ver si, por ejemplo, sucede que estamos considerando estas lesiones como un todo cuando en realidad se asocian a ellas causas diferentes en función del espacio que ocupan”, afirma Jiménez.
"Cuando la sustancia blanca sufre lesiones se rompe la comunicación y la sangre llega con más dificultad"
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A través de
técnicas computacionales, Jiménez espera poder predecir cuál es el envejecimiento cerebral de un paciente. Con esta información, el especialista constata que “ayudaría a conocer mejor a los pacientes e
intervenirlos de la mejor manera posible, permitiendo saber cuál es el
estado biológico de un tejido según el envejecimiento cerebral. Una persona con 63 años podría tener una edad biológica de 75 años, y al revés; un paciente de 80 años puede contar con tejido rejuvenecido cerebralmente”.
La epigenética para identificar enfermedades
Además de calcular el envejecimiento cerebral, los investigadores abordarán un campo mucho más ambicioso como es el de la
epigenética. “En función de la localización de las hiperintensidades de sustancia blanca y su forma puede implicar diferentes patologías, se busca identificar cuáles de ellas están
ligadas al envejecimiento y cuáles no. Estudiar las hiperintensidades de forma global es otra de las hipótesis que se barajan para
hacer un cálculo global de lo envejecido que está el cerebro”.
"Se busca identificar cuáles de las patologías que afectan a la sustancia blanca están ligadas al envejecimiento y cuáles no"
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Ralentizar el incremento de estas lesiones en el tejido cerebral con una
desaceleración del envejecimiento del cerebro es el siguiente
escollo que el neurólogo afronta con gran ilusión: “Estudiar el envejecimiento cerebral para lograr un beneficio en la práctica clínica es una de las prioridades, pero la epigenética puede dar información valiosa sobre cómo funciona el cerebro e investigar nuevas técnicas”.
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