La enfermedad de Parkinson es la patología
neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial, después del
alzhéimer. En España, y según datos de la
Sociedad Española de Neurología (
SEN), unas 150.000 personas padecen esta enfermedad y la sociedad llega a estimar que el número de
afectados se
triplicará en los próximos 30 años. Una cifra de la que advierte
Diego Santos, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, quien asegura a Redacción Médica que "es una enfermedad compleja y, para un mejor abordaje, se deben acreditar
unidades especializadas en trastornos del movimiento".
Unidades de las que "ya disponen algunos hospitales españoles y las llevan a cabo
neurólogos subespecializados", según Santos. Además, el experto admite que desde la SEN "ya se ha proyectado esta necesidad para
acreditar las unidades y el primer paso ha sido realizar un
manual de acreditación de unidades clínicas a través del Comité de Acreditación de la SEN".
Para Santos, el principal objetivo es "
mejorar la atención de estos pacientes y lo ideal sería un manejo multidisciplinar de la enfermedad de Parkinson llevado a cabo por
equipos multidisciplinares". En ellos, estarían implicados el neurólogo y otros especialistas, como psiquiatras, neuropsicólogos, endocrinos especializados en nutrición, etc". Santos asegura que "realizar este tipo de atención en las unidades especializadas en trastornos del movimiento permitirían que el paciente reciba terapias complementarias que, en muchas ocasiones, el
Sistema Nacional de Salud (
SNS) no las ofrece, como puede ser Logopedia, Fisioterapia o Terapia Ocupacional".
Santos admite que existe una "
gran variabilidad en cuanto a la evolución y manifestación de la
enfermedad de Parkinson de unos pacientes a otros y, por ello, los pacientes necesitan un abordaje individualizado, no solo en cuanto al tratamiento, sino a las terapias complementarias".
Más de la mitad de los nuevo casos de este año, sin diagnosticar
El
envejecimiento es el principal
factor de riesgo de padecer la enfermedad y su incidencia y prevalencia aumentan exponencialmente a partir la sexta década de vida, pasando a afectar hasta un 2 por ciento de los mayores de 65 años y a un 4 por ciento de los mayores de 80. En este sentido, Santos subraya que “en todo caso, aunque la mayoría de los casos se presentan a partir de la
sexta década de vida, no es una enfermedad exclusiva de personas mayores. Aproximadamente un 15 por ciento de los casos actualmente diagnosticados en nuestro país corresponden a personas menores de 50 años, es lo que denomina como ‘Parkinson de inicio joven’”.
De acuerdo a la incidencia de esta enfermedad, cada año unos
10.000 españoles empiezan a desarrollar los
síntomas de esta enfermedad, sin embargo el hecho de que en España exista un retraso de entre 1 y 3 años en el diagnostico, hace que la SEN estime que más del
50 por ciento de los nuevos casos que han debutado en el último año estén
aún sin diagnosticar.
“A pesar de los avances que se han dado en este campo, el
diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es
fundamentalmente clínico. Sin embargo, hoy sabemos que cinco, o incluso diez años antes de estos
síntomas motores, los pacientes pueden presentar
alteraciones no motoras relacionadas con la enfermedad, como la degeneración cognitiva, depresión, alteraciones del sueño, pérdida del olfato, trastornos gastrointestinales,… Y un reciente estudio publicado en
JAMA Neurology, acaba de apuntar a dos nuevos síntomas no motores: la
pérdida de audición y la
epilepsia”, afirma Santos.
"Hasta el 24% de los casos diagnosticados como enfermedad de Parkinson, tienen en realidad otro síndrome parkinsoniano"
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Por otra parte, Santos afirma que es necesario
modificar la atención en las consultas por lo que respecta a trastornos del movimiento: “En la SEN estimamos que hasta un 24% de los casos diagnosticados recientemente como enfermedad de Parkinson, tienen en realidad
otro síndrome parkinsoniano. Por lo tanto, se hace necesario apostar por el desarrollo de un mayor número de consultas especializadas en trastornos del movimiento en todos los centros hospitalarios para mejorar estas cifras”.
Hoy en día existe una
gran variabilidad de recursos disponibles para al tratamiento de los síntomas motores de la Enfermedad de Parkinson, entre los que se incluyen distintos
enfoques farmacológicos y no farmacológicos. Sin embargo, todavía no existe una cura para esta enfermedad y las terapias farmacológicas actuales, aunque son capaces de mejorar los síntomas en las fases iniciales con claros beneficios en la autonomía para el desarrollo de las actividades de la vida diaria y la calidad de vida en la gran mayoría de los pacientes, se vuelven menos efectivas a medida que la enfermedad progresa.
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