“El anticuerpo monoclonal
Lecanemab representa un
hito y un cambio de paradigma contra la enfermedad de
Alzheimer. Se ha encontrado el primer tratamiento válido para esta enfermedad mortal”. El mensaje que transmite a
Redacción Médica Juan Fortea, Coordinador del
Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), acerca de los resultados de un ensayo que reduce un
27 por ciento el deterioro cognitivo en las etapas iniciales de la enfermedad conlleva también una
dura realidad para los pacientes: “Podrá tardar unos
dos años en implantarse a España y se dará en
indicaciones muy concretas. Pocos pacientes que actualmente tengan alzhéimer podrán beneficiarse de él, ya que muchos de ellos ya se encuentran en
estados avanzados”.
El neurólogo recuerda que, por ahora, las
farmacéuticas Eisai y
Biogen solamente han publicado una nota de prensa, por lo que “no hay artículo ni resultados presentados a la comunidad científica. Estas conclusiones se ofrecerán en el
Clinical Trial son Alzheimer’s Disease (CTAD) a finales de noviembre. Ahora bien, la información que tenemos es tremendamente relevante, ya que se han cumplidos todos los
endpoints primarios y secundarios del ensayo, y
se ha comprobado el potencial de los anticuerpos de segunda generación antiamiloides”.
"Pocos pacientes que actualmente tengan alzhéimer podrán beneficiarse del fármaco"
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Antes de que el nuevo fármaco pueda llegar hasta el paciente en España, éste debe pasar por hasta tres filtros distintos. “Se puede llegar a retrasar hasta dos años. Lo primero es que la
Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo apruebe. A continuación, la
Agencia Española del Medicamento (Aemps) debe dar luz verde, y finalmente las comunidades autónomas pagan el fármaco. Hay
tres filtros por pasar, y la sociedad debe ser consciente que aún no se han presentado los resultados del ensayo clínico”, argumenta el especialista.
España no está preparada para administrar el fármaco
Otra encrucijada en la que se encuentra
este fármaco contra el alzhéimer en España a la hora de ser administrado es que, tal y como recuerda Fortea, “el sistema sanitario no está preparado para recibirlo. Muchos pacientes están sin diagnosticar, la mayoría no reciben
resonancias magnéticas y solo una ínfima minoría de pacientes con alzhéimer en España tiene
biomarcadores. Todo ello es imprescindible ahora, por lo que se va a cambiar la práctica clínica. La sociedad es consciente de que existe un tratamiento que a lo mejor se beneficia y que solo se podrá dar en estadios iniciales de la enfermedad. El
nihilismo siempre ha rodeado esta enfermedad, nosotros pedíamos más
concienciación y un tratamiento ha llegado para cambiarlo todo”.
"Existe en España un problema de infraestructura notable"
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El fármaco contra la enfermedad de Alzhéimer requiere una serie de
premisas para poder ser administrado que no se realizan en España y que el especialista describe: “Se necesitan
biomarcadores,
infusiones venosas cada 15 días, tres resonancias magnéticas al año, hospitales de día, etc. De un paciente que veíamos una vez al año ahora requiere toda esta atención. Existe en España un problema de infraestructura notable”.
Una enfermedad que hasta ahora parecía
invencible logra el primer tratamiento modificado que, en palabras de Fortea, “de forma inequívoca demuestra eficacia. Pese a ello, no nos conformamos, ya que no es la cura definitiva y hablamos de un beneficio modesto. Se trata de un primer paso que damos en modificar el curso de la enfermedad. Hablamos de un nuevo mañana”.
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