La última mesa de la primera jornada del
Foro Estratégico Institucional Separ 2020 ha tenido como protagonista a
Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad. Y lo ha hecho en una conversación sobre la experiencia de la Administración en la gestión del
Covid-19 con
José Martínez Olmos, exsecretario general de Sanidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y actual
profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Aparicio ha comenzado
hablando de la “incertidumbre”: “Nos enfrentamos a un nuevo virus que tiene unas características muy diferentes respecto al SARS y al MERS, con una letalidad mucho más alta pero una capacidad de transmisión mucho menor”.
La directora de Salud Pública ha recordado aquella primera ola “muy explosiva” mezclada con un sistema sanitario que venía de “recortes” con una “debilidad de la Atención Primaria” que no estaba “con la inversión que requería en tecnología o recursos humanos”. Del mismo modo, a su juicio las “características sociodemográficas han marcado mucho cómo hemos vivido la pandemia”.
“Tenemos relaciones a lo largo de las diferentes generaciones, la movilidad geográfica también es clave con un país como el nuestro, que es nudo de comunicaciones”, ha añadido.
Aparicio analiza el desarrollo de las vacunas Covid-19.
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Conocimiento previo al Covid-19
“La vulnerabilidad a nivel social, laboral… han tenido también un papel fundamental” en la transmisión del Covid-19, según ha matizado Aparicio, que ha citado como ejemplo el caso de los temporeros, tanto por sus condiciones de trabajo como por la situación de sus viviendas. Añadiendo asimismo
lo complicada que fue la adquisición de respiradores.
Aparicio ha explicado la toma de decisiones que se fue gestionando
con “el conocimiento previo” de otras epidemias como la de gripe A. También con una fuerte coordinación interministerial, con las CCAA a través del Interterritorial, con los organismos internacionales como la OMS, el trabajo “clave” con las Sociedades Científicas, con los comités de expertos y el análisis de las distintas publicaciones científicas.
“Si algo ha caracterizado nuestra respuesta ha sido la coordinación interterritorial, tanto por la Comisión de Salud Pública como el propio Consejo; a veces con reuniones todos los días”, ha admitido la directora general del Ministerio de Sanidad. Todo ello permitió la “toma de decisiones basadas en la evidencia” tanto para “el confinamiento como para la desescalada y la reescalada cuando ha sido necesario”, ha matizado.
“En la primera onda epidémica solo detectábamos un 10 por ciento de los casos reales de Covid-19 y de ellos, un 50 por ciento requerían hospitalización, por lo que solo detectábamos los de afectación más severa”, ha admitido para recordar que “
el confinamiento en España fue de los más fuertes de Europa”.
Transición a la nueva normalidad
"El objetivo es llegar a 7 casos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes"
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Tras él, llegó aquel “plan de transición a la nueva normalidad”, donde para Aparicio fue clave “el proceso de desescalada”: “Fue de cogobernanza y permitió ir definiendo los diferentes marcos competenciales con indicadores clave que nos permitieron ir avanzando”. “Discutíamos con los territorios las fases de desescalada”, ha recordado. “Tomamos 215 decisiones sobre los territorios y con un acuerdo, el 88% fueron favorables al cambio de fase de los territorios”, ha remarcado la directora general. Todo ello con unos parámetros de incidencia “deseables” y que esperan volver a conseguir de
siete casos por cada 100.000 habitantes, con una hospitalización del 0,4 por ciento y fallecidos del 0,1 por ciento.
“Nuestro país fue capaz de pasar de la falta de pruebas diagnósticas a testar a gran parte de la población”, ha incidido recordando
que se han hecho unos 15 millones de PCR desde el comienzo de la epidemia. “A medida que hemos tenido ahora un incremento de casos, las capacidades de recortar tiempos desde el diagnóstico se han complicado”, ha reconocido. Además, en plantillas del Sistema Nacional de Salud, “en Medicina no ha sido posible incrementar los profesionales y en Enfermería levemente”, ha admitido Aparicio.
Respecto al análisis de la situación actual, la segunda ola epidémica, Aparicio ha explicado que actualmente los casos detectados “son muy superiores” y
somos capaces de diagnosticar “entre un 60 y 80 por ciento de todos los casos”. Un dato que se conoce gracias al estudio de seroprevalencia, que comenzará “su cuarta onda el 16 de noviembre”.
Además, por edades,
los mayores representan ahora “menos del 30 por ciento de los casos”. Aun así, “la letalidad es muy alta, al tener unos 100 fallecidos diarios, algo en lo que tenemos que trabajar”, ha admitido Aparicio. Ésta ha evolucionado del “12-13 por ciento al 1 por ciento”, cambiando “en global, al tres por ciento”. “Estamos incluso bajando la letalidad entre los grupos a partir de los 60 años, gracias a la no saturación del SNS y a la experiencia de los profesionales”, ha comentado la directiva del Ministerio que dirige Salvador Illa.
José Martínez Olmos conversa con Pilar Aparicio.
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Paralelamente, Aparicio ha descrito la importancia de tener a partir de ahora un SNS y Salud Pública “más reforzado, un mejor sistema de Emergencias, mayor
inversión en I+D+i y trabajar sobre la vulnerabilidad social”. Aparicio ha hablado también de la situación de “fatiga” de la sociedad tras tantos meses de epidemia: “Nos quedan varios meses por delante y hay que concienciar a la población, aunque con las vacunas veamos el fin del túnel”.
Desafío entre Gobierno y comunidades
Martínez Olmos ha puesto el acento en las próximas semanas, en las que hay que evitar “el colapso sanitario”. Y por ello ha preguntado a Aparicio sobre cómo se va gestionando el desafío de coordinación entre Gobierno y las comunidades. Aparicio ha respondido que “en esta crisis, la herramienta fundamental han sido las acciones coordinadas en Salud Pública:
cierre de ocio nocturno, apertura del comercio, vacunación de la gripe… Aspectos clave donde hemos actuado de forma coordinada”.
Además ha explicado que el documento de respuesta temprana aprobado este jueves da una estructura “más dinámica” y define “escenarios y medidas de nueva normalidad en función del riesgo bajo, medio, alto o muy alto”
. “Para la ciudadanía es fundamental un acuerdo así para poder entender a la pandemia en la que nos estamos enfrentando”, ha añadido.
“Es evidente que vivimos en la inmediatez informativa, pero en una pandemia para salir necesitamos a todos porque es un virus muy complicado, así que necesitamos dar certidumbre a la población también con políticas más coordinadas a toda la población europea, con medidas comunes”, ha aseverado Aparicio, que ha destacado el papel de los medios de comunicación para que haya una voz unida frente a la epidemia.
Olmos ha comentado el toque de queda impuesto por Francia y ha manifestado su preocupación sobre cómo acertar con cuándo implementar restricciones más duras para evitar el colapso de la sanidad, sobre todo en algunas regiones con mayor incidencia. Un desafío complejo al que Aparicio ha respondido que pretenden
“preservar el SNS para tratar mejor a las personas enfermeras pero también para mantener la actividad sanitaria ordinaria”. “Pero nuestro objetivo también es preservar la salud y la economía de la sociedad, pues somos conscientes de que las medidas que tomamos tienen repercusión”.
"A partir del dos por ciento de camas ocupadas por pacientes Covid-19, nos ponemos en alerta"
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Sin embargo, Aparicio cree que los indicadores aprobados en el documento citado anteriormente “no son muy estáticos”: “Nosotros planteamos una convivencia con el virus y
eso refleja menos de un 2 por ciento en camas de agudos ocupadas por Covid-19, a partir de ahí nos ponemos en alerta”, ha aclarado. Si bien ha matizado también las diferencias entre territorios, como el caso de “Navarra, que tiene una capacidad de detección muy superior al resto pero no tiene tanta ocupación de camas, por eso son importantes estos indicadores”.
Olmos ha explicado que duda del “dinamismo que puede tener el indicador de camas ocupadas por Covid-19,
al ser muy distinto que estén afectados pacientes jóvenes que de mayor edad”. Aunque, en cualquier caso, “con el documento aprobado hoy se pueden tomar decisiones con mayor seguridad, sobre todo de cara a la ciudadanía”.
Olmos también ha preguntado a Aparicio sobre el papel de la enfermedad del Covid-19 en la población más mayor y su evolución. Algo que la directora general ha destacado como clave:
“Los sectores más vulnerables se están cuidando, eso lo estamos viendo en comparación con la primera onda epidémica; de hecho por eso hemos incluido el indicador de la tasa de incidencia en personas por encima de 65 años”.
Vacuna Covid-19
“Las residencias han mejorado mucho sus cuidados y, en ese sentido, no voy a decir que no haya brotes pero aprendimos mucho de la primera fase de la epidemia de cómo tratar a las personas mayores y hemos reducido muchísimo la afectación a las personas mayores”, ha celebrado Aparicio.
En cuanto a la
vacuna del Covid-19, Aparicio ha reconocido que
va a llegar “bastante antes de lo que pensamos cuando comenzó la pandemia, por los problemas que ha habido con otras vacunas del Covid-19”. “Es fundamental tener un acceso equitativo a la misma en todos los países; así en el seno de ponencia de vacunas de la comisión pública del Consejo Interterritorial se ha compuesto
un grupo de trabajo que representantes de sociedad científicas, comunidades autónomas y expertos multidisciplinares, con la idea de que puedan elaborar y establecer criterios de priorización en grupos de población con los que tenemos que empezar a vacunar”, ha señalado la directora general del Ministerio.
“Esta semana tenemos una reunión con la
Federación de las Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) para intercambiar con grupo de sus expertos, y después otra reunión con todas las Sociedades Científicas y colegios profesionales para intercambiar no el borrador, que aún no lo tenemos, pero sí las primeras ideas”, ha señalado. “Vamos a intentar que sea un proceso lo más ágil posible teniendo un abordaje similar en todos los países del entorno”.
En este sentido, Aparicio ha explicado el proceso de
“compra conjunta de vacunas en Europa” que cuenta con “experiencias previas de las que se ha aprendido mucho” y que va a tener
“un criterio de equidad y alcance pero también de solidaridad con el resto de países, entendiendo que se ha de responder de forma global”.
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