Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha demostrado que la apnea obstructiva del sueño (AOS) y, concretamente, la hipoxia intermitente –la disminución de oxígeno en la sangre arterial–, aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, riñón y melanoma. El trabajo, publicado en Current Sleep Medicine Report recoge los resultados obtenidos en el campo de la experimentación animal y subraya que la hipoxia intermitente produce un incremento en el crecimiento y metástasis de estos tumores en comparación con los animales no sometidos a esta hipoxia intermitente.
"La AOS es una patología del sueño que consiste en obstrucciones repetidas de las vías aéreas superiores que interrumpen el flujo de aire a los pulmones, provocando disminución de la presión de oxígeno en sangre arterial (hipoxia) y disminución del porcentaje de saturación de la oxihemoglobina. Esto provoca que el centro respiratorio se active, el sujeto inspira, se vence la obstrucción, se restablece el flujo de aire a los pulmones y se normaliza la oxigenación de la sangre", ha explicado la investigadora del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), Ana Obeso.
Junto al IBGM, investigadores de la Universidad de Barcelona, del Hospital Universitario La Fe de Valencia y de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), han confirmado esta relación directa entre la hipoxia nocturna con el aumento en el crecimiento y las metástasis tumorales.
En cuanto al melanoma, solo hay seis estudios publicados y en todos se concluye que la hipoxia intermitente aumenta el crecimiento y metástasis de este tumor. Sobre el cáncer de pulmón, también se ha visto un aumento de la proliferación, migración e invasión de las células tumorales. Y en el modelo de cáncer de riñón se ha observado que la hipoxia intermitente provoca un aumento de la vascularización del tumor (angiogénesis), lo que está asociado a un peor pronóstico en estos tumores.
Un estudio pionero
Por otro lado, el equipo del IBGM ha publicado recientemente en la revista European Respiratory Journal un estudio pionero, hasta el momento el único en todo el mundo, en torno a esta línea. Y es que, se ha analizado el efecto de la hipoxia intermitente de dos intensidades distintas, leve y severa, sobre la aparición espontánea de tumores en ratones de edad avanzada, simulando así la edad avanzada en humanos en la que la prevalencia de la AOS es mayor.
El estudio concluye que la hipoxia intermitente de intensidad severa produce un incremento significativo de tumores y, preferentemente, de pulmón. "Hay que seguir investigando en los mecanismos intracelulares de vías de señalización involucradas en estos efectos para poder, en un futuro, diseñar fármacos que, actuando sobre esas vías de señalización, disminuyan la aparición, crecimiento y diseminación de los tumores inducidos por la hipoxia intermitente", ha zanjado la investigadora del IBGM.
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