El porcentaje de
embarazadas fumadoras en
España durante 2016 fue del
20,4 por ciento, frente al 14,3 por ciento registrado en 1980, y es
superior en mujeres
menores de 30 años (28,7 por ciento) que en las de 30 años o más (17,6 por ciento), según ha alertado el Instituto de Salud Carlos III a través de un estudio en más de 40.000 mujeres españolas.
De acuerdo con sus hallazgos, publicados con motivo del Día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo), las embarazadas de
nivel educativo más bajo mostraron una
mayor proporción a fumar (32,9 por ciento) que las de nivel
intermedio (21,2 por ciento) y
superior (14,4 por ciento). Además, un
66 por ciento de las gestantes
mantuvo el consumo durante todo el embarazo y solo un 22 por ciento dejó de fumar durante el primer trimestre.
El informe, que se presentará en el próximo Congreso Nacional de la Sociedad Española de Epidemiología (
SEE), muestra que la evolución del consumo de tabaco entre 1980 y 2016 en España mostró
cuatro periodos diferenciados: desde
1980 a 1989 se registró un incremento promedio anual del 1,6 por ciento; desde
1990 hasta 2001 se observa una estabilización en las mediciones; a partir del cambio de siglo se inicia un descenso anual del 1,4 por ciento
hasta 2008 y, finalmente, surge una desaceleración posterior de esta disminución, reduciéndose solo un 0,2 por ciento anual
hasta 2016.
Los investigadores recuerdan que cuando una embarazada fuma, el
monóxido de carbono y la
nicotina del
humo de tabaco "pueden
interferir con el suministro de
oxígeno al feto". "Además, la nicotina cruza fácilmente la placenta y sus c
oncentraciones en el feto pueden ser hasta un 15 por ciento más altas que los niveles maternos. Los efectos adversos del hábito de fumar durante el embarazo incluyen
complicaciones en la gestación,
muerte fetal,
parto prematuro, un
retraso en el crecimiento fetal y
bajo peso al nacer (lo que repercute sobre la salud en la infancia), así como varios tipos de
defectos congénitos graves asociados a
discapacidad", recuerdan.
Además, añaden que, en algunos casos, fumar durante el embarazo "también conlleva un riesgo de sufrir
abortos espontáneos y el
síndrome de muerte súbita del
lactante entre otros problemas de salud". "Incluso antes del embarazo, el tabaco es una exposición que debe evitarse porque puede afectar a la
fertilidad de la pareja y a la formación de las
células reproductivas", puntualizan.
Pide más regulación 'antitabaco'
En este contexto, abogan por que España incluya en la
regulación 'antitabaco' nuevas medidas sanitarias "como el
empaquetado genérico en las cajetillas de cigarrillos y otros productos de tabaco, así como l
a prohibición de su consumo en
vehículos privados donde viajen menores".
"Los padres y demás miembros de las familias y la comunidad también deben tomar medidas para promover su propia salud y la de sus hijos, protegiéndolos de los daños causados por el tabaco incluso desde antes del embarazo. Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. La prevención es responsabilidad de todas las personas y el tabaco es una exposición evitable, por lo que nadie debe perder la oportunidad de prevenir y favorecer un desarrollo saludable", concluyen dos responsables del proyecto,
Iñaki Galán y
Eva Bermejo.
La muestra del estudio, en el que han colaborado el Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (
Ecemc), el Instituto de Investigación de Enfermedades Raras (
IIER) y el
Centro Nacional de Epidemiología, está constituida por
40.934 mujeres embarazadas, madres de los controles participantes en el estudio Ecemc (recién nacidos sin defectos congénitos) registrados en dicho período en toda España.
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