Un grupo de investigadores del Masonic Cancer Center de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) han demostrado que los cigarrillos electrónicos, cuya popularidad se ha ido acrecentando en los últimos años, pueden modifiar el material genética en las células de la cavidad oral, lo que podría aumentar su riesgo de cáncer.
"Los cigarrillos electrónicos son una tendencia popular, pero se desconocen los efectos a largo plazo en la salud. Queremos caracterizar los productos químicos a los que están expuestos los vapeadores, así como cualquier daño en el ADN que puedan causar", ha explicado Romel Dator, uno de los responsables de este estudio.
"Está claro que hay más carcinógenos derivados de la combustión del tabaco en los cigarrillos comunes que del vapor de los cigarrillos electrónicos. Sin embargo, no sabemos realmente el impacto de inhalar la combinación de compuestos producidos por este dispositivo. Solo porque las amenazas sean diferentes no significa que los cigarrillos electrónicos sean completamente seguros", recuerda otra de las investigadoras, Silvia Balbo.
Para caracterizar las exposiciones químicas durante el vapeo, los investigadores reclutaron a cinco usuarios de cigarrillos electrónicos. Recogieron muestras de saliva antes y después de una sesión de vapeo de 15 minutos y analizaron las muestras en busca de sustancias químicas que se sabe que dañan el ADN.
Para evaluar los posibles efectos a largo plazo del vapeo, el equipo evaluó el daño al ADN en las células de las bocas de los voluntarios. Los investigadores utilizaron métodos basados en espectrometría de masas, que habían desarrollado previamente para un estudio diferente en el que evaluaron el daño del ADN oral causado por el consumo de alcohol.
Dator y Balbo identificaron tres compuestos dañinos para el ADN, formaldehído, acroleína y metilglioxal, cuyos niveles aumentaron en la saliva después de vapear. En comparación con las personas que no usan estos dispositivos, cuatro de los cinco usuarios de cigarrillos electrónicos mostraron un aumento en el daño al ADN relacionado con la exposición a la acroleína. El tipo de daño, llamado aducto de ADN, se produce cuando productos químicos tóxicos, como la acroleína, reaccionan con el ADN. Si la célula no repara el daño para que pueda tener lugar la replicación normal del ADN, podría producirse cáncer.
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