La
apnea obstructiva del sueño (AOS) es una enfermedad muy prevalente que tiene como tratamiento de referencia la
administración de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP). Los pacientes con AOS que ya se benefician de la CPAP en sus domicilios y no tienen
Covid-19 ni síntomas de sospecha deben continuar tratándose con la CPAP con normalidad, mientras que los pacientes con COVID-19 o sospechosos de tener la infección por SARS-CoV-2 pueden continuar con esta terapia si viven solos y suspenderla durante los catorce días de aislamiento si tienen convivientes o algún cuidador.
Estas son algunas de las recomendaciones sobre apnea del sueño en tiempos de Covid-19 elaboradas por un grupo de expertos (Irene Cano, Miguel Ángel Martínez, Eusebi Chiner y Olga Mediano) de la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), a la luz de la evidencia científica y la mejor práctica clínica disponibles hasta la fecha.
Riesgo de usar la CPAP con el SARS-CoV-2
El riesgo de usar una CPAP durante la infección o sospecha de SARS-CoV-2 reside en una mayor posibilidad de contagio del cuidador o convivientes del paciente, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS). La CPAP forma parte de los equipos de soporte respiratorio no invasivo (SRNI), que entrañan un aumento del riesgo de transmisión del virus SARS-CoV-2 debido a la
aerosolización de las partículas que se producen desde la válvula espiratoria de los mismos, por las posibles fugas perimascarilla o por la boca, en el caso de las mascarillas nasales, mientras que en el caso de las mascarillas oronasales la distancia de dispersión de las gotas es variable dependiendo del modelo y de si tiene sistema de fuga controlada.
La aerosolización del SARS-CoV-2
permanece en el aire 1,1 horas, por lo que se requiere un mayor periodo de aislamiento si se usan estos equipos de SRNI. Y también hay que tener en cuenta que una exposición a mayor carga viral se asocia con el desarrollo de una forma más grave de la enfermedad COVID-19 y un peor pronóstico.
"El Covid-19 ha suscitado dudas acerca de la conveniencia o no del uso de la CPAP en pacientes de apnea obstructiva del sueño"
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Por todo ello, la irrupción de la pandemia causada por el virus SARS-CoV2
ha generado circunstancias especiales tanto en cuanto al diagnóstico como al manejo clínico de la apnea del sueño e inquietud entre los profesionales, pacientes y empresas de Terapias Respiratorias Domiciliarias (TRD) respecto a los protocolos de actuación en esta enfermedad.
“La pandemia causada por el SARS-CoV2 ha suscitado dudas acerca de la conveniencia o no del uso de la CPAP en pacientes de apnea obstructiva del sueño, qué medidas de seguridad se deben adoptar en su empleo, tanto los pacientes sin infección, como los casos sospechosos o confirmados, así como sus convivientes. De ahí la importancia de elaborar
un documento de recomendaciones útiles tanto para pacientes, profesionales, cuidadores y empresas de TRD que, desde SEPAR, se ha hecho a la luz de la evidencia científica disponible y la mejor práctica clínica”, explica la Dra. Olga Mediano, coordinadora del Área de Apnea del Sueño de SEPAR.
No obstante, advierte que “esta evidencia científica es aún escasa, por lo que esta recomendaciones estarán en constante revisión y son susceptibles de sufrir modificaciones”.
Recomendaciones principales
Entre las recomendaciones para pacientes, cuidadores, profesionales y empresas figuran estas:
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Seguir usando con normalidad el equipo de CPAP, en el caso de pacientes no infectados por SARS-CoV-2 y sin síntomas que lo hagan sospechar, como tos, fiebre o disnea.
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Los pacientes usuarios de CPAP en el domicilio, sospechosos o infectados por SARS-CoV-2 que viven o duermen solos pueden seguir usando la CPAP con normalidad.
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En cambio, los pacientes usuarios de CPAP en el domicilio, sospechosos o infectados por SARS-CoV-2, que comparten el dormitorio con otra persona o que tengan un cuidador, deben suspender el uso de la CPAP durante los catorce días de aislamiento recomendados para usuarios de CPAP por AOS. En estos casos, los síntomas de hipersomnolencia o cansancio pueden reaparecer, aunque sus consecuencias serán menores al estar confinados, sin tener que conducir o trabajar, y desaparecerán al reiniciarse la terapia a los catorce días.
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Consultar al especialista sobre la continuidad o suspensión del tratamiento cuando los pacientes usuarios de CPAP en el domicilio, con infección o sospecha de SARS-CoV-2 y que conviven con otras personas, llevan la CPAP por otras patologías que se suman a la AOS o son distintas a esta y, además, llevan oxigenoterapia crónica domiciliaria.
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En caso de no poder suspender la terapia con CPAP por algún motivo, el paciente debe seguir las medidas generales de aislamiento, utilizando una habitación independiente, siempre que sea posible, intensificando la distancia de seguridad, la adecuada ventilación de la habitación y manteniendo la habitación cerrada en todo momento.
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De seguir con el tratamiento de CPAP en el domicilio, realizar los cambios necesarios en el sistema de fungibles de los equipos de CPAP (mascarilla nasobucal sin válvula espiratoria, filtro antivírico de baja resistencia y válvula espiratoria tras el filtro) y, para ello, ponerse en contacto con la empresa de TRD correspondiente y advirtiendo siempre a la empresa que se trata de un paciente con sospecha/infección por SARS-CoV-2 para que el personal que acuda a atenderle pueda disponer del equipamiento de protección individual (EPI) adecuado.
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Evitar el uso de humidificador hasta la finalización del aislamiento debido al posible incremento de transmisión del virus y seguir los consejos de limpieza de los equipos.
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No compartir nunca los equipos de CPAP ni sus partes fungibles con otras personas.
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El conviviente o cuidador en el domicilio de un paciente con CPAP, sospechoso o con una infección de SARS CoV-2 debe seguir las recomendaciones generales de aislamiento: la persona cuidadora no debe ser una persona de riesgo para la infección COVID-19, ya que la mayor exposición a carga viral también supone un riesgo de mayor gravedad de la enfermedad; debe extremar la distancia de seguridad, incrementar la ventilación de la habitación por la mañana y mantener la puerta de la habitación cerrada.
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Si el paciente no es capaz de realizar la limpieza de su equipo/fungible de CPAP, la persona que lo realice debe hacerlo con doble guante y realizando un lavado exhaustivo de manos tras el proceso de limpieza.
La apnea obstructiva del sueño
La AOS se caracteriza por la obstrucción de la vía aérea y, por lo tanto, la interrupción del flujo del aire que llega a los pulmones durante el sueño. En los casos diagnosticados, la aplicación de CPAP es el tratamiento de referencia.
Casi 1.000 millones de individuos en el mundo, de ambos sexos y de entre 30-69 años, presentan exceso de trastornos respiratorios del sueño (índice de apnea e hipopneas [IAH]≥5) y que, de estos, algo menos de la mitad, alrededor de 425 millones, podrían susceptibles de recibir un tratamiento con CPAP, al presentar un IAH≥15, según datos epidemiológicos recientes.
Se estima que, en torno el 90% de los pacientes con AOS permanecen sin diagnosticar y las principales consecuencias de no tratar este síndrome tienen una gran variabilidad, difieren según la edad y el sexo del paciente, pero abarcan desde falta de oxígeno intermitente (hipoxemia) a la fragmentación del sueño, lo que desencadena
alteraciones metabólicas, cardiovasculares (hipertensión y exceso de eventos cardiovasculares) y
neuropsiquiátrica (somnolencia, ansiedad, depresión o trastornos neurocognitivos). Todos estos síntomas reducen la calidad de vida de los pacientes y pueden provocar su muerte precoz por un accidente laboral o de tránsito (relacionado con la falta de un descanso adecuado y la somnolencia diurna) como a largo plazo, debido a complicaciones neurovasculares.
El tratamiento con CPAP se prescribe en formas graves o sintomáticas de la enfermedad y logra mejorar sus síntomas, el
control metabólico y de las cifras de presión arterial moderada. En cuanto se retira, en una sola noche, se ha visto que estos síntomas regresan. Sin embargo, se desconoce qué impacto tiene para evitar un evento cardiovascular a más largo plazo.
Día Nacional de la apnea del sueño
Este domingo, 20 de septiembre, se celebra el
I Día Nacional de la Apnea del Sueño, una efeméride instituida por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) para informar y concienciar sobre este trastorno que, caracterizado por episodios repetidos de paradas de la respiración durante el sueño, afecta en torno a un 6% de la población de todo el mundo. La fecha elegida para la efeméride, instituida con motivo de la celebración en 2014, del ‘Año SEPAR del paciente crónico y las terapias respiratorias domiciliarias’, conmemora la instauración hace ya más de una década del Programa Integral de Investigación de Sueño de esta Sociedad científica.
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