Las últimas evidencias científicas avalan la implantación en
Europa y en
España de
programas de
cribado de cáncer de pulmón mediante la realización de una
tomografía computarizada de bajas dosis de radiación (
TCBD) anual en personas con riesgo elevado de sufrirlo que cumplen ciertos criterios de edad y tabaquismo, según destaca un editorial en
Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ). El editorial está firmado por
Luis M. Seijo,
Juan Carlos Trujillo y
Javier J. Zulueta, miembros de la sociedad científica.
El
tabaquismo es el principal factor de riesgo para el
cáncer de pulmón. De ahí que las sociedades científicas, como Separ, centren sus esfuerzos en combatir este hábito nocivo con
campañas antitabaco, a fin de reducir el número de nuevos fumadores, en especial en las franjas de edad con un mayor riesgo.
Sin embargo, "paralelamente al desarrollo de campañas antitabaco debemos insistir en la creación de programas de cribado que ayuden a un diagnóstico precoz de la enfermedad. En este sentido, debemos recordar que en
España ya existen
programas de
cribado para otros cánceres que han demostrado su efectividad, cómo pueden ser los de
cáncer de
mama o
colon", señala
Juan Carlos Trujillo, cirujano torácico, coordinador del Área de Oncología Torácica de Separ y uno de los tres autores del editorial sobre nuevas evidencias científicas.
"Ahora tenemos que insistir en que recientes publicaciones sobre el cribado de cáncer de pulmón han demostrado su
efectividad y
potencial aplicabilidad en países como el nuestro, sin que ello suponga un aumento de riesgo para la sociedad ni un aumento desproporcionado del gasto económico”, destaca Trujillo.
Evidencias de ensayos
Estas evidencias científicas se apoyan en los resultados de importantes estudios como el 'Nederlands Leuvens Longkanker Screenings Onderzoek' (Nelson) presentados en 2018 en Toronto (Canadá) durante el congreso de la Iaslc (International Association for the Study of Lung Cancer) y que han confirmado los hallazgos del estudio norteamericano 'National Lung Screening Trial' (NLST).
"Tenemos que insistir en que publicaciones sobre el cribado de cáncer de pulmón han demostrado su efectividad"
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Ambos ensayos prospectivos aleatorizados han demostrado que los programas de cribado de cáncer pulmonar consiguen una reducción significativa y clínicamente relevante de la mortalidad atribuible a la realización de una TCBD anual. Estos resultados son fruto de un número reducido de rondas de cribado (cuatro en el estudio 'Nelson' y tres en el 'NLST'), por lo que cabe esperar que aún sean
más favorables en programas con
mayor continuidad.
Los programas de cribado de cáncer de pulmón ya son una
realidad en
Estados Unidos, donde las sociedades científicas, instituciones y aseguradoras recomiendan su implantación, adhiriéndose a los criterios de inclusión del 'NSLT' -tener una edad de
más de 55 años y un
consumo tabáquico mayor o igual a
30 paquetes-
año-, según explican los firmantes del editorial.
En cambio, en
Europa se carecía de una
evidencia acumulada suficiente para confirmar los hallazgos norteamericanos en población europea. Realizar “un estudio europeo se consideraba necesario, alegando que las idiosincrasias de los sistemas de salud y de la población europea no justificaban asumir como propias las recomendaciones de sociedades científicas norteamericanas basadas en el diseño y los resultados del NSLT”, dice el editorial.
Resultados de 'Nelson' y 'Elcap', los avales
Los programas de cribado de cáncer de pulmón cada vez cuentan con más datos que demuestran su eficacia y justifican la necesidad de implantarlos. En este sentido, el editorial destaca, por una parte, los hallazgos del estudio 'Nelson', diseñado para reducir la tasa de falsos positivos y el gasto ocasionado por el cribado y con criterios de inclusión menos restrictivos que el NSLT -pacientes con una edad > 50 años, abstinencia < 10 años, y consumo de tabaco > 15 paquetes-año- que han demostrado una mayor reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón que el NSLT, a pesar de tener un tamaño muestral inferior.
Asimismo, el 50 por ciento de los tumores pulmonares detectados con la TCBD en el 'Nelson' se encontraban en una
fase inicial, en estadio I, en comparación con un 75 por ciento de estadios avanzados (III o IV) en el grupo control.
Estos resultados de 'Nelson' son “ostensiblemente mejores que los del 'NSLT', y apuntalan los esfuerzos dedicados a la implantación del cribado de cáncer de pulmón en Europa, incluyendo el documento de consenso de la ERS y la ESR publicado en 2015, así como el auspiciado por Separ y otras sociedades científicas de ámbito nacional como la
Seram,
SEOM, y la
SECT publicado en
Archivos de Bronconeumología en 2017”, señalan los autores.
Por otra parte, el editorial también remarca que Separ y sus miembros destacan por ser pioneros en la implantación de programas de cribado, a través de la cohorte internacional ELCAP, en la que participan tres centros españoles, con más de
12.000 individuos incorporados a sus programas de detección precoz. “Esta cifra casi duplica el número de pacientes cribados en el estudio 'Nelson' con TCBD y los resultados obtenidos han sido excelentes.
"De esta experiencia emana gran cantidad de evidencia no solo a favor del cribado sino de cómo hacerlo con
éxito. Se suman a los hallazgos descritos, el refinamiento de aspectos fundamentales del cribado incluyendo la selección de pacientes, la adherencia al programa y las recomendaciones de seguimiento”, añade Luis M. Seijo, miembro del Área de Oncología Torácica de Separ.
Mejorar la selección de pacientes
De cara al futuro, otro de los aspectos en que inciden los autores es que se requiere
mejorar la
selección de pacientes
candidatos a entrar en estos programas, con
criterios de
inclusión que seguramente tendrán que ir más allá de la
edad y el
tabaquismo, y marcadores con valor
pronóstico.
"Queda mucho por hacer, pero sin programas de cribado seguiremos siendo testigos mudos de la elevada mortalidad"
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En este sentido, la experiencia en España ha demostrado la existencia de un fuerte vínculo entre enfisema y cáncer de pulmón; la existencia de que existe un riesgo compartido de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (
EPOC) y
cáncer de
pulmón; y que también se ha visto una asociación entre apnea del sueño y aparición de nódulos sospechosos en el pulmón, así como entre la enfermedad intersticial permanente y el cáncer de pulmón.
En cuanto a los marcadores de valor pronóstico, podría tener “especial protagonismo” añadir el
enfisema a los criterios convencionales de edad y tabaquismo del programa, lo que incrementaría el
valor predictivo positivo de dicho programa, aunque debería medirse si podría estar justificado ante un posible aumento de la complejidad y costes del programa.
"Queda mucho por hacer, pero sin programas de cribado seguiremos siendo testigos mudos de la
elevada mortalidad causada por el cáncer de pulmón en España, no solo entre fumadores, sino también entre aquellos que han conseguido dejar de fumar. Sigamos insistiendo en el
abandono del hábito tabáquico sin dejar de poner en marcha las iniciativas plasmadas en el documento de consenso de 2017", concluye el editorial.
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