Por primera vez el equipo de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar del
Hospital Universitari Vall d’Hebron ha
extraído los pulmones en parada cardiaca controlada (
asistolia controlada) a un bebé para trasplantarlos a un
receptor pediátrico menor de 24 meses que estaba en lista de espera para el trasplante de dos pulmones.
La técnica que se emplea para la extracción es la misma que en
personas adultas, a pesar de que en pacientes pediátricos es un procedimiento
muy poco habitual en Europa. La principal razón es que la estructura y los tejidos de los pulmones de un bebé no son los mismos que los de una persona adulta, tampoco la
resistencia a la isquemia, fase que pasa entre el momento en que se interrumpe la
circulación del órgano hasta que se restituye nuevamente en el cuerpo del receptor, cosa que complica el procedimiento.
La asistolia controlada se realiza en
pacientes sin esperanza de vida que están a la espera de que se les retire el soporte vital. En esta situación los órganos están mejor preservados que en el caso de
muerte encefálica u otros tipos de
asistolia como la no controlada, cuando la
parada cardiorrespiratoria tiene lugar fuera de un centro hospitalario después de no superar la aplicación de maniobras de
reanimación cardiopulmonar.
La asistolia controlada
“En asistolia controlada, la persona donante se traslada a quirófano, se le retira el soporte vital y se espera que se produzca la asistolia, es decir, que el
corazón deje de latir”, describe
Laura Romero, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron.
"Hay muy poca experiencia de
donación en asistolia controlada con bebés. Esta es la primera vez en el Estado que se hace con un
donante menor de 24 meses", explica
Irene Bello, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron. “La opción en asistolia controlada se había explorado poco, hay poco donante infantil, y esta intervención abre un nuevo campo”, añade Romero.
Cirugía de la extracción de los pulmones
En cuanto a la
extracción, "en donantes tan pequeños, no sabemos cuánto tiempo pueden estar los
tejidos sin recibir oxígeno, de forma que tenemos que hacer la
cirugía de la extracción de los pulmones lo más rápido posible", especifica Bello. En este caso, una vez se extrajeron los pulmones del bebé y se comprobó que el órgano era viable para llevar a cabo el trasplante, se trasladaron a Vall d’Hebron, donde el
receptor esperaba en el quirófano.
En la intervención, participó un
equipo multidisciplinar formado por profesionales de Cirugía Torácica, Cirugía Cardíaca Pediátrica, Anestesiología, el equipo de la
UCI Pediátrica que posibilitó el
soporte con oxigenación extracorpórea en el quirófano, Enfermería de Anestesiología, coordinadora de Enfermería de Trasplante, Enfermería Perfusionista, Enfermería Quirúrgica, auxiliares y celadoras y celadores.
“El injerto era perfecto, se había hecho la extracción en quirófano y los
pulmones llegaban en un estado óptimo”, destaca Romero, que fue la cirujana que realizó el trasplante, junto con
Leire Sánchez, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar. “Más
compleja fue la segunda intervención del proceso, es decir, el trasplante, porque el bebé receptor tiene una
cardiopatía congénita y para poder realizar el trasplante de ambos pulmones fue necesario
remodelar el corazón con la colaboración del equipo de
cirugía cardíaca pediátrica”, detalla Romero. El paciente sufría una
hipoplasia y estenosis de venas pulmonares, que es una cardiopatía congénita que cursa con
hipertensión pulmonar y acaba requiriendo un
trasplante pulmonar.
"El injerto era perfecto, se había hecho la extracción en quirófano y los pulmones llegaban en un estado óptimo"
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Por su parte,
Lis Vidal, enfermera gestora de casos de trasplantes, explica que “antes del trasplante
trabajamos con la familia o personas cuidadoras cómo será todo el proceso: el acceso a la lista de espera, la intervención, la estancia en la UCI y la hospitalización. Establecemos una
relación muy próxima, basada en el respeto y la confianza para que el niño o niña y la familia logren los conocimientos y las
habilidades después del trasplante en relación al tratamiento, la dieta y la actividad física aconsejados para tener total autonomía una vez reciban el alta”.
Ignacio Iglesias, referente en trasplante pulmonar pediátrico de la Unidad de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística, añade que “hacemos seguimiento del o de la paciente para prevenir y tratar
posibles complicaciones respiratorias como las infecciones o de rechazo del injerto, y ajustamos el
tratamiento inmunosupresor. Además, trabajamos de forma coordinada con otras
especialidades fundamentales para la buena evolución del o de la paciente, como son soporte nutricional pediátrico, Cardiología Pediátrica, Nefrología Pediátrica, Fisioterapia, ogopedia y Foniatría”.
"En la población infantil es mucho más infrecuente que en
población adulta necesitar trasplantes de pulmón. Sin embargo, hay niños y niñas que están en lista de espera y los donantes son muy escasos. Por eso es importante poder ampliar las
opciones de donantes a través, por ejemplo, de este procedimiento de
asistolia controlada", afirma Alberto Jáuregui, jefe del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar.
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