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Los vapeadores 'infantiles', una amenaza con "agentes tóxicos y nocivos"

Separ recalca que "el gran problema de España" ha sido no poner en marcha medidas antitabaco

Carlos Rábade, coordinador del Área de Tabaquismo de Separ.

12 may 2023. 16.00H
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Ante el incremento de la presencia de los vapeadores y cigarrillos electrónicos en la sociedad española, Neumología alerta de su “peligrosidad” tanto para la población más joven como para aquellos fumadores que están intentando dejar el tabaco. La industria tabaquera está llevando al mercado diseños innovadores para atraer a los adolescentes. Tratan de ‘colocar’ vapeadores de colores, con figuras y dibujos de animación infantil que les dan a los dispositivos una imagen de juguete, según apuntan en la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Son una amenaza para los adolescentes”, advierten en la sociedad médica.

“Es una estrategia de marketing”, añaden. “Es como decirle a la población joven que con tener estos vapeadores no les va a pasar nada y que van a evitar el empezar a fumar. Hacen normalizar la conducta del fumar, porque los aditivos, aromatizantes y colorines dan esa sensación de falsa inocuidad. Es un mecanismo de la industria tabaquera y del vapeo para atraer a esa parte de la población”, explica a Redacción Médica Carlos Rábade, coordinador del Área de Tabaquismo de Separ.

Es por ello que los neumólogos españoles solicitan a las autoridades sanitarias que equiparen los vapeadores con el tabaco convencional en la ley antitabaco para acotar su incidencia en la sociedad y para “disminuir su atractivo en adolescentes”. “Es importante igualar estos productos con el tabaco manufacturado para dificultar el acceso de los adolescentes al hábito de fumar, porque son la puerta de entrada al consumo del tabaco”, señala Rábade. El neumólogo, a su vez, argumenta la postura de los profesionales sanitarios subrayando que los vapeadores tienen una serie de componentes que a nivel de aparato respiratorio y cardiovascular pone “en riesgo la salud de la población”. “Queremos que se equiparen con el tabaco convencional para que tengan la misma reglamentación”, incide.

Según Rábade, estos vapeadores cuentan con “agentes tóxicos y nocivos” para el aparato respiratorio, que afectan de manera directa a órganos como el pulmón. Además, cree que sus nuevos diseños “ponen en peligro” todas las medidas que realiza un país para controlar el tabaquismo y reducir su prevalencia. “Hay estudios y revisiones fundamentadas que afirman que los vapeadores aumentan el riesgo de desarrollar una patología respiratoria y cardiovascular. Tienen, entre otras cosas, nicotina, nitrosamina y sustancias aromatizantes, que afectan a pulmones y a bronquios”, comenta el neumólogo.


Postura del sanitario ante los vapeadores


Entre los profesionales de la sanidad española apuntan a que los neumólogos y cardiólogos deben registrar el consumo que sus pacientes hacen de los vapeadores y alertar sobre sus efectos adversos. También tienen la responsabilidad, tal y como señalan a este diario, de desarrollar actividades divulgativas y preventivas para informar sobre el “peligro” de este tipo de productos.

Separ está dispuesta a liderar toda acción contra el tabaco, ofreciéndose incluso al departamento de José Miñones para llevar a cabo una estrategia nacional: “Estamos dispuestos a asesorar al Ministerio de Sanidad y a todas las autoridades sanitarias en establecer una serie de guías y regulación sobre este tipo de dispositivos”. Y es que en la propia sociedad médica recuerdan que el Gobierno tiene en un ‘cajón’ un “plan de prevención y control antitabaco” que fue consensuado por más de un centenar de sociedades científicas y de pacientes.

El primer paso, tal y como afirma Rábade, es que “salga adelante” ese documento. “Es una oportunidad que tenemos si queremos reducir la prevalencia del tabaquismo. Si no tomamos ahora estas decisiones como la implementación de una legislación dura y fuerte contra el tabaquismo y toda su industria, llegará un momento en el que volvamos a la situación del siglo pasado, cuando un 33 por ciento de la población española fumaba de forma diaria”, añade el coordinador del Área de Tabaquismo de Separ.


El “gran problema” de España en tabaquismo


No haber tomado las medidas antitabaco que otros países europeos han implantado para controlar su incidencia ha sido “el gran problema de España”. En Separ critican que “toda la población” puede acceder al tabaco, puesto que es “barato” y el país no cuenta con un “empaquetado genérico” en las cajetillas. Además de querer ampliar los espacios libres de humo, la sociedad médica apunta a la dificultad de la población fumadora para acceder a métodos “eficaces” que les ayuden a dejar de fumar: “Llama la atención que la población pueda acceder a dispositivos como vapeadores y que desgraciadamente haya tantas dificultades de accesibilidad a fármacos para dejar de fumar. Una persona que quiera dejar de fumar, al final utiliza este tipo de dispositivos pensando que va a abandonar el tabaco cuando realmente no lo consigue, porque no han demostrado efec

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