El último grito entre los jóvenes de Estados Unidos para pasarlo bien es inhalar cacao puro. Una moda de la que aún no se conocen los efectos que puede tener para la salud porque "es algo que lleva consumiéndose poco tiempo y no hemos estudiado cómo afecta al cuerpo", cuenta a Redacción Médica la coordinadora del área de Enfermedades Respiratorias de Origen Ocupacional y Medioambiental (EROM) en la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), Isabel Urrutia.
"Lo que se comercializa es el polvo de cacao puro mezclado con otras sustancias: ginkgo biloba, un estimulante vegetal que potencia la circulación sanguínea; taurina, uno de los componentes habituales de los bebidas estimulantes; y semillas de guaraná, que tiene mucha cafeína. Lo peligroso de todo es la mezcla de estos productos. En principio son las sustancias que llevan las bebidas energéticas. El efecto es que les da fuerza y están despejados durante horas", explica.
Uno de los principales perjuicios para la especialista reside en que, por ejemplo, "el polvo de cacao puede estar contaminado por hongos. De hecho, los trabajadores que manipulan cacao en ocasiones desarrollan neumonitis por hipersensibilidad al estar el producto colonizado por hongos".
Al mismo tiempo, para Isabel Urrutia "este género cumple el mismo fundamento que inhalar cualquier tipo de polvo, es decir, podría producir inflamación". Al mismo tiempo, lo que sí se sabe es que "el cacao es una proteína que puede desarrollar sensibilización alérgica".
Una "energía eurófica"
El polvo de cacao se comercializa bajo la marca Coco Loko y tiene como objetivo conseguir lo que el fabricante llama una infusión de "energía eufórica" y los jóvenes denominan un "subidón". Además, según la empresa que está detrás, Legal Lean, el producto es inocuo y no incluye componentes químicos relacionados con ningún tipo de droga ilegal.
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