La
contaminación medioambiental puede llevar a
descompensaciones tanto de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (
EPOC) como del
asma y ser otra causa de esta última enfermedad.
Así se estima en un
análisis de la EPOC y los contaminantes atmosféricos atendiendo al origen y trayectoria de las masas de aire en el Norte de España y un
editorial sobre la contaminación medioambiental como posible causa del asma, ambos publicados en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ).
Por ello, la comunidad médica recuerda a las autoridades sanitarias que deberán tenerlo en cuenta para seguir
mejorando la calidad del aire, especialmente en
núcleos urbanos.
La contaminación: otra causa del asma
Diversos
estudios biológicos están demostrando que la contaminación medioambiental puede ser la causa de una parte de los casos de asma. “Aunque es posible que el incremento en las cifras de asma se deba a una
mejora en las técnicas y criterios diagnósticos, también son relevantes, en países industrializados, factores como la contaminación ambiental. Los contaminantes ambientales pueden actuar agravando la enfermedad en pacientes con asma o bien siendo la causa de la misma”, destaca
María Jesús Cruz, bióloga, primera firmante del artículo sobre esta cuestión en Archivos de Bronconeumología y miembro de Separ.
Hay factores genéticos que favorecen el desarrollo de asma ante la exposición a los contaminantes atmosféricos
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Se ha visto que los niveles altos de material particulado (partículas de diesel), el
ozono (O3), el
anhídrido sulfuroso (SO2) o el
óxido nitroso (NO2) pueden precipitar la aparición de
síntomas del asma e
incrementar el número de
consultas a los servicios de urgencias y
hospitalizaciones por descompensación de la enfermedad.
Una
reciente investigación ha demostrado que vivir cerca de
carreteras con mucho tráfico puede explicar entre el 15 y el 30 por ciento de los casos de asma en niños, mientras que el estudio 'Scape' ha demostrado que existe una
asociación entre la aparición de nuevos casos de asma y el
aumento de 10 microgramos por m3 en la
concentración ambiental de NO2, aunque no se ha hallado esta asociación con el incremento de partículas PM8, según el mismo editorial.
Recientes estudios han demostrado que existen
factores genéticos y
epigenéticos, así como
mecanismos inmunológicos (estos últimos observados en estudios en animales e in vitro) pueden
favorecer el desarrollo de asma o una
hiperrespuesta bronquial de la persona
con asma ante la exposición a los contaminantes atmosféricos.
Relación entre las partículas PM10 y EPOC
Otro estudio en Archivos de Bronconeumología, que ha analizado la asociación entre los picos de contaminación atmosférica y las
hospitalizaciones por EPOC, ha dispuesto que el 44 por ciento de las visitas a urgencias por EPOC han correspondido a personas mayores de
44 años y un 50 por ciento a mayores de
74 años.
El estudio ha concluido que la exposición a partículas PM10 provoca
descompensaciones en los pacientes con EPOC, que existe una relación directa entre los niveles de PM10 y las urgencias por EPOC y que este efecto es más intenso en mayores de 74 años.
Así, por cada
10 µg/m3 de aumento de la concentración de PM10, las urgencias se incrementan un 3,34 por ciento, mientras que en los mayores de 74 años aumentan un 3,75 por ciento. Además, hubo más descompensaciones los días en que se sobrepasó el nivel de 50 µg/m3 recomendado por la OMS para preservar la salud y se atendieron un 18,5 por ciento más de pacientes en Santander, donde se analizaron los datos.
Variaciones según el origen y la procedencia geográfica
“El nuevo estudio de Santander demuestra que existe una
relación entre la exposición a las partículas en suspensión de pequeño diámetro (PM10) y la
exacerbación de los síntomas de los pacientes con EPOC, que no solo se ha visto en estudios epidemiológicos, sino también experimentales”, ha destacado
Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de Separ.
La EPOC es la afección respiratoria que tiene mayor correlación con la contaminación atmosférica y su incidencia
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En particular, se han visto mecanismos fisiopatológicos que producen cambios en la capacidad de difusión pulmonar del CO2, alteraciones en la saturación del oxígeno y aumento en marcadores inflamatorios, entre otros efectos nocivos.
Además, algunos investigadores afirman que, entre todas las afecciones respiratorias, la EPOC tiene la
mayor correlación con la contaminación atmosférica y su incidencia, según este trabajo.
La composición del
material particulado varía en función de su
origen (urbano, industrial y de tráfico) y su
procedencia geográfica, por lo que “ante pacientes con EPOC que vivan en zonas urbanas es esencial integrar el nivel de PM10 que hay en el aire para su control y seguimiento”, pero, para aplicar medidas preventivas, no solo bastará con medir la concentración de PM10, sino que también será “concluyente cuál es el
origen y la trayectoria seguida por los
aerosoles que determinan esa concentración”, señala esta investigación.
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