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La apnea del sueño en niños se asocia a trastornos del aprendizaje

La comorbilidad de los trastornos respiratorios del sueño y el TDAH es del 23%

Olga Mediano.

17 sep 2018. 13.30H
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POR REDACCIÓN
El síndrome de apneas-hipoapneas del sueño (SAHS) tiene un impacto negativo en el comportamiento y rendimiento escolar. Según un estudio realizado en niños de entre 3 y 12 años, en el 75 por ciento de los casos afecta a la atención, la memoria, la estructuración espacial y la ansiedad. Además, la atención directa está alterada en el 45,5 por ciento de los niños, la hiperactividad en el 30,8 por ciento de los casos y el déficit de atención en el 53,8 por ciento. De hecho, la comorbilidad de los trastornos respiratorios del sueño y el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se cifra en un 23 por ciento, según este documento de consenso.

Todas estas cifras han sido recogidas en el Documento de consenso del síndrome de apneas-hipoapneas durante el sueño en niños publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).


Prevalencia alta en la edad infantil


La apnea del sueño en la infancia es un trastorno respiratorio del sueño que se caracteriza por una obstrucción parcial o completa intermitente de la vía aérea superior que interrumpe el sueño y sus patrones normales. El SAHS en niños tiene unas características muy diferentes al SAHS en el adulto en cuanto a su etiología, síntomas y tratamiento.

Se trata de una patología muy prevalente en la edad infantil, ya que se estima que entre el 2 por ciento y el 4 por ciento de los niños de entre 2 y 6 años padecen este síndrome. El porcentaje de menores que roncan es aún mayor: del 7 al 16,7 por ciento en niños de 6 meses a 13 años, y del 5 al 14,8 por ciento de los adolescentes.

El SAHS afecta a la atención, la memoria y la ansiedad del 75% de los niños que lo sufren

En la edad infantil, los factores de riesgo o algunas de las causas que pueden favorecer el desarrollo del SAHS son las amígdalas de gran tamaño (hipertrofia amigdalar), tener vegetaciones nasales (adenoides), las malformaciones craneofaciales, las enfermedades neurológicas, las neuromusculares, la parálisis cerebral infantil, el reflujo gastroesofágico y la obesidad, factor de riesgo este último que va al alza.

“La falta de horas de sueño, la interrupción del sueño, de modo que este no resulta reparador y la hipoxia –o falta de oxígeno en el cerebro debida a la obstrucción de la vía aérea en los niños con un trastorno respiratorio del sueño- tienen consecuencias negativas para el organismo. Las repercusiones de este síndrome van desde las alteraciones cardiovasculares, el retraso pondo-estatural y, desde el punto de vista neuroconductual, se ha demostrado plenamente que puede provocar problemas de aprendizaje, con disminución del rendimiento escolar. Por ello, los especialistas de Separ reclaman que se tenga una mayor conciencia de la importancia de los trastornos respiratorios del sueño en la infancia”, explica Olga Mediano, coordinadora del Área de Sueño de Separ, además de coordinadora de la Unidad de Sueño del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara, de la Universidad de Alcalá e investigadora del Ciberes.

Apnea del sueño y trastornos del aprendizaje


Casi la mitad de los niños con SAHS, el 47 por ciento, tiene problemas conductuales. Un metaanálisis de 61 estudios, citado en el documento de consenso, ha demostrado que los niños con este trastorno tienen problemas en su comportamiento escolar, en la regulación emocional, la atención selectiva, la atención sostenida y el mantenimiento de la alerta. También se han visto evidencias de que el trastorno respiratorio afecta al humor, la expresión lingüística, la percepción visual y la memoria de trabajo.

Otro metaanálisis de 55 estudios, también citado en el documento de consenso, detectó que la hipoxia, ya sea crónica o intermitente, tiene igualmente un impacto negativo en el comportamiento y el rendimiento escolar.

El síndrome puede provocar deterioro cognitivo, según un estudio hecho en 1.010 niños roncadores

De hecho, otro amplio estudio, hecho en 1.010 niños roncadores y no roncadores, de entre 5 y 7 años de escuelas públicas, elaborado por la Universidad de Chicago y de la Universidad de Louisville y publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, ha analizado las repercusiones que tiene la apnea obstructiva en función de su gravedad, de moderada a grave. El estudio ha concluido que este síndrome puede provocar deterioro cognitivo, señalando que solo el hecho de roncar ya afecta a las funciones neurocognitivas.

Pero en los casos más graves, el hecho de que los niños no desarrollen bien sus capacidades, conclusión que ha quedado demostrada mediante diversas medidas cognitivas tomadas a los menores y que se han clasificado en función de la gravedad de su trastorno respiratorio del sueño, podrían tener un impacto adverso en la capacidad de estos niños no solo para alcanzar sus objetivos académicos, sino también adaptativos. Además, podría obstaculizar su capacidad de alcanzar la independencia.

Día Nacional de la Apnea del Sueño


El día 21 de septiembre se celebra el Día Nacional de la Apnea del Sueño, una efeméride instituida por la Separ para informar y concienciar sobre este trastorno que, caracterizado por episodios repetidos de paradas de la respiración durante el sueño, afecta a un 40 por ciento de los varones adultos y en torno al 20 por ciento de las mujeres en España, lo que convierte a la apnea del sueño en un problema de salud grave.

Las pausas respiratorias que caracterizan la apnea del sueño conllevan hipoxia intermitente, esto es, una bajada de los niveles de oxígeno en sangre y otros órganos. La hipoxia intermitente se ha relacionado con enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la trombosis cerebral, la angina de pecho o el infarto de miocardio. La fecha elegida para la efeméride conmemora la instauración hace ya más de una década del Programa Integral de Investigación de Sueño de Separ. 

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