La
bronquiolitis aguda, una infección de las vías respiratorias que afecta a los
bronquios y
bronquiolos, se puede evitar en bebés si se les protege de los resfriados de las personas de su entorno, incluidos los padres y los hermanos pequeños. Cada año, entre 12.000 y 14.000 niños menores de un año ingresan por esta enfermedad.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ) ha propuesto una
batería de medidas preventivas útiles para evitar el contagio de bronquiolitis en bebés y que deben aplicarse tanto en casa como en las guarderías.
La bronquiolitis está producida por virus respiratorios. Normalmente, estos originan solo resfriados, pero en lactantes y bebés, que tienen las defensas poco desarrolladas, el virus progresa y afecta también a los
pulmones. De hecho, “la
mitad de los bebés que padecen una bronquiolitis van a quedar con los
bronquios más sensibles a nuevos virus respiratorios y van a tener más bronquitis de repetición los primeros años de vida”, advierte
Antonio Moreno, coordinador del Área de Neumología Pediátrica de Separ.
Una epidemia otoñal
Cada año ingresan en España entre
12.000 y 14.000 niños menores de un año debido a la bronquiolitis, según datos del
Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Los meses en los que aparece con más frecuencia son los de
octubre a enero, en que se produce el pico de epidemia de bebés con bronquiolitis, que puede llegar a colapsar las
urgencias pediátricas y los hospitales pediátricos.
La
frecuencia de ingresos hospitalarios en España se sitúa entre 1 y 3,5 por ciento en menores de 2 años, pero el riesgo de ingreso en el primer año de vida es entre 4 y 6 veces mayor que el segundo año, mientras que la frecuencia de consultas en atención primaria se sitúa entre el 4 y el 20 por ciento, según un estudio de
Ochoa Sangrador y otros autores publicado en Anales de Pediatría.
En algunos casos, la bronquiolitis puede requerir el ingreso en la UCI
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En algunos casos la bronquiolitis es un
cuadro leve que puede tratarse en casa, con medidas generales como aspirar la mucosidad y fraccionar la alimentación. Pero en otros llegan a requerir ingreso hospitalario, con oxígeno, e incluso en la
UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), donde se les puede suministrar más ayuda para respirar.
“Un sitio frecuente de contagio es la
guardería, por lo que es importante
retrasar en lo posible su
inicio, sobre todo en los meses de otoño-invierno. Hoy día, no obstante, es inevitable muchas veces que los bebés tengan que ir a la guardería por motivos de trabajo de los padres, pero hay que
intentar no llevarlos si están resfriados porque se irán contagiando unos a otros”, explica Moreno.
“Los bebés más pequeños, de menos de tres meses, no van a la guardería y muchos de ellos sufren bronquiolitis. Por ello, es importante
extremar los cuidados en casa. Hay que recordar que tienen las
defensas menos desarrolladas y, por tanto, se debe
evitar que los visiten personas que estén resfriadas (ya sean adultos o niños), sobre todo en la época de octubre a enero. También es importante tener en cuenta que los
hermanos pequeños que van a colegio o a la guardería con frecuencia pueden sufrir resfriados por virus respiratorios y los pueden transmitir al bebé. Por eso, tampoco deben acercarse mucho al bebé si están resfriados y, si lo hacen, deben lavarse las manos antes”, añade.
Medidas preventivas
La Sociedad señala una serie de medidas preventivas a seguir por todas las personas que están en contacto con el bebé, como
evitar acercarse a ellos si se está resfriado. En caso necesario o si quien está resfriado es el padre o la madre, explican que deben
lavarse antes las
manos e, incluso, ponerse una
mascarilla.
El riesgo de ingreso hospitalario es de 4 a 6 veces mayor en el primer año que en el segundo
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En general, señalan, hay que
lavarse siempre las manos antes de coger o tocar al bebé; utilizar
pañuelos de papel desechables, lavarse las manos después de usarlos y tirarlos; y
toser hacia otro lado tapándose la boca con el antebrazo.
También explican que se debe
evitar fumar tanto dentro de casa como en el coche, ya que el tabaco hace que las vías respiratorias estén más sensibles al daño originado por los virus. Además, las partículas del humo del tabaco permanecen en el ambiente durante mucho tiempo.
Asimismo, aseguran que se tiene que
lavar con agua y jabón los objetos que tocan los bebés, sobre todo si alguien resfriado los ha tocado; que hay que intentar mantener
separados a los
niños más pequeños de los bebés; y tener en cuenta que los
besos también pueden transmitir los virus respiratorios. Añaden que se debe aplicar todas estas medidas preventivas tanto en
casa como en la
guardería.
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