Aunque el tabaquismo está asociado a las tres principales causas de mortalidad (cáncer, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiacas), su vinculación como factor de riesgo respecto a los accidentes de tráfico, ha sido poco estudiada, a pesar de que este tipo de siniestro es la
primera causa de muerte entre personas de entre 5 y 44 años, ocasiona el 60 por ciento de las lesiones medulares severas y provoca el 40 por ciento de las minusvalías.
A través del estudio observacional, transversal y multicéntrico titulado 'Efectos del tabaquismo sobre la seguridad vial', liderado por
Josefa Rojas Villegas, de la Unidad de la Unidad de Gestión Clínica de Prevención, Promoción y Vigilancia de la Salud. AGS Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz, profesionales de atención primaria y hospitalaria del Área de Gestión Sanitaria norte de Cádiz (Centro de Salud La Serrana y Jerez-Norte) han concluido que
existe una mayor prevalencia de accidentes de tráfico en los conductores fumadores, tanto hombres como mujeres, sin que se asocien factores de riesgo añadidos, como patologías o fármacos que interfieran durante la conducción de vehículos.
A través de entrevistas, los expertos analizaron datos demográficos, de consumo de tabaco y antecedentes de siniestralidad durante la conducción y concluyeron que
el porcentaje de fumadores que habían sufrido accidentes fue de 40 por ciento, frente al 32,8 por ciento en los exfumadores y 31,1 por ciento en los no fumadores.
Fumar al volante puede interferir durante la conducción, ya que impide llevar las dos manos en el volante. A 100 km/h, durante los 4.1 segundos que se tarda en encender un cigarrillo, se recorren 113 metros, en los que se reduce significativamente la atención, lo que podría
causar salidas de la vía o la incapacidad de reacción ante cualquier imprevisto.
Incluir la pregunta sobre conducción en las historias clínicas
“El humo puede causar irritación en los ojos, y se ha descrito que inhalar monóxido de carbono (CO) puede disminuir la atención y el nivel de vigilancia”, comenta
José Gregorio Soto Campos, jefe de Servicio de Neumología del
Hospital de Jerez y miembro de Separ.
Adicionalmente, la caída de la ceniza o, incluso, un cigarrillo encendido, pueden ser importantes distractores. Además, los fumadores aparentemente presentan mayores comportamientos de riesgo. Llevar la ventanilla abierta puede ser también un aspecto añadido que ponga en riesgo la seguridad vial.
El estudio también concluyó que la prevalencia de accidentes de tráfico en exfumadores se iguala a la de los no fumadores. En este sentido, Soto apunta: “Los profesionales del primer nivel asistencial debemos considerar los accidentes de tráfico como una enfermedad evitable. En
nuestras historias clínicas, deberíamos incluir la pregunta ‘¿Conduce usted?’ y a partir de la respuesta, aconsejar y orientar a los pacientes sobre la gran conducta de riesgo que el tabaquismo representa”.
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