Casi uno de cada cuatro pacientes (22,1%) que reciben antibióticos en un centro ambulatorio para tratar una neumonía no responde al tratamiento, según un nuevo estudio presentado en la Conferencia Internacional de 2017 organizada por la Sociedad Torácica Americana, que se celebra en Washington (Estados Unidos).
En palabras del director del equipo de investigación, James A. McKinnell, "la neumonía es la principal causa de muerte por enfermedades infecciosas en Estados Unidos, por lo que supone que casi uno de cada cuatro pacientes con neumonía necesitó de una terapia antibiótica adicional, hospitalización posterior o evaluación en una sala de urgencias".
En este sentido, el investigador principal de LA BioMed explica que “la terapia antibiótica adicional observada en el estudio aumenta el riesgo de resistencia a los antibióticos y complicaciones como la infección por 'C. Difficile', que es difícil de tratar y puede poner en peligro la vida, especialmente para los adultos mayores”.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos examinaron bases de datos que contenían registros de 251.947 pacientes adultos que habían recibido tratamiento entre 2011 y 2015 con una sola clase de antibióticos (beta-lactama, macrólido, tetraciclina o fluoroquinolona) después de una visita a su médico para curarse.
Los resultados arrojaron que un 22,1% de los pacientes se vieron con la necesidad de repetir la terapia con antibiótico, cambiar de antibióticos, visitar el hospital o la hospitalización en los 30 días posteriores a la recepción de la receta antibiótica inicial. El porcentaje fue aún más elevado en aquellas personas con edad avanzada o con ciertas enfermedades además de la neumonía.
Actualizar los factores de riesgo
“Estos hallazgos sugieren que las directrices para el tratamiento de la neumonía deben actualizarse con datos más sólidos sobre los factores de riesgo para el fracaso clínico. Nuestros datos proporcionan numerosas ideas sobre las características de los pacientes que corren mayor riesgo de complicaciones y fracaso clínico”, asegura McKinnell, para quien “quizás el ejemplo más llamativo es la asociación entre la edad y la hospitalización. Los pacientes mayores de 65 tenían casi el doble de probabilidades de ser hospitalizados en comparación con los pacientes más jóvenes cuando nuestro análisis se ajustó al riesgo y casi tres veces más probabilidades en el análisis sin ajustar. Los pacientes de edad avanzada son más vulnerables y deben ser tratados con más cuidado, potencialmente con una terapia antibiótica más agresiva”.
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