El
tabaco es un importante
factor de riesgo para el desarrollo de la
neumonía adquirida en la comunidad (NAC), al incrementar la susceptibilidad de contraer una
infección bacteriana pulmonar, incluso en
fumadores pasivos, sobre todo
a partir de los 60 años. El riesgo de desarrollarla disminuye espectacularmente cuando se abandona el tabaco y, a los diez años, después de dejar el hábito tabáquico se sitúa a niveles de no fumadores. Por ello,
evitar el tabaquismo y ponerse una
vacuna antineumocócica a partir de los 60 años son dos medidas preventivas cruciales para evitar la neumonía comunitaria (
NAC), según expuso
Jordi Almirall, neumólogo, miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ), durante la Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas de esta Sociedad científica.
La
NAC es una importante causa de morbilidad y mortalidad en los países desarrollados. Su incidencia anual en los
adultos de la población general varía entre 1,6 y 13,4 por 1.000 habitantes. El porcentaje de pacientes que requieren
hospitalización es alto, ya que se sitúa entre el 22 por ciento y el 51 por ciento de los afectados, mientras que el de
mortalidad va del 3 al 24 por ciento, según diferentes estudios.
Factores de riesgo: Edad y tabaquismo
La
edad es el
principal factor de riesgo de NAC, hasta el punto que su
incidencia se triplica o cuadruplica a partir de los
65 años. Además, diferentes estudios han demostrado que el
tabaquismo, por sí mismo,
incrementa el riesgo de neumonía, porque puede alterar la respuesta inmune del organismo frente a los
gérmenes potenciales causales de la enfermedad.
El porcentaje por hospitalización del NAC es alto, situándose entre el 22 y el 51% de los afectados
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No obstante, el
riesgo asociado al tabaquismo
desaparece cuando
se abandona el tabaco y se reduce hasta un 50 por ciento después de cinco años, y drásticamente, al cabo de diez años de abandono tabáquico, hasta prácticamente igualarse el riesgo con el de los no fumadores.
“Tenemos una importante
evidencia epidemiológica y científica sobre el efecto del tabaco en la aparición de la neumonía adquirida en la comunidad. Este efecto es estadísticamente significativo, independiente de otros factores de riesgo y se ha visto que hay una relación dosis-respuesta, es decir, cuanto más tiempo se ha fumado y cuantos más cigarrillos se han fumado mayor es este riesgo”, ha explicado Almirall.
El
tabaquismo activo también está detrás del
desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (
EPOC) y la
bronquitis crónica, que también son factores de riesgo de la NAC.
Tabaquismo pasivo
El
tabaquismo pasivo es otro importante factor de riesgo de la
NAC. Este se ha
reducido notablemente en los
espacios públicos, debido a la legislación aprobada en los últimos años, pero no en los domicilios. Un
estudio internacional, hecho en
192 países, ha detectado que el 40 por ciento de los
niños, el 33 por ciento de los
hombres no fumadores y el 35 por ciento de las
mujeres que no fuman son
fumadores pasivos.
“El tabaquismo en el
domicilio también se ha visto que es un importante predictor de la pérdida de salud en las personas mayores. De hecho, las lesiones en el epitelio respiratorio, el tejido conectivo y el endotelio vascular del pulmón pueden sufrir lesiones debido al tabaco, incluso a concentraciones bajas”, explica Almirall.
Gérmenes causales
El
Streptococcus pneumoniae es el principal agente causal y, además de ser el más implicado en la aparición de estos casos, es el más estudiado. Este germen coloniza la cavidad orofaríngea de los fumadores y persiste en esta incluso tres años después de la cesación del hábito tabáquico.
Otro germen que también causa la neumonía es la
Legionella pneumophila; aunque menos frecuente, no es menos importante. Afecta a personas más jóvenes y también, en este caso, el factor de riesgo más importante en estos sujetos es el tabaquismo pasivo, que incrementa el riesgo de 121 por ciento.
Medidas preventivas
Las medidas preventivas más eficaces para evitar la neumonía son las siguientes:
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Cesación del hábito tabáquico, puesto que es el principal factor de riesgo, por sí solo, de la NAC, así como de otras enfermedades (la bronquitis crónica o la EPOC) que a la vez también son factores de riesgo de NAC. Abandonar el hábito tabáquico reduce el riesgo de NAC un 50 por ciento a los cinco años.
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Recomendación de la vacuna antineumocócica a todos los fumadores activos y pasivos de más de 60 años. También hay sociedades americanas que la recomiendan en personas fumadoras entre los 19 y los 64 años. Actualmente, existen dos vacunas antineumocócicas disponibles, la vacuna de polisacáridos 23-valente y la vacuna conjugada 13-valente.
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Mantener una buena higiene bucodental es clave para evitar la NAC, ya que una pobre higiene oral y las enfermedades periodontales se han asociado con un aumento del desarrollo de infecciones respiratorias. De hecho, los fumadores tienen una mayor colonización subgingival de bacterias: los que fuman menos de 10 cigarrillos al día presentan periodontitis entre 2,5 y 6 veces más que los no fumadores; los que fuman más de 30 cigarrillos al día, de 5,88 veces más; y entre los que dejan de fumar, este ratio decrece drásticamente y llega a ser de 1.15 después de once años.
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Prevenir las infecciones respiratorias de las vías altas, otro factor de riesgo de la NAC. El tabaquismo también favorece la presencia previa de estas infecciones. La vacuna antigripal puede ayudar a prevenir estas infecciones.
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