El
tabaco modifica químicamente el
genoma, alterando la regulación de elementos genéticos móviles, lo que favorece el desarrollo del
cáncer de pulmón. Así lo señala un artículo publicado en la revista
Prevención del Tabaquismo del área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Macarena Arroyo Varela, neumóloga y miembro de Separ, explica que “muchos compuestos que aparecen en el tabaco ejercen una acción directa sobre los
elementos móviles del ADN”, que intervienen en el origen del cáncer y “especialmente, en su evolución”.
De estos elementos móviles del genoma, los transposones, no se sabe demasiado al ser más difícil de secuenciar y procesar, y existen muchos interrogantes sobre su activación y las consecuencias que tiene.
No obstante, “conforme las técnicas de secuenciación y de análisis van evolucionando, vamos descubriendo que los elementos móviles del ADN cobran cada vez mayor importancia en el
abordaje del tabaquismo y del cáncer de pulmón”.
La investigación publicada en Prevención del Tabaquismo servirá para avanzar en el diagnóstico y en nuevas
dianas terapéuticas del cáncer. “Permitirá desarrollar nuevos fármacos que actúen de forma más selectiva para frenar cada tipo de cáncer. Incluso pueden hacernos cambiar la forma de ver y clasificar el cáncer, tomando más peso la parte genética sobre la histología”, concluye Arroyo.
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