Diagnosticar la hipertensión arterial pulmonar (HAP) en una fase temprana es el gran reto que actualmente tienen los neumólogos sobre una enfermedad que es crónica, progresiva, rara y, hasta el momento, incurable. Así lo destaca Neumomadrid, la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica, en la semana que se ha celebrado el Día Mundial de esta patología.
“La hipertensión arterial pulmonar provoca un aumento anómalo de la presión de las arterias pulmonares, produciendo una disfunción del ventrículo derecho y muerte a corto plazo si no se administra el tratamiento correspondiente”, explica Raquel Morillo Guerrero, neumóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal y coordinadora del Área de Circulación Pulmonar de Neumomadrid.
En España, y según datos del Registro Español de Hipertensión Arterial Pulmonar (Rehap), la edad media de los pacientes con esta enfermedad es de 45 años, con claro predominio del sexo femenino (aunque este sesgo de género desaparece entre los pacientes con más edad), siendo, además, su incidencia anual de 3,2 casos por millón de habitantes adultos.
Además de esto, resalta la experta, la supervivencia de los pacientes con HAP a 1, 3 y 5 años es de un 87, 75 y 54 por ciento, respectivamente; y para los que tengan HAP idiopática (de la que no se le conoce causa) es de 89, 77 y 68 por ciento, respectivamente.
“El tratamiento farmacológico incluye vasodilatadores de forma combinada tanto por vía oral como inhalada, o en los casos avanzados, mediante bomba subcutánea de infusión continuada o intravenosa por vía central”, asegura Morillo Guerrero. “En el caso de que este tratamiento no sea suficiente para el control clínico de la enfermedad, la última solución es el trasplante pulmonar”.
El aceite de colza y etnia gitana, factores asociados
Tal y como explica la Morillo Guerrero, los factores que se asocian con esta enfermedad son, principalmente, los antecedentes familiares, la exposición a fármacos o agentes tóxicos, la infección por VIH, la hipertensión portal, la enfermedad del tejido conectivo, la cardiopatía congénita, el tromboembolismo pulmonar o la esquistosomiasis (una enfermedad parasitaria producida por gusanos).
Además de estos, en España hay dos factores propios relacionados con el desarrollo de esta patología: la exposición al aceite tóxico de colza en la década de los 80, y la presencia de una forma familiar de enfermedad venooclusiva pulmonar entre la población de etnia gitana.
“Los pacientes con esta enfermedad se caracterizan por presentar dificultar para respirar, pérdida de conocimiento, dolor torácico y disminución de la capacidad de ejercicio”, asegura la coordinadora del Área de Circulación Pulmonar de Neumomadrid, “por lo que, generalmente, mantienen una calidad de vida muy limitada, con una actividad mayormente sedentaria que conllevar una repercusión a nivel psicológico, social y laboral”.
Por todo ello, desde Neumomadrid recomiendan educar a pacientes y familiares sobre las generalidades de esta enfermedad, los diversos tipos de terapias que existen, así como en el manejo y cuidado de los fármacos que necesitan a la hora de tratarla.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.