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El vapeo es menos tóxico que el tabaco, pero igual de dañino a largo plazo

Su consumidor retiene sustancias tóxicas en sangre, según un estudio


07 feb 2017. 09.10H
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POR REDACCIÓN
El cigarrillo electrónico no difiere del convencional por tener mucha menos nicotina. Por lo tanto, su seguridad a largo plazo como estrategia alternativa al tabaco es dudosa.

Ahora, un nuevo estudio ha probado que el consumo de esta modalidad de cigarrillo en efecto continúa siendo tóxica por mucho que, a largo plazo, demuestre serlo en menor cuantía que el verdadero tabaco.

En concreto, una investigación publicada en Annals of Internal Medicine por científicos del Cancer Research UK (UCL), en Reino Unido, ha dejado en evidencia que las personas que cambiaron los cigarrillos normales por e-cigarrillos o terapia de reemplazo de nicotina (NRT, por sus siglas en inglés), durante al menos seis meses, registraron niveles más bajos de sustancias tóxicas y cancerígenas en su cuerpo que quienes continuaron consumiendo los convencionales, pero no se libraron en todo caso de ellas.

Los investigadores analizaron la saliva y la orina de los consumidores a largo plazo de cigarrillos electrónicos, NRT y fumadores, y compararon la exposición corporal a productos químicos clave llegando a esas conclusiones.

“Nuestros resultados también sugieren que, aunque los cigarrillos electrónicos son más seguros, la cantidad de nicotina que proporcionan no es notablemente diferente a los cigarrillos convencionales (…)”, ha declarado el autor principal, Lion Shahab, profesor principal en el Departamento de Epidemiología y Salud Pública de UCL.

No se ha probado que sirva para abandonar el tabaco

Por su parte, Carlos A. Jiménez Ruiz, director del Programa de Investigación en Tabaquismo de Separ y de la Unidad Especializada en Tabaquismo (UET) de la Comunidad de Madrid, descarta que haya suficientes trabajos como para concluir que los cigarrillos electrónicos son eficaces para abandonar el tabaco.

“Los pocos estudios que hay son aleatorizados, pero no controlados con placebo, tienen una metodología científica inadecuada y no permiten sacar conclusiones sobre si son o no instrumentos válidos para dejar de fumar”, ha zanjado.

“La cantidad de sustancias tóxicas que aparecen en el medio ambiente que rodea a los fumadores de cigarrillos manufacturados es más elevada y más altamente concentrada que con los cigarrillos electrónicos, pero algunos estudios con cigarrillos electrónicos que tienen nicotina revelan que también se detectan niveles de partículas menores de 0,5 micras de diámetro que alcanzan fácilmente el alveolo y, que desde ahí, se pueden distribuir fácilmente por todo el organismo y producir lesiones”, ha declarado.

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