En España, un 36,4 por ciento de las personas respiran aire contaminado y se ha demostrado que al año fallecen 31.000 personas por causas relacionadas con la contaminación del aire, ocho veces más que los accidentes de tráfico. Muchos de ellos acaban desarrollando EPOC, una enfermedad que no está diagnosticada en el 80 por ciento de los casos y que tiene graves consecuencias para los enfermos.
En personas sanas, la contaminación genera síntomas respiratorios como tos o aumento de flema, pero en los pacientes respiratorios crónicos, los problemas se agravan hasta el punto de aumentar las tasas de mortalidad, como ha explicado Isabel Urrutia, Coordinadora del Área de Enfermedades Respiratorias de Origen Ocupacional y Medio Ambiental de la Separ (EROM), "sabemos que cada vez que aumenta 10mg/m3, algunas partículas contaminantes como el ozono, en el paciente de EPOC aumentan los síntomas".
El consumo de tabaco es el viejo enemigo de la EPOC, y en su control tampoco se están obteniendo resultados dignos de nota. Carlos Jiménez, presidente de SEPAR y Director de la Unidad Especializada en Tabaquismo del Hospital Clínico Universitario San Carlos (Madrid) alerta de que: "Hay que tener en cuenta que alrededor del 25 por ciento a 50 por ciento de los sujetos fumadores desarrollarán EPOC a lo largo de su vida y que alrededor del 45-55 por ciento de los pacientes diagnosticados con EPOC fuman a pesar de saber que padecen la enfermedad".
El problema del EPOC está para quedarse, de hecho, como ha afirmado Germán Peces-Barba Romero, vicepresidente SEPAR y Jefe Asociado del Servicio de Neumología del Hospital Univ. Fundación Jiménez Díaz (Madrid), "parece que está habiendo un incremento de la prevalencia en España, desde el 9 por ciento que teníamos en los últimos 20 años hasta el 12 por ciento que hemos detectado en la última encuesta a la población general".
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