El
cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP) o
cáncer microcítico se diagnostica a
edades tempranas, antes de los 50 años, habitualmente ya diseminado (en
fase metastásica). Es el cáncer de pulmón que más se asocia a la
exposición al gas radón, que predomina en
mayor concentración en
ciertos territorios de la geografía española respecto a otros y que se acumula en el interior de las viviendas (radón interior).
Este gas no solo desempeña un
papel crucial en la
aparición de este cáncer, sino que su concentración es superior entre los sujetos con la enfermedad más avanzada, en
estadio IV, y también más elevada en pacientes
diagnosticados con 63 años o más. Puede provocar cáncer de pulmón tanto en fumadores como en no fumadores, aunque se requieren concentraciones más altas para provocarlo, según el
estudio 'Small Cell', publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ).
“Existe un diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas a una edad temprana en buena parte de los casos de este tipo de cáncer y predomina la enfermedad metastásica en el momento del diagnóstico. El radón parece desempeñar un papel importante en la aparición de esta enfermedad; y existen casos con concentraciones de radón muy elevadas”, explica
Juan Carlos Trujillo-Reyes, cirujano torácico del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y coordinador del Área de Oncología Torácica de Separ.
Resultados del estudio ‘Small Cell’
El estudio multicéntrico 'Small Cell' ha analizado la
influencia del radón en la aparición del cáncer de pulmón de células pequeñas. Para ello, ha implicado a
11 hospitales españoles de
cuatro comunidades autónomas y un
hospital portugués.
En total, 63 de los 113 casos reclutados se asociaron a radón residencial
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Para determinar la influencia de este gas en el desarrollo de cáncer microcítico, se proveyó a los pacientes participantes en el estudio de
detectores de gas radón, que debían colocar en el
dormitorio principal durante
tres meses, lejos de puertas, ventanas y fuentes de electricidad. Durante el estudio, a los pacientes se les extrajo una
muestra de sangre, para descartar ciertos polimorfismos genéticos que pueden conducir al desarrollo de este tipo de tumores, y también se les hizo una
entrevista, para descartar otros factores de riesgo.
Archivos de Bronconeumología ha publicado los resultados de 'Small Cell', correspondientes a los primeros
113 casos reclutados, de los cuales
63 se asociaron a radón residencial. La edad mediana del diagnóstico fue de
63 años, menor que la edad mediana de 70 años a la que se diagnostica el cáncer de pulmón no microcítico (Cpcnp). Además, el 11 por ciento de los casos se diagnosticaron en menores de 50 años.
El 22 por ciento de los casos correspondieron a
mujeres, el 57 por ciento tenían enfermedad en
estadio IV y el 95 por ciento eran
fumadores o exfumadores y la concentración mediana de radón residencial hallada fue de
128Bq/m3; incluso en un ocho por ciento de los casos se hallaron
niveles muy altos de radón, de
400Bq/m3. La concentración de radón fue superior entre los sujetos con la enfermedad más avanzada, en estadio IV, y también más elevada en pacientes diagnosticados con 63 años o más.
Por sexos, la única diferencia relevante observada fue que se registró un
porcentaje mayor de no fumadores entre las mujeres que entre los hombres. Porque, aunque el consumo de tabaco sigue siendo el principal factor de riesgo de cáncer de pulmón microcítico, el radón también puede causarlo en no fumadores, siendo necesaria una concentración de radón más elevada para provocar cáncer de pulmón en no fumadores.
“Los hallazgos de este estudio respecto a la concentración de radón y su posible influencia en el CPCP son relevantes, pues se ha visto que la concentración observada en los
casos reclutados es de 128Bq/m3,
superior a la concentración de radón observada en población general en
Galicia (99Bq/m3), lo que sugiere que el
radón residencial es un factor de riesgo del cáncer de pulmón microcítico. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (
OMS) considera como nivel de acción 100Bq/m3”, concluye Trujillo.
Epidemiología del cáncer pulmonar
El cáncer de pulmón es un grave problema sanitario. El número anual de nuevos casos en el mundo se sitúa en torno a
1.825.000, con un total de
defunciones anuales de
1.590.000, siendo la
primera causa de muerte en países desarrollados, según '
Globocan 2012'. En Europa, supone el
26,3 por ciento de todas las muertes por cáncer, mientras que en
España en 2014 fallecieron un total de
21.251 personas por cáncer de pulmón; el 19,1 por ciento de ellas eran mujeres.
Prácticamente todos los pacientes de CPCP se hacen refractarios al tratamiento al cabo de un tiempo corto
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El CPCP representa el 14 por ciento de todos los casos de cáncer pulmonar. En España, se ha estimado que tiene una
frecuencia del 20 por ciento. Aunque su
incidencia va en descenso, se encuentra en aumento entre las mujeres, con una
relación hombre/mujer de un caso en hombres por cada 16,7 mujeres.
Pronóstico y factores de riesgo
De todos los tumores pulmonares, el CPCP es el de
peor pronóstico. Aunque este tumor tiene una
elevada tasa de respuesta inicial a los tratamientos, es
muy agresivo y, prácticamente, todos los pacientes se hacen
refractarios al tratamiento al cabo de un tiempo corto. Por ello, este tipo concreto de cáncer pulmonar tiene una
elevada mortalidad.
La
supervivencia a los 5 años es del 10 por ciento de los casos con estadios de I a III y solo de un 4,6 por ciento a 2 años en los casos diagnosticados en estadio IV. En ambos casos, la tasa de supervivencia es ligeramente mayor en mujeres que en hombres: del 5,94 por ciento de los casos frente al 3,57 por ciento en estadio IV y del 12,25 por ciento de los casos frente al 7,51 por ciento en estadiosI-II.
Sus
factores de riesgo se han estudiado poco, a excepción del
tabaco, debido a la relativa baja
frecuencia de este cáncer de pulmón respecto a otros tipos histológicos, como el
adenocarcinoma o el
carcinoma epidermoide, pero se sospechaba que podía haber otros factores implicados que, hasta ahora, no se habían estudiado en profundidad, como el radón residencial, la dieta, la ocupación o la realización de ciertas actividades durante el tiempo libre.
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