La decisión de la
Comisión de Salud Pública de incorporar a los
fumadores como población diana para la
campaña de la gripe de otoño ha abierto un debate sobre cómo es posible alcanzar a este nuevo nicho de personas que no siempre hace un uso habitual de la Atención Primaria. Sociedades científicas y organizaciones profesionales coinciden en que la única fórmula para salvar este escollo pasa por implantar un nuevo
registro sobre consumidores de tabaco en el Sistema Nacional de Salud (SNS) que sea
interoperable entre las comunidades autónomas y que quede ligado a la
historia clínica de cada paciente.
Maribel Soteras, que forma parte de la Junta Directiva de Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), ha apuntado que esta nueva herramienta permitiría paliar la falta de identificación de personas fumadoras, algo que se hace especialmente patente en
la asistencia hospitalaria, donde habitualmente pasan desapercibidas.
“Yo creo que está un poco infravalorado”, ha explicado la enfermera a
Redacción Médica.
Aunque el consumo de tabaco sí que se registra habitualmente en las consultas de Atención Primaria, Soteras ha advertido que en algunas ocasiones se incorpora como parte de los
antecedentes personales del paciente y en otras en el apartado de
hábitos tóxicos. Sin embargo, según sus estimaciones apenas un 30 o 40 por ciento de los fumadores aparecen en alguno de estos indicadores, lo que condiciona que se pueda incorporar a todos los perfiles en este
primer año de campaña de la gripe dirigida a fumadores.
Soteras: "¿Todo el personal sanitario pregunta a los pacientes si fuman o no?"
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La portavoz del CNPT ha apuntado a que este nuevo registro ligado al historial médico debería reflejar a todos aquellos pacientes que
consuman al menos un cigarrillo al día, lo que se considera ya como fumador. Esto permitiría, por ejemplo, mandarles un
mensaje a través de WhatsApp en el arranque de la campaña de vacunación de otoño para asegurarse de que son conscientes de que este año forman parte de la población diana. Algo que se compenetraría con la estrategia de divulgación en
redes sociales o prensa.
En todo caso, la enfermera ha anticipado las dificultades para alcanzar a aquellos fumadores más jóvenes que no hayan sido diagnosticados además de otras patologías vulnerables como el
asma o las
cardiopatías. “Un fumador de 20 o 25 años que no tenga ningún otro factor de riesgo es difícil que se vacune de la gripe, porque
las personas jóvenes siempre son más reticentes a recibir vacunas o medicarse”, ha subrayado.
El riesgo del fumador a desarrollar gripe
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ) también valora de manera positiva la última decisión de la Comisión de Salud Pública (
CSP). Es decir, que a los
neumólogos españoles les parece “una buena noticia” que los expertos opten por incluir a la población fumadora entre los grupos de riesgo llamados a vacunarse de la gripe en la campaña de otoño. Para facilitar dicha acción, en Separ también consideran que
registrar en el historial clínico el hábito tabáquico de los pacientes es “fundamental”.
Desde la
sociedad médica señalan que el hecho de fumar aumenta la posibilidad de
desarrollar infecciones respiratorias como gripes o neumonías, así como su gravedad. “Es importante que haya algún tipo de registro y que todo fumador no solo sea consciente de que es fumador, sino que de alguna forma sepa que si fuma tiene
mayor riesgo de desarrollar gripe y sus formas más graves”, argumenta
Carlos Rábade, coordinador del Área de Tabaquismo de Separ.
“Sería un apartado que estaría dentro de la
historia clínica electrónica del paciente, como un dato más”, plantea el neumólogo, quien opta por desarrollar ese registro para proponer al paciente posibles alternativas ante las enfermedades que en un futuro pueda padecer. Y es que en la especialidad enfatizan que el hecho de tener registrado el
hábito tabáquico de los pacientes permitiría a los profesionales sanitarios “intervenir”. “Muchas veces el fumador no viene a la consulta por una cuestión respiratoria, pero teniendo este registro, podremos tratar el problema”, señala. Así, Rábade añade que al paciente se lo podría proponer la vacunación “como una opción que reducirá la mortalidad y la gravedad de la gripe y de otras infecciones como la de
neumococo”.
Rábade: "Todos los sanitarios deberíamos estar obligados a decirles a nuestros pacientes el riesgo que tiene fumar"
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Sensibilización médica colectiva
Para ello, el facultativo cree que habría que educar al resto de las
especialidades médicas sobre la importancia de registrar el hábito tabáquico de todo paciente. “Hay que
sensibilizar a todos los profesionales sanitarios para que registren si sus pacientes son fumadores o no. Todos deberíamos estar obligados a prevenirles y decirles el riesgo que tienen si siguen fumando”, subraya el neumólogo.
Además, Rábade incide en que en el
historial clínico se le debería de dar “mayor visibilidad” al registro del hábito tabáquico de los pacientes. “Muchos fumadores hacen el intento de abandonar el tabaco cuando ya experimentan los
síntomas, pero lo ideal es hacerlo con antelación. Y ahí el sanitario es muy importante”, enfatiza el facultativo, porque que el sanitario conozca esa información supondrá que pueda prevenir “la aparición de
futuros tumores”.
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