La
Neumología española se adentra en una nueva etapa. Lo hace, al menos, su entidad científica, la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) que cuenta con un nuevo presidente al frente,
David de la Rosa, al recoger el testigo de Francisco García Río. La
XXXII Reunión de Invierno celebrada por dicho organismo en la ciudad de Burgos ha sido el arranque de su mandato, que en líneas generales estará marcado por la solicitud de más recursos para la especialidad en materia de asistencia, docencia e investigación así como por retos propios de este área sanitaria, como pueden ser la equidad en terapias domiciliarias, el cambio climático o la cronicidad de los pacientes.
Redacción Médica ha aprovechado su estancia en dicho cónclave celebrado por dicha entidad para esclarecer con su nuevo mandatario el punto en el que se encuentra la
Neumología española y las líneas concretas de actuación hacia las que se encaminará durante los próximos años.
¿Qué significó para usted convertirse en el nuevo presidente electo de Separ?
Significó de entrada una enorme sorpresa porque no me esperaba en absoluto ganar las elecciones que tuvieron lugar antes del congreso de Granada. Acto seguido significó una enorme responsabilidad, porque Separ es una sociedad con un marcado peso, con muchos socios muy heterogéneos que no son solo neumólogos, sino muchos profesionales sanitarios que se encargan del manejo de la patología respiratoria. La responsabilidad viene de la idea de intentar contentar a todo el mundo, es decir, que todo el mundo se sienta cómodo siendo socio de Separ. En dos palabras: sorpresa y responsabilidad.
Una vez asimilada esa noticia y esa sorpresa, ¿cuáles son sus principales objetivos y metas para esta sociedad científica?
Cuando los candidatos que nos presentábamos hicimos la campaña explicamos nuestras líneas maestras, nuestras ideas de lo que querríamos que fuera la sociedad en los años siguientes. Desarrollé una suerte de decálogo en el que expresaba líneas maestras que se centraban en dos puntos clave. El primero es intentar hacer más patente la importancia de la patología respiratoria a nivel de la población general y de las administraciones públicas. Al fin y al cabo, son ellos los que pueden ayudar a que el manejo de las enfermedades respiratorias se considere algo importante. El político que está a cargo de favorecer la financiación para tratamientos o pruebas diagnosticas tiene que ser consciente de lo importante que es lo que va a financiar, y para eso muchas veces la sociedad en su conjunto es la que presiona al político, y yo creo que una sociedad científica es el primer escalón para intentar hacer ver a todo el mundo lo importante que es. No se trata de poner una medalla a la sociedad científica ni a un político determinado, sino de que toda la población salga beneficiada de esto.
"El político que está a cargo de la financiación de tratamientos debe ser consicente de su importancia"
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El segundo punto sería la transversalidad y la multidisciplinariedad. Son palabras que utilizamos mucho, pero realmente es así. En el día a día de la atención al paciente, sobre todo en enfermedades crónicas, no es un único médico o un único profesional sanitario el que maneja este caso; es la interacción entre diferentes profesionales sanitarios e incluso diferentes niveles asistenciales. Los pacientes no están sólo en el hospital, allí pasan un rato, el resto del tiempo están en Atención Primaria, en centros sociosanitarios, o en otro tipo de niveles asistenciales, y yo creo que la idea como sociedad científica tiene que ser intentar que el enfoque de nuestras actividades sea lo más transversal posible tanto en formación como en investigación como en comunicación para que al final todo eso revierta en beneficio del paciente.
David de la Rosa, presidente electo de Separ.
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¿En qué aspectos concretos de la Neumología considera que la Separ debe poner más atención en los próximos años para revertirlos y mejorarlos?
Son muchas cosas. Yo soy neumólogo, y obviamente creo que el neumólogo es un poco el centro de la atención al paciente respiratorio. Los neumólogos solos no podemos conseguir lo que queremos, y no se trata de ser más importantes que un cardiólogo o un digestólogo, pero sí de ir de la mano con ellos. Los pacientes no tienen una única enfermedad ni un único sitio donde ser atendidos, sino que tienen muchas enfermedades y muchos profesionales diferentes que les atienden y por eso tenemos que ir de la mano con otras sociedades científicas y con otros profesionales. Dar notoriedad significa conseguir todo eso a medio o largo plazo.
También está la estructura de recursos humanos que tenemos. La atención al paciente requiere que haya gente que lo pueda atender de forma adecuada. Que cuando el paciente tiene un problema tenga a alguien con conocimientos suficientes que lo pueda atender de la mejor manera. Todo esto son cosas que en un futuro, a corto o medio plazo, deberíamos intentar conseguir.
¿Hasta qué punto el déficit de neumólogos en los hospitales puede suponer un problema a largo plazo?
Ya lo supone. Lo supuso en 2020 cuando ‘se nos vieron las costuras’. La dotación de recursos humanos del sistema sanitario, a nivel de todo el país, es la justa para pasar las temporadas ‘de aquella manera’. En invierno históricamente ya se veía que éramos pocos y que en muchos sitios se contrataba personal de manera temporal, durante tres o cuatro meses, en programas de invierno, como por ejemplo las UCRIS. Cuando pasó algo más grave se vio claramente que el sistema sanitario no está dimensionado correctamente, y no hablo solo de neumólogos, sino en general.
Obviamente, los neumólogos con la pandemia hemos ganado algo de importancia y se ha visto reflejado lo importante que es nuestro trabajo: la atención al paciente grave, la creación de las UCRI, el paciente respiratorio crónico con necesidades de tratamiento especializado por nuestra parte dado que vamos más allá que otras especialidades… Esto va a más, desde la pandemia cada vez es más frecuente que nos pidan valoración de algunos pacientes sobre los que en otras épocas no se sabía que un neumólogo podía proceder, como al poner oxígeno de alto flujo, una ventilación no invasiva o hacer una prueba diagnóstica o terapéutica pleural a un paciente ingresado en otro servicio. Con la pandemia hemos conseguido esa ventaja, pero no se ha acompañado de un aumento paralelo de nuestra dotación de médicos, y esto nos seguirá y nos sigue pasando. Ahora mismo tenemos la gripe, el covid y diagnosticamos el virus respiratorio más que antes. Estamos con el personal justo. Si nos damos cuenta de lo importante que es la patología que tratamos, si hacemos que todo el mundo se dé cuenta de lo importante que es la patología que tratamos, tal vez consigamos que alguien con capacidad se dé cuenta y haga las inversiones necesarias en mayor formación de profesionales y en mayor inversión de recursos humanos en general.
Instantes de la entrevista a David de la Rosa tras la XXIII Reunión de Invierno de Separ.
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Esta es la situación de España, pero, ¿considera que la especialidad goza de una buena salud en comparación con el resto de Europa?
Cada país tiene una organización diferente. Hay grandes profesionales de la Neumología española que son reconocidos a nivel europeo y mundial y expertos en diferentes enfermedades y campos de la atención al paciente respiratorio. De eso no cabe ninguna duda, y de hecho cada vez es más frecuente que los médicos españoles se sitúen en puestos importantes de la Sociedad Europea Respiratoria (ERS), por ejemplo. Esto va a más a medida que los españoles hemos aprendido idiomas respecto a lo que sabíamos hace 20 años.
"Hay grandes profesionales de la Neumología española que son reconocidos a nivel europeo y mundial"
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Otro problema es la organización, pero esto no depende tanto de la Neumología o de los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes respiratorios, sino de los recursos que nos dan. Muchas veces pensamos: “sólo pides que te contraten gente”, pero igual lo que necesito es que se facilite una estructura logística y tecnológica de interacción con la Atención Primaria, o reconvertir actividades de poco valor añadido y darles mucho valor añadido como por ejemplo una enfermera gestora de casos. Hay que ser un poco imaginativos y, en el hipotético caso de que consiguiéramos contratar a mil personas más, por ejemplo, de aquí a cinco años, mientras tanto, tendremos que ser imaginativos e intentar optimizar los recursos que tenemos.
La Inteligencia Artificial (IA) está ‘en boca de todos’. ¿Puede llegar a ser útil en la Neumología tanto en el diagnóstico como en el tratamiento?
No lo puedo asegurar. Todo indica que de una forma u otra será así, no sé hasta qué punto. Ya sabemos que la tecnología de análisis de imágenes, el machine learning de pruebas de imagen de TAC, por ejemplo, los oftalmólogos con los fondos de ojo… Probablemente esto sea una ayuda de gran peso en un futuro no muy lejano para valorar mejor que lo que ve el ojo humano en una imagen, probablemente dentro de poco tiempo lo veremos.
Otra cosa es el manejo del paciente. La IA a lo mejor, teniendo una serie de datos del paciente, puede decir los diagnósticos diferenciales más probables, pero el factor humano es el que, al menos hoy en día, termina tomando una última decisión. Estamos lejos de que lo haga una máquina con un porcentaje de fallos pequeño. Una máquina puede ser técnicamente perfecta y no fallar en el diagnóstico, pero el paciente sentirse hasta cierto punto poco atendido o poco reconfortado en el problema humano que tal vez tiene, y en esto de momento las máquinas no nos van a suplementar. ¿Serán una ayuda? Seguro. ¿Nos sustituirán al 100 por ciento? Yo creo que no, pero si la ayuda viene bienvenida sea y tenemos que seguir por esa línea.
Uno de los proyectos más ambiciosos de la Separ ha sido la organización del proyecto Cassandra. ¿En qué punto se encuentra el cribado de cáncer de pulmón? ¿Ha logrado tener el apoyo de más consejerías de Sanidad, además de las de Madrid y Aragón?
Separ ha organizado el proyecto Cassandra y ha intentado aunar otras sociedades de forma complicada -porque cada uno tiene sus intereses- y los compañeros que lo han liderado han hecho una gran labor en intentar conseguir la participación de muchas otras sociedades. Luego, llega el momento de ‘pelearse’ con quienes nos tienen que dar los recursos para poder llevarlo a cabo, convencerles de que esto es importante y de que nos den los recursos para llevarlo a cabo.
¿En qué punto está? Pues ya se ha puesto en marcha en varios centros, hace pocas semanas. Hay unos 50 o 60 pacientes a los que se ha incluido en la base de datos de Cassandra. Esto es el principio, pero yo espero que una vez que esto empiece a rodar la inclusión de paciente sea exponencial. Está aprobado en Madrid y Aragón y están ya también en marcha en otros lugares: en Cataluña hay algún centro que ya ha empezado, en Navarra está a punto y en Andalucía también. Espero que en el resto del territorio nacional también se ponga en marcha. Al final hay que tener en cuenta que esto es un proyecto piloto con el que pretendemos demostrar que realmente el cribado de cáncer de pulmón es coste-efectivo, es eficiente, aunque nos cueste dinero ahora, a la larga permitirá que el sistema sanitario ahorre en gastos derivados de un cáncer de pulmón detectado a destiempo.
David de la Rosa durante la entrevista a Redacción Médica.
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Hay cerca de un millón de personas que necesitan en algunas de sus múltiples modalidades una Terapia Respiratoria Domiciliaria (TRD). ¿Cómo se podría permitir un acceso equitativo a estos tratamientos?
Esto es un tema complejo y que ha dado mucho de lo que hablar en los últimos meses y años, porque ha costado muchísimo hacer los nuevos pliegos de terapias respiratorias. El problema es que el diagnóstico de la enfermedad, la indicación de la terapia y el seguimiento de la misma deben ser los correctos. Eso corre por nuestra cuenta, los profesionales debemos estar lo suficientemente entrenados para hacer bien esto. Pero luego las empresas proveedoras, porque al final son servicios que se subcontratan por parte del SNS a empresas privadas, nos tienen que dar una serie de requisitos técnicos y de calidad de los equipos, de los seguimientos que se hacen de esos equipos… Y en esto se ha intentado poner de acuerdo a muchos factores que intervienen en esto.
El problema es que no tenemos un único sistema sanitario, sino 17, por lo tanto lo que le pase a una persona que vive en Cádiz no tiene nada que ver con otra que vive en Vitoria, La Coruña o Gerona. Esto es un deber que tenemos y que yo sé que, con este nuevo pliego y con este nuevo concurso que ha habido de terapias respiratorias se ha intentado evitar al máximo este agravio comparativo entre diferentes personas que viven en diferentes sitios, pero al final depende no solo de nosotros como neumólogos, sino de las autoridades, de que las empresas que está proporcionando este servicio lo hagan e la mejor manera posible y de que se les audite de forma continuada en que la calidad sea la mejor posible y lo más homogénea posible en todo el territorio nacional.
"Con el nuevo pliego y concurso de terapias respiratorias se ha intentado evitar el agravio comparativo entre personas que viven en diferentes sitios"
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A modo de resumen o de conclusión, ¿cuáles son los desafíos concretos que la Neumología española debe hacer frente de cara a esta nueva etapa?
Además de todo lo que hemos ido diciendo: aumento de colaboración con otras especialidades, aumento de colaboración entre diferentes profesionales… Pero luego están los desafíos del siglo XXI: la población está cada vez más envejecida y por tanto con mayor frecuencia de enfermedades crónicas, con unos recursos económicos limitados o, al menos, finitos, y cada vez los tratamientos que requieren los pacientes son más caros, entonces todo esto son desafíos que vamos a tener que afrontar en los próximos años junto con el desafío climático, que nos está influyendo ya hoy en día en la salud de los pacientes. Un ambiente más cálido y más contaminado afecta a la salud respiratoria. Son desafíos que vamos a tener que ir afrontando en los próximos años, que nos tenemos que preparar desde la sociedad científica pero también como sociedad en general, y yo espero que al menos no nos ‘pille el toro’, que al menos tengamos previsión suficiente para que, cuando vayan apareciendo los problemas, los vayamos toreando de la mejor manera posible porque los hemos previsto.
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