Dormir bien en España, cuesta. Aunque se trata de un elemento vital, el
sueño no siempre recibe la importancia que se merece en las rutinas. Prueba de ello es que más de la mitad de la población adulta de nuestro país
no descansa las horas recomendadas y uno de cada diez padece
insomnio crónico, con las consecuencias metabólicas, cardiovasculares y neuropsiquiátricas que esto puede llegar a provocar.
A la vista de estos datos, la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha lanzado la
Estrategia de Salud del Sueño, destinada a
mejorar la higiene del sueño de la población, aumentar el cribado, diagnóstico y tratamiento temprano de los
trastornos del sueño más prevalentes y reducir la medicalización de estos,
favoreciendo tratamientos no farmacológicos. Para conocer todos sus detalles Redacción Médica cuenta con las voces expertas de Carlos Egea, coordinador del
Año Separ dedicado en este 2025-2026 precisamente a las enfermedades respiratorias del sueño, y Eusebi Chiner, director del Grupo Tractor de esta iniciativa anual de la entidad.
¿Por qué se ha dedicado el año Separ 2025-206 a los trastornos respiratorios del sueño?
Carlos: Esto ya se celebró años atrás, en 2006. Y esto es otra época en una trayectoria sobre lo que son los trastornos del sueño y el sueño en general, que pone ya no solamente en la agenda científica estudiarlo, sino en la agenda legislativa y en la agenda social. El sueño y los trastornos respiratorios del sueño ya no son esos desconocidos que prácticamente solo salen en los documentos científicos, sino que ya, incluso, están en la agenda pública. Y yo me di cuenta de ello cuando, en un bar, había gente discutiendo sobre el ronquido. Si se discute en un bar, eso ya es que está de lleno en la sociedad.
Eso, más pequeñas cosas que se han hecho gracias al Grupo Español del Sueño, no solo científicas, sino investigación y proyectos, han hecho que Separ dedicara este año a lo que son los trastornos respiratorios del sueño, y haya hecho de este año un año especial que puede servirnos como palanca para hacer acciones legislativas que, hasta ahora, son más bien tímidas.
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Carlos Egea, coordinador del Año Separ 2025/2026 de los Trastornos Respiratorios del Sueño.
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Dormir bien se ha convertido en un "reto de salud pública" en España a ojos de Separ, ¿cuáles son los motivos?
Eusebi: Tenemos una sociedad, en general, poco saludable, con pocos hábitos de salud (nutrición, tabaquismo, ejercicio físico, etc.). Además, uno de los pilares fundamentales que se olvida dentro de esas recomendaciones es, precisamente, el derecho al buen dormir. ¿Y por qué dormimos mal? Porque, por una parte, hay un porcentaje de personas que tienen
apnea obstructiva del sueño, debido a factores asociados como la obesidad o la menopausia, pero, en general, es porque hay muy fácil acceso a la medicación, pero poco acceso, precisamente, a las personas que puedan asesorar acerca de la higiene del sueño.
En España tenemos costumbre de irnos a dormir tarde, con cenas pesadas y horarios laborales partidos, a diferencia de países de Europa donde hay mucha más conciliación familiar. En general, la higiene del sueño de los españoles es bastante deficiente.
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Eusebi Chiner, director del Grupo Tractor del Año Separ 2025/2026.
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Malos hábitos que, al final, acaban pasando factura. No descansar adecuadamente puede acabar aumentando el riesgo de padecer ciertas patologías como diabetes...
E: Efectivamente, dormir mal no solo puede producir diabetes, sino que se ha visto que puede, incluso,
incrementar la posibilidad de padecer cáncer, porque el sueño no es quedarse dormido y despertarse, sino que forma parte, también, de una serie de sistemas cerebrales que, entre otras cosas, regulan la inmunidad celular y humoral. Esas células que regulan la inmunidad también están implicadas en algunos procesos importantes como es la producción de tumores a largo plazo. Por no hablar, también, de problemas cardiovasculares derivados de la falta de sueño y no olvidemos que la deprivación crónica de sueño, aparte de la merma de la capacidad intelectual del trabajo, podría llegar, incluso, a provocar la muerte.
C: Hay varios documentos científicos que hablan de la relación entre la esperanza de vida y el tiempo total de sueño, es decir, dormir menos de siete horas o más de nueve, se asocia con mayor probabilidad de morirte antes por enfermedades cardiovasculares, luego, ya no solamente hablamos de tener una enfermedad asociada, sino también de vivir menos años.
Algo preocupante, teniendo en cuenta que más de la mitad de la población en España no duerme las horas recomendadas...
C: El 60 por ciento de los españoles y españolas, de lunes a viernes, no duerme ese número de horas ni de lejos. Precisamente esa recuperación que se hace el fin de semana, siempre es muy sintomática de deprivación crónica del sueño. Indica, claramente, que se ha dormido poco durante la semana. Todo el mundo decimos que el sueño no es recuperable. Cerebralmente no lo sabemos pero hay un abstract de la Sociedad Americana de Cardiología, que demuestra que dormir ocho horas los fines de semana, reduce un 30 por ciento la mortalidad cardiovascular. O sea, que algo sí que recuperamos el fin de semana. Un 30, no un 100, pero lo que no recuperamos es la posible degeneración cerebral, fruto de no dormir el número de horas que debemos.
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Desde Separ advierten que dormir mal puede incrementar la posibilidad de padecer cáncer.
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Una preocupación que Separ ha convertido en directrices. En concreto, 8 ejes de acción que sustentan la nueva Estrategia de Salud del Sueño, ¿cuáles son los objetivos de esta iniciativa? ¿Qué resultados espera tener en la práctica?
C: Es el objetivo de Separ, esquematizado en ocho puntos. Lo que creemos los científicos que debemos transmitir a una sociedad que, como decía Eusebi, realmente no tiene pautas. Si uno mira cómo son nuestra cultura del dormir y del vivir, es, verdaderamente, un lío. Y, por eso mismo, la sociedad necesita que los científicos no le digan lo que tiene qué hacer, sino lo que científicamente se ha visto que puede mejorar su salud: dormir un número de horas necesarias, no cenar abundantemente, no hacer ejercicio a última hora, sincronizarte con la luz, intentar meterse en la cama siempre a la misma hora, cumplir con las normas de huso horario, etc. ¿Esto que va a hacer? Que posiblemente el niño que nazca hoy, pueda vivir, igual, 150 años.
E: Lo que decimos está basado en la evidencia científica, pero también en lo que sería el sentido común y la lógica, porque es lo que han hecho nuestros mayores durante muchos años. Ciertas poblaciones longevas de España, en zonas determinadas, lo que vienen haciendo desde hace un montón de años es llevar una vida sana, en el mejor sentido de la palabra, y dormir a sus horas. Quizá todo eso influido porque, a lo mejor, en un momento dado, no tenían luz eléctrica o una serie de estímulos. No tenían tablets ni redes sociales y aprovechaban las horas de luz, que son fundamentales para una higiene de sueño correcta y para poder tener nuestros ritmos circadianos de día y noche.
C: Me acabas de recordar la canción 'Vamos a la cama que hay que descansar para que mañana podamos madrugar'. Y eso fue nuestra infancia. A las nueve de la noche, todo el mundo a la cama. No es algo que sea un punto y aparte, ya viene de tiempo atrás, lo que pasa es que la sociedad, como en el covid, se olvida muy fácilmente. Simplemente implementamos acciones para que también se legisle en relación a qué horarios utilizamos para trabajar, dormir o comer. Saber qué horario tenemos que usar, si el de invierno o el de verano...Muchas cosas que ya la ciencia empieza a darnos respuestas. Y luego que la sociedad elija: con cebolla o sin cebolla.
¿Cómo deberían ser, en este sentido, las jornadas laborales, para que se adaptasen a una buena higiene del sueño en la población?
C: Yo tengo claro que necesitamos, primero, ver qué horario elegimos, si el de invierno o el de verano. Nosotros preferimos el de invierno porque, como estamos en una sociedad donde todo es artificial (luz, temperatura, etc.) lo único que tenemos natural es la luz cuando vamos a trabajar o salimos de nuestra casa, que ahí es el sol quien nos marca. Por eso preferimos empezar con sol a la mañana.
El horario de verano te da para tomarte unos potes y unas cañas hasta las diez de la noche, pero luego, si hemos dicho que hay que dormir ocho horas, ¿cuándo empiezas?, si solo te quedan dos horas para que sean a las doce. Es difícil hacerlo de golpe porque hay que legislar mucho, pero realmente somos el único país de Europa que tenemos unos horarios bastante desconectados del planeta. Realmente somos pobres de tiempo. Llegamos a las ocho de la noche y nos quedan solamente unas horas para cenar, hablar y dormir. ¿Y entonces qué elegimos? Pues no dormimos. Pero a la mañana siguiente...
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Egea: "Una buena higiene del sueño puede hacer que, posiblemente, el niño que nazca hoy, viva 150 años"
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E: Es evidente que también tiene que haber un compromiso de las empresas porque no todo el mundo trabaja de ocho a tres, sino que hay mucha gente que trabaja de diez a una y media del mediodía y vuelve otra vez a las cuatro y media con tres horas entre medias que prácticamente no sirven para nada. Todo eso rompe también lo que es la vida personal y, lógicamente, también los horarios del sueño. Nos queda mucho camino por recorrer en España cuando ves que las tiendas aún están abiertas a las doce de la noche.
C: No decimos que no se haga porque necesitamos gente que trabaja de noche -médicos, enfermeras, bomberos, policía- pero que ese gran grupo de personas se cuide y se elija.
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Neumología defiende el horario de invierno para aprovechar las horas de luz en la mañana.
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Sin salir del terreno legislativo, a día de hoy, existen diferencias en el diagnóstico y tratamiento de todos estos trastornos relacionados con el sueño entre las diferentes comunidades autónomas. ¿Cómo creen que podría solucionarse este problema?
E: Es un problema clásico de equidad en salud. El acceso al diagnóstico ha sido uno de los grandes problemas que hemos tenido en España. Afortunadamente, desde Separ, hemos impulsado la creación de Unidades de Sueño en todos los hospitales y la realización de pruebas de cribado a domicilio, pero aún estamos bastante lejos de lo que debería ser. Estamos diagnosticando prácticamente un 20 por ciento de la población susceptible de hacerse pruebas. No tenemos más remedio que instar también a los políticos y a la Administración para superar esas barreras. Es injusto que se diagnostique menos en Melilla que en el País Vasco, y tienen el mismo derecho.
Existe, además, un marcado infradiagnóstico en apnea obstructiva del sueño, pese a ser uno de los trastornos respiratorios más prevalentes en nuestro país. Hablamos de hasta dos millones de casos sin identificar. ¿Qué está fallando en el cribado actual?
C: He reflexionado mucho sobre eso, y me di cuenta de que al médico va el que se siente enfermo o le ven enfermo. El que no tiene síntomas, se despierta muchas veces a la noche,va a hacer pis muy frecuentemente y no se duerme -lo cual le ocurre al 40 por ciento de los pacientes que tienen sueño-, no va al médico. Y más aún si es una mujer que no duerme y está cansada, ya que los síntomas cambian y se atribuye a factores como la carga de trabajo. La suma de eso es ese pelotazo de números con tantos ceros, que hace que no sean diagnosticados, porque si tú tienes un accidente de tráfico porque te has dormido, y te echan de casa porque tu pareja no te aguanta el ronquido, está claro que en un momento u otro vas al médico, pero el resto, ¿cómo van?.
¿Consideran que los profesionales, tanto de Neumología como de Atención Primaria, cuentan con suficientes herramientas como para detectar este tipo de trastornos ligados al sueño?
E: En el momento actual, con la presión que existe, tenemos pocas, aunque hayamos desarrollado muchos instrumentos: desde la polisomnografía convencional - que es cara y se puede hacer a pocos pacientes- hasta pruebas de sueño más simplificadas que pueden hacerse en el domicilio y otros sistemas de screening más simples. Tenemos que reinventarnos a la fuerza, como lo hemos hecho durante estos últimos 25 años, prácticamente.
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Chiner: "Estamos diagnosticando prácticamente un 20 por ciento de la población susceptible de hacerse pruebas"
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C: Cada 5 años van cambiando cosas y cada 10 años hacemos consensos nuevos.
E: Y hay sistemas ahora que debemos adoptar, como la Inteligencia Artificial, para ayudar a que los análisis de las pruebas sean más rápidos pero, sobre todo, más precisos, porque si no lo son, lo que ocurre es que hay que solicitar pruebas más complejas, con lo cual, es mucho más gasto. Nos falta también formación por parte de Atención Primaria, aunque su capacidad de detección ha aumentado muchísimo. Precisamente eso, ha hecho que cerca del 40 por ciento o en algunos casos el 50 por ciento de las consultas de Neumología sean por apnea del sueño. A estos pacientes, hay que darles algún tipo de salida, porque casi todos van a necesitar al menos una prueba para descartar, y en algunos casos para confirmar, por supuesto. Toda la tecnología hay que probarla y comprobarla en grandes poblaciones para saber si es efectiva y sirve para iniciar un tratamiento.
C: Las innovaciones científicas pueden ser fáciles, pero hay que comprobar que eso es eficaz en un momento determinado antes de volver atrás porque no vale. En Medicina las cosas tardan de 5 a 10 años mínimo antes de implementarlas a gran escala.
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"El sueño y los trastornos respiratorios del sueño ya están en la agenda pública".
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¿El número de pacientes en tratamiento de apnea obstructiva del sueño, con un aumento anual de hasta el 10 por ciento, va acompasado con la cifra de diagnósticos? ¿Hay una brecha en el acceso?
C: En principio no. El tratamiento está creciendo a un ritmo que a veces supera el 30 por ciento, porque cada vez identificamos más a pacientes severos. Lo que queremos son pruebas que eliminen a los que no la tienen, para que no sigan en ese circuito y dejen entrar rápidamente a los afectados. Y eso lo que más está generando es estrés a las empresas de terapias, que están viendo cómo las licitaciones son cajones cerrados, para un volumen determinado. La ciencia está diciendo que es relevante estudiarlo, igual que los screening. Esto va a hacer que el estrés que sufren todos los que se dedican a esto, no solamente en el diagnóstico, sino en el tratamiento, tengan que reconfigurar su viabilidad, con este volumen de personas que están accediendo a los sistemas de tratamiento, salvo que salga una, que cambie cómo tratamos, y entonces volvamos a otra casilla. Es un problemón.
E: Hablamos de entre 600.000 y 800.000 personas que están con tratamiento con CPAP en España. A esas personas, por regla general, no se les va a suspender el tratamiento. Es verdad que puede haber situaciones en las cuales, el paciente adelgaza, se cambia su estilo de vida y demás, y se le puede suspender la terapia pero lo normal es que sea permanente. De esta forma, el sistema sanitario tiene que soportar, para siempre, el mantenimiento de los aparatos, de las mascarillas, etc. Mientras tanto, se van incorporando nuevos pacientes, porque los adolescentes de hoy serán las apneas de mañana, y un porcentaje de niños tendrá apneas residuales.
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"El tratamiento más usado en enfermedades respiratorias, corticoides, es uno de los fármacos que más insomnio produce"
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En el tratamiento con CPAP, también son llamativas las diferencias de acceso por comunidades autónomas o incluso dentro de una misma provincia o por códigos postales, en zonas con menor nivel socioeconómico y por tanto, menor acceso a diagnóstico. Son temas sobre la mesa de los profesionales, pero también de las empresas, que, en estos momentos, son las que suministran los sistemas de tratamiento y las Administraciones, lógicamente, al tener que poner ese dinero encima de la mesa, prácticamente para siempre.
C: Incluso los síntomas guía pueden ser minimizados en zonas con menos nivel socioeconómico y educativo, y son pacientes que nunca van a ir al médico. ¿Cómo les diagnosticamos? Salvo que grandes cadenas de supermercados se pongan a hacer diagnósticos, según vas con la tarjeta que pongas al dedo y te lo diagnostique, es imposible.
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Separ sugiere protocolos para reducir la medicalización en insomnio.
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En la parte terapéutica, esa Estrategia para la Salud del Sueño espera, también, fomentar alternativas sin fármacos para el caso del insomnio. Hablan, en concreto, de protocolos clínicos que desincentiven el uso crónico de benzodiazepinas. ¿Qué porcentaje de población se encuentra en este escenario y qué medidas deberían incluir dichos protocolos a la hora de modificar el esquema de prescripción actual?
C: El concepto insomnio no es dormir poco, es dormir poco y tener consecuencias de ello durante el día, en forma de mareos, cansancio o somnolencia, y que eso se mantenga durante tres meses. Por eso varían tanto los números. Se han hecho estudios en este país y cerca del 15 por ciento tiene insomnio crónico. En la mayor parte de los casos, cuando llegan a consulta el médico les dice: "Tómate esto", debido a la escasa formación global sobre el sueño.
Yo no estudié nada de sueño en la carrera. Es necesario homogeneizar el perfil formativo de todos los profesionales con, por ejemplo,
Áreas de Capacitación Específica (ACE) para que haya un cambio en la medicina del sueño, que nunca ha habido, ni como especialidad, ni como subespecialidad, en este país. Y eso fomenta que esta noche, 6 millones de personas hayan estado tomando pastillas para dormir. Pero hay vida después de las benzodiacepinas, hay diferentes perfiles de fármacos, y otras cosas que han entrado, como la terapia cognitivo-conductual, que está haciendo que el tratamiento farmacológico cambie o que no se inicie. Por lo tanto, el insomnio ha cambiado de perspectiva.
¿Hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos?
C: Se debe investigar, también, en nuevas formulaciones químicas, pero también, conductuales, para que el insomnio se modifique. Si aplicáramos todos el reglamento que hemos hecho desde Separ sobre la higiene de sueño, es posible que mejoren al 50 por ciento los insomnios. Hay mínimas cosas que se pueden hacer que pueden cambiar la vida de las personas, antes de entrar en lo que es la cronicidad y el tratamiento farmacológico o no farmacológico.
E: Y no hay que olvidar, también, que ese insomnio puede esconder determinadas enfermedades que lo producen (diabetes, síndrome de piernas inquietas, depresión) y, por tanto, puede ser reversible curándolas, mejorándolas o estabilizándolas. Todo esto hay que verlo de manera global cuando analizamos el insomnio, porque lo más fácil es tomar una pastilla.
C: De hecho, el tratamiento más usado en enfermedades respiratorias, corticoides, es uno de los fármacos que más insomnio produce, y lo estamos dando en agudizaciones de
EPOC, asma, intersticiales, inflamatorias... Nadie pregunta al paciente qué tal ha dormido sino si respira mejor. Simplemente, el ajustar mejor la medicación, podría hacer que se minimizara ese problema que se le ha añadido.
¿Se ha llegado a plantear, desde Separ, el impulso de una ACE específica en trastornos del sueño como la que sugerían al hablar del refuerzo en la formación de los profesionales?
E: Fue durante la presidencia de Juan Ruiz Manzano de la Comisión Nacional de la Especialidad, conmigo como vicepresidente, cuando empezamos a poner sobre la mesa del Ministerio de Sanidad las ACE. Planteamos y desarrollamos un modelo para sueño y cuidados respiratorios críticos, puesto que considerábamos que debían formarse en esos dos aspectos de forma conjunta. Además se planteaba como un área de confluencia de distintas especialidades -Neumología, Neurofisiología, Otorrinolaringología...-, de tal manera que se creara un programa común prácticamente para especialización en sueño durante un año. Si no lograr un quinto año MIR como tal, que hubiera un año extra de formación en ese área o en otra de Neumología, aunque esa la consideramos prioritaria. Creo que debemos volver a sacar el tema porque es el momento oportuno.
C: Es tan transversal que ya hay varias sociedades científicas que están de acuerdo y el Ministerio de Sanidad entiendo yo que lo único que quiere es saber cuántos están a favor, y de ahí, ver cómo se hace. En otros campos hay mucha línea roja que dificulta poner en marcha una ACE, pero en esta no hay ninguna.
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Aspecto del plató durante la entrevista en Redacción Médica.
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