"A lo mejor, si a la gente que parece que se queja de
Madrid Central se le explica que su
hijo con asma puede empeorar o que el feto de la madre expuesta a la
contaminación se ve afectado, porque nace con una capacidad pulmonar más pequeña y hay más riesgo de muerte súbita y muerte prematura, a lo mejor, se quejan menos". Así lo cree
Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Separ.
Ella misma le comentó al
Alfonso Gil Invernón, teniente de alcalde y concejal de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, la importancia de que las medidas para
frenar la contaminación vayan acompañadas de campañas para la población. Lo hizo cuando ideó poner como límite circular a 30 kilómetros por hora en el centro de la ciudad. Una medida que tilda de "efectiva".
La OMS estima que hay unos 7 millones de fallecimientos al año en el mundo por la contaminación
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Aunque las políticas para frenar el tráfico en las ciudades suelen estar envueltas en polémica, la experta sí cree que son necesarias. Con motivo de la celebración del próximo
Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio, la sociedad científica pone cifras a los efectos de la contaminación del aire, que causan en España
10.000 muertes al año, una cifra muy superior a la mortalidad asociada a los accidentes. La OMS estima que
hay unos siete millones de fallecimientos al año en el mundo por la contaminación.
Agudización de enfermedades
"Por una parte, vemos que las
enfermedades respiratorias crónicas se agudizan los días de contaminación,
el asma y la EPOC. También se sabe que es uno de los factores de desarrollo del asma", prosigue Urrutia.
"Imagino que la gente que vive de que los coches entren en la ciudad les preocupa la parte económica, pero en salud cuantos menos coches circulen muchísimo mejor: menos enfermedades respiratorias. Los días de contaminación se ve que ingresan más personas al hospital y que mucha gente deja de trabajar porque se ponen enfermos", prosigue.
Urrutia confiesa que no se atreve a decir
de qué forma debe controlarse el tráfico en las ciudades, pero sí que le gustaría que los
políticos tuviesen en cuenta la
"parte científica" que pueden aportar los especialistas como ella para elaborar las mejores políticas en materia de anti contaminación. "Para decirles las cifras de lo malo que es y lo caro que sale tener a pacientes crónicos por exceso de contaminación", asegura.
Porque "el mayor foco de contaminación a día de hoy es el humo de los coches; el resultado de la combustión del tráfico", asegura. En zonas rurales, el problema lo tienen con el aire contaminado por el ozono. Y, tal y como señala Urrutia, en otras partes del país existe otro gran contaminante: el
gas radón, "una sustancia radioactiva que está en la corteza terrestre y también produce
cáncer de pulmón".
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