El factor humano es, sin duda, la joya de la corona del
Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Badajoz, a ojos de su 'directora de orquesta', Francisca Lourdes Márquez. Sencilla, accesible y eficiente, esta neumóloga trata de armonizar y cohesionar el
trabajo conjunto de su equipo de profesionales volcados en ofrecer una asistencia al más alto nivel con los recursos disponibles.
Su compromiso con la
igualdad es lo que le hace estar especialmente orgullosa de ser la
primera mujer en presidir la Academia de Medicina de Extremadura, desde donde espera potenciar el futuro prometedor al que aspira la especialidad, tal y como revela en esta entrevista realizada para el pódcast
'Líderes Sanitarias'.
¿Cómo le explicaría a alguien ajeno al mundo sanitario, la responsabilidad que conlleva ser jefa de servicio, en tu caso, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Badajoz?
Simplificando un poquito la cuestión y para hacerla lo más gráfica posible, yo pienso que un jefe de Servicio, en mi caso una jefa de Servicio, debe ser una directora de orquesta. Yo creo que tenemos magníficos profesionales, pero nuestra misión fundamental es que el sonido del conjunto sea el mejor, sea excelente. Nuestra responsabilidad es que el equipo saque lo mejor de sí trabajando unidos. Tenemos que hacer posible que en el campo de la asistencia, de la docencia y de la investigación, la Neumología esté al más alto nivel. Teniendo en cuenta que nos tenemos que basar en la mejor evidencia científica y también teniendo en cuenta los recursos materiales y humanos de los que disponemos en cada momento.
Esos recursos materiales y humanos que serían, por tanto, los músicos. ¿Cómo se logra que tengan un trabajo coordinado y que los resultados sean óptimos? Es decir, que no desafinen...
Es lo más difícil porque yo imagino que en cualquier orquesta hay un primer violín o una primera violín que destaca por encima de los demás y que le gusta destacar. Y eso en mi orquesta no funciona. Nosotros tocamos todos de la misma manera para que suene lo mejor posible. No es fácil conseguirlo porque es que trabajar con personas no es fácil, no es nada fácil. Y nuestra misión como jefas es armonizar el trabajo para que se haga bien y además se haga a gusto, que estemos contentos con lo que trabajemos y que además haya una buena relación de compañerismo. Como en todos los sitios, pues hay momentos mejores y peores, pero la intención es esa.
¿Qué consejo le daría a sus homólogos al frente de otros Servicios en cuanto precisamente a esa parte tan complicada que mencionabas, como es la gestión de equipos?
Lo primero que aprendí es que el material humano es el factor más importante de mi trabajo, la joya de la corona. Evidentemente el centro de la atención son los enfermos, pero la persona que dirige la orquesta tiene que tener en cuenta que cualquier miembro de ese equipo, aunque sea el que toque la percusión -y lo digo con todo el cariño del mundo, que tengo un hijo que es de percusión- y toque el tambor cuatro veces en la partitura, todos son importantísimos. He ido aprendiendo que hay que darles el valor que tienen y reconocerle el valor que tienen en su trabajo. A todos, a los que lo hacen excelentemente, a los que son un poquito más rezagados y a la mayoría que están en una situación media. El reconocer su esfuerzo me parece que es muy importante. Cada cual tiene sus propios intereses y nuestra visión es hacer que confluyan estos intereses para que el trabajo de un equipo sea el mejor.
¿Cómo ha crecido el Servicio en los siete años que lleva en el cargo?
Pues, como vivimos día a día, no soy muy consciente, no me pongo a analizar cómo hemos cambiado. Cuando yo llegué era un Servicio muy pequeñito, estaban cuatro adjuntos y yo llegué como la quinta. Se hacían técnicas básicas, una hospitalización muy potente, con consultas externas muy cortitas...Eso ha ido cambiando. No parece el mismo Servicio. No es que seamos mucha gente, pero somos bastantes más. Las consultas se han potenciado de una manera enorme. A la hospitalización le damos la relativa importancia que creemos que tiene. Las técnicas han crecido muchísimo. Hemos crecido muchísimo en sueño, en ventilación mecánica... No tiene,nada que ver con lo que yo me encontré cuando llegué. Realmente me encontré lo mismo que había dejado, porque yo estudié la carrera en la Facultad de Medicina de Badajoz, me vine a Madrid a hacer la residencia, me quedé enganchada en Madrid unos cuantos de años y al final opté por volver por volver allí y lo que me encontré es prácticamente lo mismo que había dejado. Pero el centro, el Hospital Universitario de Badajoz, ha cambiado mucho, mucho y para bien. Nosotros, en concreto, hemos potenciado las técnicas invasivas, que no se hacían entonces, como la EBUS o la criobiopsia, entre otras. Hemos crecido en pruebas funcionaless respiratorias, sobre todo dando importancia a la prueba de esfuerzo respiratorio. En sueño tenemos aparataje para hacer todo lo que necesitamos de polisomnografías y de poligrafías cardiorrespiratorias en ventilación mecánica de agudos y domiciliaria. Y también hemos hecho un esfuerzo muy grande -estamos ahora recogiendo los resultados- en la autorización de los procesos.
Tenemos consulta monográfica de cáncer de pulmón, de bronquioestasia, de sueño, de tabaquismo, de patología intersticial, de patología vascular pulmonar...Y además monográficas multidisciplinares de asma de grave, y difícil control y de ELA. Eso a nivel asistencial. Luego a nivel docente, hemos crecido también bastante porque tenemos una titularidad vinculada, pero, además prácticamente todos los componentes del Servicio participan de manera muy activa en la docencia pregrado, tanto teórica como práctica. A nivel posgrado, tenemos dos residentes por año, que también es un salto cuantitativo y cualitativo en el Servicio. Y en relación con la formación continuada, cuando yo llegué a la jefatura no existían sesiones del Servicio, lo cual era una aberración y hoy por hoy hemos conseguido montar sesiones prácticamente todos los días de la semana, bien estructuradas y que funcionan muy bien . En investigación es donde tenemos que crecer algo más, porque sí es verdad que se han dirigido tesis, se han hecho tesis y mucho trabajo de fin de grado. Contribuimos con diferente comunicación y ponencia en los congresos importantes de Neumología, también con publicaciones, pero ahí estamos un poquito cojo. Ahí tenemos que trabajar más en la investigación.
¿Se podría decir que estos son, de forma resumida, los mayores atributos del Servicio?
Sí, de manera resumida son los mayores atributos de crecimiento, pero yo creo que el mejor atributo que tiene mi Servicio -digo 'mi' con con mayúscula, subrayado y fosforito, porque lo siento muy mío- es que hay muy buenas relaciones, evidentemente con sus más y sus menos, pero se trabaja muy a gusto y muy bien. Ese es el mayor atributo.
"Creo que el mejor atributo que tiene mi Servicio es que hay muy buenas relaciones"
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¿Cómo crees que se podría potenciar ese músculo investigador en su Servicio?
Perdemos oportunidades importantes porque estamos muy vinculados a la universidad. Entonces, a nivel de investigación básica, probablemente dejemos pasar algunas oportunidades en ese campo. Lo que tenemos que trabajar más es en la cultura de la investigación. Nuestro servicio es muy asistencial. Somos muy trabajadores, somos como hormiguitas, todo el día trabajando. Entonces, tiempo para investigar en el horario laboral no tenemos. Tendríamos que dedicarle tiempo extra, que es lo que hacemos para hacer lo relativamente poco que hacemos. Los adultos ya vamos siendo mayores y a veces es difícil cambiar la mentalidad, pero con los residentes hay que trabajar mucho en que la investigación es muy importante, tanto como la asistencia o la docencia. No hace falta hacer investigación de altísimo nivel. La pólvora ya se inventó hace mucho tiempo, pero es muy importante investigar en tus propios resultados, que es una cosa relativamente sencilla, para saber hacia dónde tenemos que dirigir la mejora.
Es responsable de la Academia de Medicina de Extremadura. ¿Qué supone para usted presidir este organismo médico?
En primer lugar, lo veo como un reconocimiento a mi persona en conjunto, tanto como profesional como personal. Pero además me parece que es muy importante que ahí esté una mujer al frente. Somos solamente cuatro miembros numerarios mujeres y está claro que tenemos que empezar a cambiar. Tenemos poca representación. Y creo que es importante que haya una mujer ahí para pelearlo.
De hecho, es la primera mujer en dirigir en esta entidad. ¿Podemos hablar de modelos a seguir?
Evidentemente. Yo creo que eso es una de las cuestiones más importantes, no solamente para que las demás mujeres, sino también los hombres, vean que se puede, que las mujeres podemos y que lo hacemos muy bien. Lo hacemos fenomenal. No lo digo por mí, porque todavía acabo de empezar, no sé como me saldrá la cosa, pero en general, estemos donde estemos, lo hacemos muy bien. También creo que es muy ejemplarizante para las niñas y las adolescentes que vean que esto es normal, que se puede, aunque todavía queda mucho.
¿Qué queda por hacer para revertir esas cifras, para romper los techos de cristal en organismos académicos como este?
Vamos cambiando. Afortunadamente hemos cambiado mucho. Éramos tres mujeres jefas de Servicio en el Hospital Universitario de Badajoz y ahora yo no sé cuántas hay realmente, pero muchas. Cada vez más se va rompiendo el techo de cristal pero todavía queda mucho por hacer. Y es muy curioso porque en la situación clínica asistencial las mujeres somos ya mayoría. Somos por lo menos un 61 por ciento. Y sin embargo, en los cargos de medio o de alto nivel, hay una brecha generacional con la mujer. En la jefatura, por ejemplo, todavía somos pocas. A nivel de participación en organizaciones profesionales de colegios de médicos o de sociedades científicas; en el ámbito académico, como catedráticas o decanas, incluso a nivel de investigación. Yo quiero resaltar que el porcentaje de mujeres en las diferentes academias española es bastante variable según las comunidades autónomas, pero es como máximode un 50 por ciento. En España hay un 27 por ciento de mujeres directoras de departamentos universitarios y decanas de Medicina en España. No sé si en este curso habrá alguna más. Y solamente un 38 por ciento de mujeres dirigen tesis doctorales.
A nivel académico también estamos todavía con mucha capacidad de mejora, pero es que en el campo de la investigación pasa exactamente lo mismo. Menos del 50 por ciento de los proyectos de investigación y de investigación clínica independiente lo llevan a cabo como primera figura mujeres. Esto además empeoró con la pandemia de covid. Hay un estudio, hasta ahora el mayor realizado hasta el momento, con datos de más de 2000 revistas y 5000 autores, en el que se concluye que las investigadoras tuvieron menos oportunidades para publicar trabajos en revistas importantes. El primer escollo fue que mandamos menos trabajos a publicar que los hombres. Ahí dejo un interrogante. ¿Nos estamos dedicando a otras cosas en casa? Pues a lo mejor sí. Entonces, como global, decir que aunque en general el acceso generalizado de las mujeres a la profesión médica es muy importante, eso aún no se ha traducido en una incorporación proporcional a los puestos de liderazgo que nos deberían corresponder.
¿Qué medidas serían beneficiosas en este aspecto?
La primera, a mi entender, es que las propias mujeres nos pongamos en la línea de salida, que nosotras mismas nos creamos que lo podemos hacer. Porque hasta ahora, la gente que estamos ahí trabajando un poquito más arriba, nos lo creemos, pero todavía hablas con mujeres que lo ven difícil, que dicen "Pues yo estoy criando", "Tengo problemas con los hijos", "Yo tengo problemas porque soy la cuidadora de mis padres", etc. Efectivamente esos problemas existen, pero hay que compatibilizarlos. Hay que romper esa primera barrera, hay que creérselo. Te tienes que creer que puedes hacerlo y que lo vas a hacer, como digo, y que lo vas a hacer bien, no vas a hacerlo peor ni muchísimo menos. Esa es la barrera ahora mismo más importante de romper: que nosotras mismas nos creamos que valemos lo que valemos.
En relación a ese cargo de presidenta, ¿qué ideas de cambio figuran en el 'planning'?
Lo primero decir que la junta directiva anterior lo hizo muy bien porque llevamos muy poquito tiempo con la Academia. A ellos les tocó poner los pilares de la Academia para que luego sobre eso construyéramos un edificio bueno, que es lo que nos toca hacer. Nosotros ahora tenemos que darnos a conocer en los medios de comunicación y utilizar las nuevas tecnologías, que ya no son tan nuevas, de la comunicación para darnos a conocer. Seguimos con los proyectos de hacer charlas, seminarios divulgativos, etc, para la población general y al más alto nivel para compañeros. Teniendo en cuenta que en la Academia hay representantes de prácticamente todas las especialidades médico-quirúrgicas, incluyendo por supuesto, la Atención Primaria, tenemos también la idea de editar publicaciones científicas. En conjunto, la idea global es acercar el mundo de la Medicina a la población general extremeña, tanto en los aspectos de ciencias de la salud -los médicos estamos para curar y para aliviar-, pero también de ciencias sociales. La Medicina también tiene mucho de ciencias sociales.
"La barrera más importante de romper es que nosotras mismas nos creamos que valemos lo que valemos"
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Extremadura, ha sido su hogar profesional casi, casi desde que comenzó en esta profesión. Después de hacer el MIR en el Hospital 12 de Octubre y estar seis años ejerciendo en el Hospital de Móstoles, volvía a esta región...¿Qué diferencias autonómicas destacaría en cuanto a disposición de esta especialidad?
Bueno, primero voy a tirar una piedra muy gorda sobre mi propio tejado, porque de esto hace 40 años. Ahora es muy difícil comparar porque ha pasado mucho tiempo. Hay que mirar hacia atrás y ver cómo funcionaba. No soy capaz de hacerlo con cierta lucidez. A principios de los 90 fue cuando volví a mi tierra, después de haber estado unos cuantos años en Madrid. Cuando volví, claro que noté diferencias con el 12 de Octubre. Obviamente este centro era y sigue siendo un hospital de primera línea, puntero en mucha actividad y sobre todo en la Neumología. El hospital al que volvía era un hospital pequeñito, no tan pequeñito como el de Móstoles, pero sí quizá más cercano, y lo que he visto es cómo el hospital ha cambiado drásticamente en estos años que llevo en él. Ha cambiado drásticamente el Servicio y la mentalidad de los compañeros del hospital, de todas las especialidades y también de los médicos de Atención Primaria.
Cuando llegó la crisis económica, en 2008, era entonces directora médica del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz. ¿Qué recuerda como lo más complicado de esa época?
Como comentaba antes, lo más complicado es trabajar con las personas. A mi me tocó esa etapa, la etapa de la primera crisis económica en la que a todo había que decir que 'no'. O sea no había recursos económicos ni para hacer crecer la plantilla ni para comprar material, entonces era el 'no' continuo, intentando buscar posibilidades y vías alternativas para montar cosas que parecía que eran fundamentales. Claro, los compañeros que estaban al otro lado, donde había estado yo, evidentemente no lo entendían. Te parece que el director puede hacerlo todo y que cuando te dice que 'no' es porque no quiere. Aprendes a conocer el hospital desde ese otro punto de vista. Pero es verdad que fue una época difícil. Luego, además, coincidió con que se estaba acabando un enorme pabellón de consultas externas y también el traslado fue complicado. Y luego también en esos años implementamos el programa informático Jara, que también fue una una situación curiosa porque todos estábamos acostumbrados al papel y al bolígrafo. Nos parecía complicadísimo tener que trabajar con un ordenador allí en el lateral del paciente. Y se hizo muy difícil hacer entrar a la gente en la cultura del ordenador. Ahora estamos encantados con ese programa y no podríamos trabajar sin él, pero fueron momentos difíciles. Es verdad que trabajamos mucho en equipo. Allí estaba el gerente, estaba la dirección médica, estaban las direcciones y todos trabajábamos muy en equipo. Es verdad que, quizá, quien más daba la cara frente a los compañeros era yo. Me llevé muchas alegrías, pero también algún disgusto.
Y después de haber estado en ambos lados, después de haber llevado ambos sombreros, ¿dónde se siente más cómoda? ¿En la jefatura de Servicio o como gestora?
Claramente como jefa de Servicio, haciendo microgestión con mis compañeros y en la especialidad. Y por supuesto también con la docencia, que también la dejé a un lado durante los años que estuve en la dirección. La eché mucho de menos porque me gusta mucho la docencia.
Como antigua directora del Comité de Calidad de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), ¿qué opina de proyectos como Cassandra?
Me parece un proyecto excelente. Es un proyecto que va a trabajar el reconocimiento precoz del cáncer de pulmón mediante TAC de baja dosis. Es un trabajo multicéntrico, multidisciplinar, en el que participamos mucha comunidades autónomas. También se ha contado con los pacientes en el diseño. Es un proyecto complejo. El problema que tenemos con el cáncer de pulmón es que cada vez es más frecuente. Causa una mortalidad enorme en nuestro país. 23.000 personas al año mueren por este cáncer, con el hándicap de que más del 70 por ciento, cuando los diagnosticamos, son en fases tardías, es decir, cuando el tratamiento tiene menos posibilidades de tener buenos resultados. Entonces este proyecto va a permitir detectar muy precozmente el cáncer de pulmón para poner tratamiento, con lo cual, muy probablemente va a disminuir la mortalidad y la morbilidad de esta enfermedad.
¿Hasta qué punto son importantes las calculadoras de riesgo en la selección de pacientes para cribado en cáncer de pulmón?
Cualquier método que esté validado científicamente que nos permita detectar de forma precoz a los pacientes con alto riesgo de cáncer de pulmón, es importante. Hoy por hoy hay cuatro calculadoras de riesgo. La PCLO es la que está más extendida y más validada y en ella se evalúa el nivel educacional de la persona, si tiene enfisema, el consumo de tabaco y la raza. Es muy probable que, en los años venideros, una conjunción de estas calculadoras, más la detección precoz de baja radiación, consigan disminuir falsos negativos y falsos positivos de cada una de ellas y nos lleve a conseguir mejores diagnósticos.
Precisamente el tabaquismo ha sido uno de los focos más destacados en su carrera como neumóloga. Fue presidenta de la Asociación de Especialistas para el Abordaje del Tabaquismo en Extremadura. ¿Qué piensa del nuevo fármaco financiado por el Ministerio de Sanidad para dejar de fumar en una media de 25 días?
Estamos hablando de un fármaco que ha demostrado ser eficaz y seguro en el tratamiento de los fumadores que quieren dejar de fumar. Pero quiero hacer énfasis en que funciona bien, sobre todo si se prescribe a quién se tiene que prescribir y si el tratamiento es controlado y apoyado por un psicólogo. Porque la sensación que me da cuando he leído todo el tema es que tenemos un fármaco que es la varita mágica para dejar de fumar. Te lo tomas en 25 días y dejas de fumar. Y eso no es así. No es así con ningún tratamiento farmacológico del tabaquismo. Hay que estar muy, muy motivado para dejarlo. Y contar además con una ayuda profesional del médico de Atención Primaria o del neumólogo para que refuerce ese tratamiento. Al estar cubierto por la Seguridad Social, lo que hace es ampliar el número de personas que pueden seguirlo y que no les limite la cuestión económica. El hecho de que esté financiado, evidentemente va a hacer llegar a más gente este tratamiento y esto es muy importante. Pero insisto, prescrito por un facultativo que pueda apoyar el tratamiento.
"Es muy probable que, en los años venideros, una conjunción de estas calculadoras, más la detección precoz de baja radiación, consigan disminuir falsos negativos y falsos positivos"
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En su opinión, ¿hay que ser más drásticos? Es decir, ¿cómo afectaría la propuesta de algunas sociedades científicas que apoyan la posibilidad de prohibir en España directamente el consumo de tabaco a los nacidos a partir del 2009, tal y como sugieren otros países como Nueva Zelanda?
Hay que tener en cuenta que hay medidas legislativas que en España fueron muy avanzadas en su tiempo, pero que ya se han quedado un poquito cortitas. Por ejemplo, incrementar el dinero que cuesta, el hacerle más difícil el acceso a cualquier producto de tabaco -no solo los cigarrillos, sino cualquier producto de tabaco - a los jóvenes y a los adolescentes. Y eso lo subrayo. Hacer palpable a los jóvenes y a los adolescentes que lo normal es no fumar. La percepción que existía antes era otra, todo el mundo salía fumando en la películas, si uno fumaba y era chico era como más macho, entre comillas. Parecía que se transmitía la idea de que fumar es lo normal y que además tiene muchas ventajas. Lo que hay que transmitir es que lo normal es no fumar. El ser humano no necesita fumar para vivir. Entonces, limitar el acceso de los jóvenes al consumo de tabaco retrasa el inicio del consumo y disminuye tanto la morbilidad como la mortalidad por esta enfermedad. En Nueva Zelanda, la multa que van a poner por esto en la ley que acaban de publicar son unos 150.000 dólares neozelandeses, que son 92.000 €. Yo creo que en España esto podría estar contemplado. Yo estoy de acuerdo con esta norma, igual que la Separ a la que pertenezco. Pero creo que antes quedan estas otras medidas que comentaba, como aumentar el precio, aumentar la prohibición en espacios públicos - que todavía quedan algunos por proteger-, hacer empaquetado genérico -que también disminuye el consumo- e impedir a los jóvenes y a los adolescentes el acceso.
Hace cinco años tuvo que enfrentar una experiencia dura. Sufrió un accidente de tráfico que le dejó secuelas. ¿Qué ventajas cree que le aportó el hecho de pasar al otro lado? El ponerse detrás de esa mesa y ser el paciente durante varios meses.
Me aportó mucho. Fue una etapa muy dura y muy oscura de mi vida, en la que lo pasé muy mal, físicamente y emocionalmente. Pero me di cuenta del valor que tiene lo sanitario, incluido todo el mundo, no sólo los médicos. Me hicieron una reparación de Ikea, con tornillos, con placas y si no llega a ser por ellos, no me pongo de pie, por supuesto. Pero también la Enfermería es fundamental, los fisioterapeutas y las fisioterapeutas que me trataron e hicieron mucho por mí para que yo esté ahora assí. Yo me sentí enferma, aunque no era una enfermedad lo que tenía. Y muy dependiente del trato y del cariño que me daba la gente sanitaria que tenía alrededor. Y eso yo creo que ha cambiado mi vida profesional. Hay un antes y un después. Aunque yo siempre me he sentido muy empática con los pacientes, porque lo que más me gusta de mi profesión es la relación con ellos. Pero desde entonces veo al paciente como a una persona que está ahí sufriendo en el aspecto que sea y que además, cuando está en mi consulta, cuando está en la cama y yo le estoy atendiendo, está en inferioridad de condiciones, depende mucho de mí. En ese caso, tengo que tratarlo con cariño. Una sonrisa de un sanitario a un paciente es igual de buena que el fármaco que te pongan.
Hablando de nuevo de las futuras generaciones, ¿por qué recomendaría Neumología a un MIR? ¿Qué te ha dado esta especialidad como profesional?
Quiero resaltar que la Neumología, aunque es compleja y cada vez más, es una especialidad relativamente moderna. Ha habido muchos cambios a nivel asistencial, general y también a nivel específico. Aspectos en la fisiopatología, que ha crecido mucho. Técnicas cada vez más invasivas, más complejas, más sofisticadas... Yo creo que además hay que resaltar que tiene un futuro muy prometedor, que ahora mismo estamos necesitando neumólogo en muchos sitios. En concreto en mi hospital necesitamos dos y no los encontramos con facilidad. Es un campo que además está muy abierto a la docencia y a la investigación. Cuando tenemos a los alumnos de 6.º haciendo prácticas y se van, me gusta hacerles una mini encuesta anónima, para ver qué les ha parecido la especialidad. Y les encanta, les gusta mucho. Y tenemos además bastantes alumnos de la Universidad de Extremadura, de la Facultad de Medicina, que han cursado o están cursando la especialidad de Neumología. Yo creo que eso debe querer decir algo. A mí como profesional me ha aportado todo lo que soy como neumóloga. Y a nivel personal, mucho de lo que soy como ser humano se lo debo a mi especialidad. Me llevo muchas alegrías. Me encanta la relación con el paciente. Algunas penas pero pocas. Pesa más la alegría.
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