José Javier Korta Murua, del Servicio de Pediatría de la Unidad de Neumología Infantil del Hospital Universitario de Donostia, considera que "el asma en la adolescencia es una situación especial". Lo es, señala, porque de alguna manera "está a caballo entre los niños y los adultos". "Los niños están siendo atendidos por pediatras y los adultos por neumólogos o alergólogos. Sin embargo, la adolescencia es una tierra de nadie donde la asistencia no está exactamente bien atendida", asegura. Y hacer una buena transición desde esa etapa a la atención adulta es fundamental.
José Javier Korta habla sobre lo que supone el asma en adolescentes.
Por eso este ha sido uno de los temas que se han tratado durante la 28 Reunión de Invierno que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha tratado en Málaga. "Muchas veces nos preguntamos si realmente el asma en el adolescente es distinto o si el diferente es el adolescente que tiene asma a uno que no", explica.
Porque Korta Murua explica que sobre el adolescente con asma planea muchas cosas. "Los adolescentes generalmente no perciben bien su situación. A veces incluso la niegan. Eso hace que no siga bien los tratamientos; que abusen de algunos pero no tomen otros. La adherencia no es la adecuada. Y, al tiempo, viven una época en la que empiezan a surgir conductas de riesgo (tabaco, alcohol…) que pueden hacer que la propia enfermedad empeore", ha explicado a Redacción Médica.
Faltan psicólogos clínicos
El pediatra considera que esta enfermedad entre los jóvenes está "insuficientemente atendida porque tiene características que no se tienen en cuenta". Hay factores psicológicosque tienen que ver con cambios emocionales y hábitos que se inician a esa edad, como el interés por el sexo. También apunta que entre esta población con asma la incidencia de ansiedad y depresión es mucho mayor que entre aquellos adolescentes que no tienen asma. Por eso, señala, hechan de menos psicólogos clínicos.
"Son necesarios. Generalmente no disponemos de esta asistencia en muchos servicios, cuando en pacientes adolescentes con asma grave tendría que haber una atención multidisciplinar. Y dentro de esas disciplinas estaría sin duda la Psicología", asegura.
José Javier Korta Murua.
Otro de los factores que también tienen que ver con el asma a esta edad es la obesidad. "Es una asociación que existe, pero no sabemos muy bien las características de ese vínculo: si realmente hay una relación causal asma-obesidad", apunta.
Sin especialidad reconocida
La edad oficial hasta la que los pediatras tratan a los niños son los 14 años. Pero este profesional apunta a que realmente entre aquellos asmáticos, y especialmente los adolescentes, la prolongan hasta lo 16. A partir de ahí es cuando empieza la transición a la atención del adulto, que "debe ser hecha de manera adecuada". "Si no se hace bien la transición del niño al adulto conlleva riesgos y puede aumentar el número de exacerbaciones y síntomas, es decir, de empeoramiento de la propia enfermedad", añade.
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