En el seno del
Ministerio de Sanidad desempolvan una -no tan- antigua idea que, con la llegada de Sumar a los mandos del departamento, vuelve a ganar fuerza: la creación de una
farmacéutica pública estatal. Fuentes de toda solvencia del departamento que dirige
Mónica García no descartan su impulso: “Puede casar con todo lo relacionado con la reserva estratégica. Habrá que hablarlo con los posibles ministerios implicados”, señalan. Tal y como ha podido saber
Redacción Médica, entre las áreas que se ‘barajan’ para apoyar dicha estrategia se encuentra el de
Ciencia e Innovación, aunque no se descarta trabajar de la mano de otros ministerios.
Fuentes de
Sumar corroboran ese interés por que la futura farmacéutica pública estatal se sustente sobre varios ministerios. “El más importante es, evidentemente, el de Sanidad; pero también sería interesante y quizás necesaria la participación de otras áreas, especialmente
Ciencia e Innovación”, apuntan desde la coalición progresista.
Las mismas fuentes inciden en que el apoyo de este departamento, que se mantiene bajo la dirección de la
socialista Diana Morant, podría ser determinante en la
investigación para el desarrollo de medicamentos innovadores y la
"sostenibilidad" de la industria.
La idea de crear una farmacéutica pública formó parte del grueso de medidas que conformaron el
programa electoral de Sumar para los comicios del 23J. “Se creará una empresa farmacéutica pública que investigue, fabrique y comercialice medicamentos, terapias esenciales y vacunas, guiándose por
principios de interés público”, reza el punto octavo del segundo apartado del documento, titulado Derecho a la salud.
Altos cargos del Ministerio, como el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ya vienen defendiendo esa medida desde hace años. “Una empresa pública farmacéutica no solo para fabricar lo que ya no es rentable para la industria, sino para impulsar
I+D+i pública, presionar para bajar precios, generar otros modelos productivos y
aumentar respuesta frente a desabastecimientos”, escribió el dirigente de Más Madrid en un post de la entonces Twitter -ahora X-en 2019.
Inversión pública de 369 millones de euros
En un artículo de su puño y letra publicado en la revista de junio de la
Asociación Acceso Justo al Medicamento y titulado
Una industria farmacéutica pública: ¿para qué y cómo?, Padilla pone nombre y números a la propuesta: el
Polo FarmaNorte supondría una inversión en cuatro años de 858,87 millones de euros, de los que 369 provendrían de las arcas públicas, y generaría 1.601 puestos de trabajo directos y 2.482 indirectos en el mismo periodo.
Entre las conclusiones del trabajo, el secretario de Estado de Sanidad destaca la relevancia creciente de “la política industrial” en “el ámbito de las políticas públicas”. “
El sector sanitario no puede ser ajeno a esto. Es necesario que las propuestas que se realicen a este respecto abandonen la perspectiva acomplejada según la cual el sector público solo puede encargarse de aquellos aspectos no rentables de la I+D+i y planteen una industria que tenga la capacidad para liderar los esfuerzos públicos y privados hacia lo que necesitan las sociedades y que lo haga con la mirada puesta en el futuro”, afirma.
La farmacéutica pública, fuera del acuerdo de Gobierno sanitario
Pese a todo lo anterior, en el
acuerdo de Gobierno firmado por PSOE y Sumar en octubre o, lo que es lo mismo, en los cimientos sobre los que se construyó posteriormente la
investidura de Pedro Sánchez como presidente del Ejecutivo, la propuesta de crear una farmacéutica pública quedó
fuera de los puntos acordados en el ámbito de la salud. Esa circunstancia invitaba a pensar que esa promesa de los de
Yolanda Díaz se quedaría en agua de borrajas, pero la información contrastada por este medio apunta a lo contrario.
Desde el
Ministerio de Hacienda y Función Pública, otro de los departamentos cuya implicación en el proyecto podría ser necesaria, a priori, en términos de financiación,
evitan pronunciarse sobre este asunto. Desde el área que dirige
María Jesús Montero recogían recientemente como reto un mayor abordaje de los
“suministros sanitarios”, entre ellos los fármacos, aunque lo suscribían especialmente al marco de la Unión Europea. “Vivimos en un momento clave para seguir posicionando la industria de la UE en los mercados internacionales, así como para garantizar el abastecimiento y suministro de bienes y servicios”, recalcó la propia Montero en la última cumbre del Consejo de Asuntos Generales (CAG) sobre política de cohesión.
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