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Sanidad fija una escala de incapacidad del paciente al aplicar la eutanasia

Los médicos se enfrentan desde este viernes a las peticiones de los pacientes que soliciten ayuda para morir

Exteriores del Ministerio de Sanidad.

24 jun 2021. 12.00H
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POR JESÚS ARROYO | JESÚS MEDIAVILLA
Este viernes se inicia un nuevo paradigma para los médicos españoles con la entrada en vigor de la ley de eutanasia, los cuales tendrán que enfrentarse a las peticiones de los pacientes que la soliciten. A menos de 24 horas de que esta norma ya sea oficial, el Ministerio de Sanidad ha elaborado un protocolo de actuación para la valoración de la situación de incapacidad de hecho de aquellos pacientes que soliciten la prestación de ayuda para morir. Un protocolo al que ha tenido acceso Redacción Médica, y que en estos momentos solo es un borrador, sin carácter oficial.

DOCUMENTO | borrador para regular la valoración de incapacidad del paciente en la eutanasia

En dicho protocolo, el Ministerio de Sanidad establece tres escalas para valorar la situación de incapacidad de hecho del paciente, que ha solicitado ayuda para morir. Este protocolo se divide en tres fases:
  1. El desarrollo de una entrevista clínica al paciente
  2. La posibilidad de que el médico/a responsable recurra a determinadas herramientas de apoyo
  3. La interconsulta con un profesional sanitario experto/a en la valoración de situaciones de capacidad o incapacidad, sí el médico/a responsable no ha alcanzado un resultado concluyente.
En el primero de los supuestos, el médico responsable tendrá en consideración los siguientes criterios generales de valoración:
  • Capacidad de comprensión: si la persona entiende la información que se le proporciona
  • Capacidad de apreciación: si interioriza adecuadamente la mencionada información en el proceso de toma de decisiones o las posibles consecuencias de las distintas alternativas.
  • Razonamiento coherente: si hace un uso lógico de la información en el proceso de toma de decisiones.
  • Expresión de una elección: si al final logra tomar una decisión y comunicarla, de forma voluntaria y libre de coacciones externas.
Además de estos criterios, reza el borrador, el médico responsable debe asegurar que la incapacidad no tenga su origen en un déficit de información, a dificultades comunicativas o a elementos culturales, que deben ser abordados específicamente. En particular, el médico responsable debe asegurarse de que el paciente cuenta con la información completa sobre su situación clínica, su pronóstico y los cursos de acción posibles.

¿Qué herramientas de apoyo se pueden aplicar para determinar la eutanasia?


El protocolo también recoge tres herramientas para determinar el diagnostico e incapacidad del paciente. Son tres pruebas a las que el médico puede recurrir: prueba Minimental State Examination (MMSE) (versión internacional de 30 puntos; Aid to Capacity Evaluation (ACE) o Ayuda para la evaluación de la capacidad; y MacArthur de Evaluación de la Capacidad para Tratamiento (MacCAT-T).

La última escala del protocolo hace mención a la interconsulta entre profesionales sanitarios. En el caso de que, tras haber realizado la entrevista clínica y haber recurrido a alguna de las herramientas de apoyo propuestas, el médico responsable no alcance un resultado concluyente sobre si el paciente padece o no una situación de incapacidad de hecho, se recomienda una interconsulta con un facultativo experto en la valoración de este tipo de situaciones o de la patología del paciente. La interconsulta con un profesional sanitario experto es independiente de la consulta que de acuerdo con la LORE hay que realizar al médico consultor.

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