El
Ministerio de Sanidad ha actualizado su
protocolo de actuación para la detección precoz y el manejo de casos ante la alerta sanitaria de la
viruela del mono. Una revisión en la que el departamento liderado por Carolina Darias ha incluido la
definición de los
cuadros clínicos graves y cómo extraer y enviar las muestras.
En el documento acordado por la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta se asegura que en caso de que se trate de un
cuadro clínico grave se recomienda el envío de muestras al Centro Nacional de Microbiología (ISCIII) para el
estudio microbiológico completo del caso y la secuenciación del genoma viral, en caso de que se considere oportuno.
Para ello, las muestras recomendadas se determinarán en función del cuadro clínico observado. Así, ante una
manifestación neurológica, el Ministerio estipula que se debe recoger
líquido cefalorraquídeo (LCR). Mientras que en caso de
neumonía, muestras respiratorias (e
sputo, lavado broncoalveolar, exudado nasofaríngeo, etc.). Además, si es posible, se enviará también siempre una
muestra de la lesión cutánea y de suero.
En caso de
"evolución fatal", Sanidad establece que las
necropsias deben enviarse en fresco, nunca parafinadas o en formol, ya que estos procesos comprometen la viabilidad viral y con ello la rentabilidad del cultivo posterior para la caracterización virológica.
“El envío debe realizarse en
triple embalaje y refrigerado (2-8ºC). Si las muestras ya estuvieran congeladas, se enviarían en hielo seco para evitar sucesivos procesos de descongelación- congelación”, explica Sanidad.
Notificación de casos graves
Una vez detectado los casos en investigación que se consideren
casos de especial gravedad, Sanidad establece que
deberán ser notificados de forma urgente a los servicios de salud pública de la comunidad autónoma. Estos a su vez se lo notificarán al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) para su seguimiento.
"Los casos considerados serían
neumonía, encefalitis o meningoencefalitis, lesiones faríngeas que impidan la deglución de líquidos y/o presenten compromiso total o parcial de la vía aérea u otras complicaciones que a juicio clínico revistan especial gravedad", detalla el Ministerio.
¿Cómo extraer las muestras?
Sanidad ya había establecido que ante
un caso en investigación está indicada la toma de muestras debe extraerse de la
lesión cutánea. En concreto, se tiene que coger la muestra del líquido vesicular, frotis de lesiones vesiculares exudados o costras. Además, estas deben ser enviadas en medio de transporte de virus y
conservadas en frío.
“Si esta muestra
no estuviera disponible o se requiriesen otros estudios adicionales, se podrían
utilizar otras muestras como frotis de la mucosa bucal o faríngea o frotis anal”, aclara Sanidad en su
protocolo de actuación contra la viruela del mono.
¿Quién analiza las muestras?
El organismo sanitario ha establecido que las muestras se enviarán a aquellos laboratorios con capacidad diagnóstica para la viruela del mono que la comunidad autónoma designe o en su defecto, al Centro Nacional de Microbiología (CNM).
“Las
primeras diez muestras analizadas en los laboratorios de las comunidades autónomas
se enviarán al CNM para confirmar el resultado. Se recomienda contactar con el CNM previamente al envío de las muestras”, detalla Sanidad.
Además, la petición de envío de muestra a un laboratorio de referencia por parte de los facultativos
tiene que ser validada por los servicios de salud pública de las comunidades autónomas.
¿Cómo se envían las muestras de viruela del mono?
La cartera liderada por Carolina Darias ha dado rango de
agente de clase tres a la viruela del mono. De manera que se puede realizar en laboratorios con nivel de
bioseguridad BSL2 utilizando precauciones más estrictas de tipo 3.
“Las muestras se enviarán, acorde con lo establecido en las
operaciones de transporte de mercancías peligrosas por carretera en el territorio español, como
mercancía de categoría A cumpliéndose las prescripciones de la normativa para el nº ONU 2814”, detalla el organismo sanitario.
Dichas muestras se conservarán y enviarán
en medio de transporte de virus. Aunque también pueden enviarse en tubo seco. En caso de que se tengan que conservar un tiempo antes de su envío, se guardarán, según específica Sanidad, a cuatro grados centígrados.
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