El
Ministerio de Sanidad ya cuenta con un plan para que el Sistema Nacional de Salud (
SNS) pueda hacerse cargo de los mutualistas de
Muface si, finalmente, el concierto no acaba renovándose y el
Ministerio de Función Pública opta por prorrogar el actual concierto durante nueve meses en 2025, tal y como le permite la
Ley de Contratos del Sector Público. El “proceso de internalización” diseñado por Sanidad, que se recoge en un informe hecho público este lunes, plantea una "incorporación paulatina estratificada" de los mutualistas por letra de comienzo del primer apellido, edad y aseguradora prestadora de servicios. Sin embargo, abre la puerta a trabajar ese proceso "singularizando su aplicación a nivel de comunidades autónomas" en base a diversos factores. Entre otras cosas, se indica que los pacientes inmersos en
procesos terapéuticos que precisen continuidad han de ser “los últimos en ser traspasados al sistema sanitario público”.
El equipo de
Mónica García tiene claro que, “por primera vez en muchos años”, la posibilidad de
incorporar a los 1,5 millones de mutualistas a la asistencia sanitaria pública es “una opción tanto viable como razonable” en el contexto actual basado en dos factores clave: el primero, la
licitación desierta para el concierto de Muface 2025-2026 y las reticencias de las aseguradoras privadas a concurrir a una segunda licitación si el Gobierno no satisface sus pretensiones económicas; y el segundo, el “
envejecimiento de la población base de Muface con ausencia de elementos de contrapeso que sirvan para ajustar la cápita a cantidades más bajas y controladas de cara a los próximos años”.
Muface, según Sanidad: insuficiente, insostenible e inequitativo
“
El modelo Muface en la actualidad no es sostenible, ni siquiera con un aumento importante de la cápita, porque ningún sistema de aseguramiento funciona si no tiene un pool de riesgos que permita ejercer contrapesos entre quienes más demandan el servicio y quienes hacen un uso menos intenso”, reza el informe. En ese sentido, Sanidad destaca “la existencia más que evidente de prácticas de selección de riesgos por parte de las aseguradoras privadas que prestan la asistencia sanitaria a los
mutualistas de Muface”.
Ese “fenómeno”, según el ministerio, “supone una asunción por parte del SNS de los riesgos y costes que deberían asumir las
aseguradoras sanitarias privadas”, lo cual, “en un contexto donde los tratamientos disruptivos de alto coste-alto valor son crecientes”, supone “un problema del cual es imposible escapar a la hora de plantear un análisis de este asunto”.
En definitiva, Sanidad se posiciona en contra de un modelo “continuista” de asistencia sanitaria a mutualistas. Según afirma, “es probable” que se trate de una opción “insuficiente” en tanto en cuanto las aseguradoras piden un presupuesto un 40 por ciento mayor que el aprobado por el Gobierno, “insostenible” porque “no hace frente a la dinámica de largo recorrido de
envejecimiento de la subpoblación de mutualistas” e “inequitativo” porque conlleva “incrementos porcentuales que serían impensables en el ámbito de la provisión pública directa”.
"Poner al paciente en el centro"
De ahí que en el ministerio defiendan la
incorporación paulatina de los mutualistas al SNS como alternativa al continuismo del modelo. Eso sí, deja claro que habría de hacerse “anteponiendo la continuidad en la atención, la calidad de los cuidados y la seguridad del paciente, especialmente en pacientes en situaciones singulares como final de la vida o pacientes oncológicos de alta complejidad”.
“Poner al paciente en el centro a la hora de llevar a cabo la transición puede reducir los posibles errores y favorecer el aprovechamiento de las virtudes del SNS tales como la presencia de la
Atención Primaria, factor diferencial con respecto al régimen mutualista de aseguradora privada”, se resalta en el documento.
En el caso de los
pacientes complejos, Sanidad plantea incluso la posibilidad de estudiar una “vía excepcional de renegociación temporal de un aseguramiento extraordinario” para que su asistencia se prorrogue durante un año más a partir de los nueve meses que permite la ley “en el caso de existir alguna contraindicación absoluta a la transferencia de su asistencia sanitaria”.
Además, se tendría que elaborar un “plan de transición y continuidad” para que los pacientes crónicos y de alta complejidad “puedan ser atendidos con normalidad” en sus
hospitales de referencia del SNS sin que tengan que cumplir el trámite de primera consulta.
Sanidad también habla de la necesidad de elaborar un “plan de transferencia de información clínica” y se compromete a alcanzar el objetivo de
“lista de espera quirúrgica cero” para que las aseguradoras sigan haciéndose cargo de “los procedimientos que sean indicados por profesionales” de las propias entidades durante los cuatro primeros meses de la prórroga del concierto.
Por último, destaca el ministerio que, “como es lógico”, el
dinero presupuestado para el concierto de Muface tendría que transferirse capitativamente a las comunidades autónomas para que estas lo invirtieran con carácter finalista en sus
servicios de salud durante los primeros tres años.
Sanidad reconoce que esa transferencia supondrá “retos en términos de necesidad de adecuación de la
planificación de los servicios de salud para el nuevo escenario de cobertura sanitaria”. Por tanto, advierte de que, si se diera finalmente esa situación, habría que trabajar en nuevos estudios “de mayor profundidad haciendo uso de los sistemas de información sanitaria disponibles en colaboración con las comunidades autónomas y el Ingesa”. “El SNS debería tener capacidad para prestar ese servicio con la adecuada gestión del proceso de transición”, concluye.
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