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Sanidad blinda su 'cerebro digital' con más farmacia, datos y salud pública

Lanza seis licitaciones para sostener servicios clave como la interconexión del SNS o sistemas como Valtermed

Mónica García, ministra de Sanidad.


26 dic 2025. 11.45H
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El Ministerio de Sanidad ha activado un conjunto de seis licitaciones tecnológicas por un valor anual de más de 18 millones de euros, con un denominador común: reforzar la infraestructura digital que sostiene la interoperabilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), mejorar herramientas clave para la salud pública y el control sanitario, y consolidar la capacidad de análisis de datos para apoyar decisiones clínicas, de gestión y de planificación. Aunque son contratos de “desarrollo y mantenimiento” informático, su relevancia trasciende lo técnico, porque afectan a servicios y sistemas que utilizan a diario profesionales sanitarios, administraciones, hospitales y, en algunos casos, la ciudadanía.

La principal de estas licitaciones es la que se centra en el nodo central del SNS, el 'corazón' que permite intercambiar información entre comunidades autónomas y garantizar que servicios interoperables funcionen de forma homogénea. Este contrato está orientado a sostener y evolucionar sistemas como la Tarjeta Sanitaria Individual (TSI), la Receta Electrónica Interoperable y la Historia Clínica Digital del SNS, además del propio nodo de mensajería y los servicios de intercambio clínico con Europa.

En términos prácticos, el objetivo es asegurar que estos sistemas sigan operativos, puedan incorporar mejoras y respondan con rapidez ante incidencias, porque de ellos depende que un paciente pueda acceder a su medicación fuera de su comunidad de residencia, que se comparta información clínica relevante entre territorios o que España siga avanzando en el intercambio sanitario europeo. El pliego incluye también el mantenimiento de componentes más especializados (como herramientas de copago, servicios terminológicos o plataformas de registro y monitorización), lo que apunta a un enfoque de continuidad, robustez y adaptación a nuevos requerimientos de interoperabilidad. Se trata, además, de un servicio pensado para entornos críticos: el Ministerio identifica como prioritarios varios de estos sistemas y prevé mecanismos de respuesta reforzada ante fallos graves.

El segundo gran bloque es el de Aguas y Sanidad Exterior. Aquí el objetivo es doble. Por un lado, sostener y actualizar aplicaciones que soportan el control sanitario del agua, incluyendo plataformas relacionadas con la vigilancia y la información del agua de consumo, sistemas asociados a incidencias, fugas y bases de datos vinculadas. Por otro, mantener y desarrollar los sistemas que permiten el funcionamiento digital de Sanidad Exterior: control de mercancías, herramientas operativas en frontera, sistemas de vacunación internacional, certificados o procesos administrativos vinculados a la actividad internacional. Para un profesional sanitario, el interés de esta licitación no está en la “capa informática”, sino en lo que permite: vigilancia y respuesta en sanidad ambiental, trazabilidad y consistencia de datos, y mayor agilidad en procesos que, por naturaleza, exigen coordinación con otros países y capacidad operativa continua.

El tercer bloque, por presupuesto, se centra en la analítica avanzada. El Ministerio busca potenciar y mantener casos de uso que convierten grandes volúmenes de datos sanitarios en información interpretable para gestión y toma de decisiones. El contrato se divide en dos entornos tecnológicos distintos (nube y sistemas propios), pero la idea es la misma: sostener y ampliar el catálogo de análisis, cuadros de mando y modelos asociados. Esto puede traducirse en mejoras de vigilancia y seguimiento, análisis de consumo o actividad sanitaria, evaluación de políticas públicas o apoyo a decisiones en ámbitos como medicamentos o sistemas asistenciales. En otras palabras, es una apuesta por que Sanidad no solo recopile datos, sino que sea capaz de explotarlos de forma estructurada y con continuidad, incorporando nuevas necesidades conforme cambie el contexto asistencial o regulatorio.

El cuarto gran contrato es el que agrupa el desarrollo y mantenimiento de aplicaciones en tres ámbitos: información sanitaria, promoción-prevención-equidad y un lote mixto. Es una licitación especialmente relevante porque actúa como “contrato paraguas” para sostener un conjunto amplio y diverso de sistemas del Ministerio: desde repositorios y aplicaciones ligadas a información clínica y actividad sanitaria hasta herramientas de programas de salud pública y registros. El objetivo principal es mantener la operatividad de estas aplicaciones y permitir su evolución: que puedan adaptarse a nuevos requerimientos de datos, incorporar mejoras funcionales, integrarse con otros sistemas y resolver incidencias sin comprometer el servicio. Para los profesionales sanitarios, su valor está en que muchas de estas plataformas son la base sobre la que se apoyan informes, series históricas, registros y programas que terminan influyendo en guías, decisiones organizativas o estrategias de salud pública.

Más salud pública gracias a más digitalización


El quinto contrato se centra específicamente en las aplicaciones de Farmacia. Aquí el objetivo es sostener y desarrollar sistemas que son esenciales para la política farmacéutica del SNS: desde plataformas de seguimiento y evaluación como Valtermed, hasta herramientas vinculadas a nomenclátor, financiación y gestión, así como entornos asociados al seguimiento de medicamentos y procesos de prescripción o receta en determinados ámbitos. Un paso que para el sector sanitario, implica reforzar la infraestructura digital que soporta decisiones sobre financiación, evaluación, seguimiento de resultados y gestión farmacéutica en un sentido amplio.

El sexto contrato, por presupuesto anual, se orienta a Vigilancia en salud pública y al ecosistema Serela. Este bloque es particularmente sensible para profesionales sanitarios porque conecta con la capacidad de detectar, analizar y responder ante amenazas sanitarias. En el lote de Vigilancia aparecen sistemas dedicados a la gestión de la Red Estatal de Vigilancia y a la alerta precoz y respuesta rápida ante amenazas, además de herramientas específicas ligadas a cáncer, exposición a amianto u otros materiales, vigilancia asociada a incapacidad temporal o proyectos de vigilancia con participación ciudadana. En el lote Serela se incluyen componentes operacionales e informacionales que recogen, depuran y explotan datos, con cuadros de mando y capacidades analíticas. La mejora que persigue este contrato es mantener la disponibilidad y fiabilidad de estas plataformas, facilitar su evolución hacia nuevos modelos de vigilancia (por ejemplo, los vinculados a infecciones respiratorias u otros escenarios) y asegurar que, ante una incidencia grave, exista capacidad de respuesta inmediata, dado que algunos sistemas se consideran críticos.

En conjunto, estas seis licitaciones dibujan una idea clara: Sanidad está reforzando los 'cimientos digitales' del SNS y de su salud pública, no solo para sostener lo ya existente, sino para introducir mejoras de interoperabilidad, capacidad de evolución y respuesta ante incidencias. Para la mayoría de profesionales sanitarios, el interés está en el resultado: receta interoperable más estable, intercambio clínico más fluido, herramientas de vigilancia más robustas, sistemas de farmacia y evaluación con mayor capacidad de integración y seguimiento, y una analítica avanzada que permita convertir datos en decisiones. No se trata de proyectos aislados, sino de una estrategia de continuidad que reconoce que la infraestructura digital ya no es un complemento: es parte del funcionamiento cotidiano del sistema sanitario.
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