El Ministerio de Sanidad ultima su
Estrategia de Vigilancia en Salud Pública, uno de los pilares de la llamada Declaración de Zaragoza, que será objeto de debate en el Consejo Interterritorial de este miércoles. El documento trasladado a las comunidades autónomas, al que ha tenido acceso
Redacción Médica, ahonda en la necesidad de avanzar hacia un Sistema Nacional de Salud (SNS) más “cohesionado” mediante un rediseño de la
política de Recursos Humanos que garantice la generación de talento y el relevo generacional, así como “el despliegue territorial necesario para afrontar los retos presentes y futuros”.
Se trata de una de las “acciones prioritarias” que el departamento de
Carolina Darias ha proyectado en la
Estrategia de Salud Pública, al que la Comisión de Salud Pública dio luz verde el pasado mayo a fin de desarrollar una “vigilancia moderna, cohesionada y armonizada en el SNS”. En este sentido, la iniciativa contempla el desarrollo de la
Red Estatal de Vigilancia que genere “una adecuada detección precoz y respuesta rápida ante las alertas de salud pública”.
No obstante, Sanidad plantea en el documento cambios estructurales en el SNS para dar respuesta a “los problemas, las demandas y los retos de la salud de la población” en materia de Salud Pública a través del
“fortalecimiento del sistema de gobernanza” y del “impulso a la investigación y a la innovación”.
En este sentido, ambiciona implementar una nueva política de recursos humanos “que garantice la
generación y retención del talento y el relevo generacional” y establezca una “dimensión adecuada de la plantilla a las funciones desempeñadas”.
Formación en Salud Pública y homologación de títulos
El proyecto contempla también el interés de Sanidad por impulsar, “en cooperación con las comunidades autónomas y las universidades”, la planificación de una nueva
“oferta de estudios universitarios” relacionados con la Salud Pública “en función de la necesidad de profesionales”, a la vez que “se agiliza el procedimiento de
homologación de los títulos universitarios”.
Paralelamente, se propone consensuar las competencias básicas “que el personal de Salud Pública debe dominar para responder al desempeño de sus funciones”, así como “desarrollar un itinerario de
formación continuada en Salud Pública para profesionales a través de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III y otros centros formativos”.
Respecto a la
labor investigadora en el SNS, el plan apuesta por fomentarla
“con perspectiva de Salud Pública y de cohesión territorial” dentro del marco de la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027 (EECTI), específicamente de la Acción Estratégica en Salud del Instituto de Salud Carlos III, así como las estrategias futuras de investigación científica del Estado.
Cuatro líneas estratégicas de Vigilancia en Salud Pública
Tal y como avanzó este periódico,
el plan de Salud Pública gira en torno a cuatro líneas estratégicas que abarcan la promoción de entornos y
estilos de vida saludables, el fortalecimiento de la Salud Pública, la modernización de la vigilancia y la búsqueda de la equidad en salud.
“El abordaje y desarrollo de las líneas estratégicas se materializará bajo la coordinación del Ministerio de Sanidad y
en el marco del Consejo Interterritorial, órgano de co-gobernanza y contraste de propuestas de todos los agentes públicos con competencia en el ámbito de la salud”, apunta.
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