El
Comité de Trasplantes del Consejo de Europa está estudiando una fórmula para decidir si un no residente puede acceder a la lista de espera de
donaciones y trasplantes del país en el que está establecido. Así lo ha confirmado la directora de la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil en un balance de sus dos años al frente del citado comité.
La recomendación está en proceso de elaboración tomando de ejemplo lo que están haciendo varios países
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Según asegura Domínguez-Gil, este tema lo ha planteado
España e intenta aportar una normativa que afectaría directamente a todos aquellos que no residan oficialmente en un país (un inmigrante o un turista) y estén
esperando “de forma urgente o no” un órgano. “Estamos trabajando en ello todavía y haciendo un cuestionario sobre cómo abordan los diferentes países este tema para generar unas recomendaciones aplicables a todos los países”, ha concretado sobre este método para
regular "extrictamente" el acceso a estas listas de una forma ordenada y adecuada.
Tal y como ha asegurado Domínguez-Gil, estas resoluciones posteriormente las adopta el
Comité de Ministros del Consejo de Europa en forma de recomendaciones concretas. Un ejemplo de ello (también aprobado durante la legislatura de la directora de la ONT) ha sido la que afecta al
donante vivo no residente y el manejo de un
paciente que se ha trasplantado en el extranjero.
Principios éticos de donación
Estas dos iniciativas responden a establecer unos “principios éticos en donación y trasplantes”. “En el caso del
donante vivo no residente nos encontramos en una situación de especial vulnerabilidad muchas veces por problemas de idioma o por cuestiones culturales”, introduce la directora de la ONT que recuerda la posibilidad de que el donante no tenga, en su país de origen, un centro de referencia.
Para garantizar la asistencia sanitaria del donante extranjero se va a crear la figura del mediador independiente
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Por ello, el
Consejo de Europa estudiará ahora la recomendación del Comité de Trasplantes para que exista un
mediador “independiente” entre el donante y el hospital y se asegure un centro de referencia en el país de origen “en el que
garantice su asistencia sanitaria a largo plazo cuando regrese a su país o si tiene alguna complicación”. De esta forma, Europa tomará en consideración que, a los mecanismos que actualmente se aplican al donante vivo, se le añada unas
salvaguardas adicionales en caso de que se trate de un no residente.
En lo que respecta al manejo del
receptor de una donación realizada en el extranjero, la directora de la ONT reconoce que, aunque exista el
“principio del cuidado” (independientemente de las circunstancias en las que se ha trasplantado) debe haber un registro oficial y “en casos sospechosos" realizarse una notificación a los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado "para iniciar una investigaciones en cooperación con el país donde ha tenido lugar ese procedimiento”.
Protección del donante vivo
Entre otras de las iniciativas,
el máximo órgano de la ONT asegura que también se está trabajando en proyectos que no se van a reflejar en resoluciones o recomendaciones (como las anteriormente nombradas) que son las orientadas a la p
rotección del donante vivo tanto de órganos como de progenitores hematopoyéticos (médula ósea) “para que sea económicamente neutra para el donante y su familia”.
Pero, además de este mandato relativo a crear directivas, este comité también tiene como objetivo
luchar contra el tráfico de órganos. “Por eso están creando una red de puntos focales desde profesionales que están designados por los ministerios de sanidad de toda Europa. Son personas de referencia para todo el país en cualquier tema relacionado con el tráfico de órganos”, ha adelantado.
El Consejo de Europa está creando una red de profesionales para luchar contra el tráfico de órganos con un registro que, hasta ahora, es confidencial
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En estos momentos, se están organizando talleres con estos profesionales sobre cómo lidiar con determinadas situaciones de alta complejidad relativas al tráfico de órganos y están consolidando una recogida de datos a nivel internacional
“de viaje para trasplante”. Sobre esto, Domínguez-Gil no puede avanzar mucho más puesto que es información confidencial. Lo que sí ha asegurado a este medio es que se trata de un registro de información de pacientes que viajan desde un país europeo a otro país y regresa para cuidado post-trasplante. “Tratamos de decidir si esas son
circunstancias compatibles con el tráfico de órganos o si es un viaje no controlado para acceder a la lista de espera de donante fallecido de otro país”.
Durante sus dos años al frente del Comité también se ha avanzado en una nueva
guía técnica en el ámbito de trasplante orientada a los profesionales para garantizar la calidad en el proceso de donación. En este sentido, el organismo ha editado la octava guía del Consejo de Europa a este respecto. Un documento de referencia de profesionales dentro y fuera del ámbito europeo como
China, América Latina, Australia y Norteamérica.
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