El 'juego de tronos' del Interterritorial mira a nuevas vacunas y empleo

Los cambios en el tablero político de buena parte de las comunidades autónomas constituyen un arma de doble filo para el buen funcionamiento de comisiones de ámbito nacional, entre ellas la de Salud Pública y la de Recursos Humanos (RRHH). Ambas comisiones son la antesala de los acuerdos que culminan en el Consejo Interterritorial y donde se decide la estrategia sanitaria del Ministerio de Sanidad, con el apoyo de las comunidades autónomas. Ahora, con el viento a favor del Partido Popular en la mayoría de los gobiernos autonómicos se avecina un cambio en las estrategias de estas comisiones, donde los populares tendrán más representación. Fuentes autonómicas vinculadas a este órgano deslizan a Redacción Médica que, si bien la “diversidad” de formaciones “aporta riqueza” al debate, este puede quedar encallado debido a las diferencias de fondo entre los representantes de las autonomías (en su mayoría gobernadas por el PP) y los del Ejecutivo central, que, a espera de lo que suceda el 23 de julio, se encuentra en poder del PSOE.

Apenas unas semanas han bastado para intuir el impacto que los cambios de gobierno de las comunidades autónomas pueden suponer a la hora de determinar cuestiones de salud pública como la relativa a la vacunación infantil. En la reunión mantenida el pasado 18 de mayo, regiones como la valenciana o la riojana, que en la pasada legislatura fueron administradas por el PSOE, se posicionaron en contra de ampliar la inmunización al conjunto de los bebés (solo a los que se encuentren en situación de riesgo). Esa oposición podría desaparecer próximamente una vez se constate el cambio de rumbo político en estos territorios en los que el PP obtuvo mayorías suficientes para gobernar. Ahora, dichas fuentes recalcan que las voces fuertes de las autonomías en manos del PP en materia de Salud Pública apostarán por ampliar el calendario vacunal, favoreciendo una mayor cobertura, sobre todo en las primeras edades. 

Otro reciente ejemplo de ‘confrontación’ entre autonomías y Gobierno central se dio en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISN), en el que las comunidades regidas por el PP han votado en contra de poner en marcha la hoja de ruta del Ministerio de Sanidad para la mejora de la Atención Temprana en menores. Los populares alegaron a que se trata de un documento “general, sin concluir” y que se ha realizado “de modo extemporáneo”.

Este ‘choque de fuerzas’ entre la administración central y buena parte de las comunidades se puede hacer más patente en el corto plazo. “Es seguro que habrá diferencias, porque hay personas con criterios diferentes. Eso es una riqueza, pero hay que tener muy claro a dónde debemos ir y qué cuestiones hay que poner encima de la mesa”, deslizan fuentes autonómicas. 

Donde también ponen el foco las comunidades es en los recursos humanos. En la comisión que lleva su nombre se espera que el giro político que protagoniza el PP favorezca una estrategia basada en abordar de lleno los problemas que acarrea la demografía médica por la falta de especialistas. Por ello, afirman dichas fuentes, se promoverá una estrategía común dirigida a definir las zonas de díficil cobertura en todo el Sistema Nacional de Salud. También se seguirá apostando por el incremento progresivo de las plazas MIR pero "haciendo un analisis exhaustivo de las especialiadades más deficitarias". 

"Electoralismo" en el Consejo Interterritorial

Las comunidades autónomas regentadas por el Partido Popular llaman en cualquier caso a la “prudencia y la discreción” en este tipo de asuntos. “Es prematuro marcar la hoja de ruta de los interterritoriales teniendo en cuenta que el Gobierno nacional también está en funciones y que, salga quien salga, habrá que ver qué prioridades marcar el Estado, apuntan las fuentes consultadas por Redacción Médica.

En cualquier caso, subrayan la necesidad de sacar de este tipo de entes “electoralismos” como los que, a su parecer, supone la convocatoria de un Interterritorial en plena campaña electoral. “Es una auténtica temeridad, las decisiones de las mascarillas se podrían haber tomado antes”, deslizan.